La depresión es actualmente reconocida como una de las enfermedades crónicas más comunes y discapacitantes que afectan a los paises industrializados. En los Estados Unidos, cerca de un sexto de los adultos experimentarán un episodio agudo de alteraciones depresivas mayores durante su vida y más del 10% sufrirá de depresión durante los siguientes 12 meses.
La depresión esta asociada con altas tasas de morbilidad y mortalidad como resultado de efectos directos en las funciones físicas (Ej. poco descanso, baja energía, cambios de apetito) así como alta tasa de suicidios.
En ese sentido, se requiere del trabajo multidisciplinario, el mismo que tiene su base en el tratamiento farmacológico en estos pacientes, para lo cual existe un gran impacto que puede causar un farmacéutico tanto en los aspectos clínicos como en los económicos.
En el siguiente enlace, tenemos el artículo publicado en el Journal of the American Pharmacists Association, donde se presentan resultados del impacto que se logra con las actividades de los farmacéuticos en este tipo de pacientes.
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