La actividad sexual no tiene por qué perderse con los años.
- Por Sociedad Española de Geriatria y Gerontologia
- Publicada: Hoy
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La SEGG recomienda a los mayores que consulten con su geriatra para buscar las soluciones más adecuadas.
- La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología , SEGG, quiere concienciar a las personas mayores de que con una valoración integral, que realizan los geriatras, se pueden detectar los principales problemas sexuales y buscar las soluciones más adecuadas.
- El principal problema sexual que se da entre los hombres es la disfunción eréctil que afecta al 65% de los varones mayores de 70 años.
- En el caso de las mujeres la dispareunia, la disminución del deseo sexual y la falta de orgasmo son los principales problemas que se dan a partir de la menopausia.
Madrid, febrero de 2011.- Tradicionalmente se ha considerado que conforme envejecemos existe un declinar en la sexualidad, pero para la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) el mito de que la sexualidad desaparece con los años carece de fundamento, ya que nadie puede asegurar a qué edad cesa el deseo sexual y/o la actividad sexual.
Es más, para el Dr. Carlos Verdejo Bravo, geriatra miembro de la SEGG, “la actividad sexual no tiene por qué perderse con el paso de los años, lo que ocurre es que las personas mayores necesitan conocer qué cambios va a experimentar su organismo, y en concreto su aparato genital, para poder adaptarse a ellos ”.
El cuerpo cambia, las relaciones también.
El cese de la actividad sexual no es un hecho que vaya ligado a la edad cronológica de las personas, sino una circunstancia variable que dependerá de unos factores individuales, lo primero, claro está, en tener pareja. Hoy en día hay más hombres mayores casados (el 79% de los mayores de 65 años, frente al 51 % de las mujeres) y más mujeres mayores viudas (el 38% frente al 15% de los viudos). Pero, aún teniendo pareja hay que tener en cuenta otros factores, como el esta¬do de salud propio y el de su pareja; el grado de incapacidad física y mental de la persona y de su pare¬ja; ¬la frecuencia y la calidad de las relaciones sexua¬les previas; diferentes aspectos psicosociales; y algo muy importante, el grado de información que tengan los mayores sobre las modificaciones que aparecen en la función sexual.
A esto, hay que añadir los cambios que sufre el organismo con el paso de los años que, en el varón, se suelen producir lenta y progresivamente a partir de la década de los 60 años, mientras que en la mujer la mayoría de los cambios surgen de una manera relativamente rápida a partir de la menopausia (que se establece en torno a los 51-52 años).
A los cambios anatómicos y funcionales, hay que sumar la repercu¬sión de otras patologías orgánicas crónicas y, además el consumo de algunos grupos farmacológicos, lo cual puede justifi¬car ciertas modificaciones en el comportamien¬to sexual en los mayores, bien por las alteraciones del sistema hormonal, bien por las repercusiones físicas y psico-sociales de las enfermeda-des crónicas que producen algún grado de incapacidad. No obstante, ninguno de estos cambios condiciona obligato¬riamente el cese de la actividad sexual, sino que exigen más bien una adaptación de la persona mayor a sus nuevas características.
Problemas que pueden alterar la actividad sexual.
En las mujeres:
La disfunción sexual es más común en las mujeres que en los hombres, y se considera que es particularmente común a partir de la etapa perimenopáusica, ya que esta etapa se acompaña de una reducción del interés sexual, así como de la respuesta y frecuencia del coito.
- Dispareunia: La presencia de dolor durante el coito puede deberse tanto a factores orgánicos como psicológicos o a la suma de ambos. La causa más común tras la menopausia suele ser la vaginitis atrófica por hipoestrogenismo, aunque puede deberse a otras causas menos frecuentes (infecciones, quistes, tumores pélvicos). Generalmente este problema se soluciona con un tratamiento hormonal sustitutivo (especialmente estrógenos locales) que lograr mejorar la lubricación vaginal.
- Disminución de la libido o del deseo sexual: además del efecto del envejecimiento, es indudable afectan negativamente: los problemas médicos crónicos (diabetes mellitus, ictus, enfermedad Parkinson, artrosis, cardiopatías, depresión, ansiedad), así como la toma de bastantes fármacos (psicofármacos, diuréticos, antihistamínicos).
- Falta de orgasmo, habiendo tenido previamente una excitación sexual normal. Tiene a esta edad un origen casi siempre orgánico (diabetes, enfermedad cerebrovascular, alteraciones medulares, alteraciones) o farmacológico (psicofármacos).
En los hombres:- Disfunción eréctil: La incapacidad de alcanzar o mantener una erección adecuada puede llegar a afectar a un 55-65% de los varones de 70 o más años. Este trastorno sexual puede deteriorar significativamente la calidad de vida de los afectados. Las causas más frecuentes en los varones mayores son de tipo orgánico: alteración vascular (más de la mitad de los casos), patología neurológica (problemas medulares, ictus, enfermedad Parkinson), así como endocrinológica (disfunción tiroidea). La influencia de los fármacos también es notoria (antidepresivos, antipsicóticos, antihistamínicos, antihipertensivos). Por el contrario, el origen psicógeno de la disfunción eréctil se reduce proporcionalmente con la edad, considerándose muy infrecuente en los varones mayores.
- Disminución de la libido: es un problema menos frecuente y en los varones mayores se asocia muchas veces con un déficit hormonal (andrógenos), un trastorno psicológico (depresión, ansiedad) o con la toma de ciertos fármacos (psicofármacos, beta-bloqueantes, hipotensores).
- Trastornos de la eyaculación: algunos problemas médicos, casi siempre secundarios a intervenciones quirúrgicas (sobre todo de la glándula prostática), pueden generar una alteración en la salida del semen (eyaculación retrógrada). La eyaculación precoz es infrecuente en la población mayor
Para el Dr. Verdejo: “la mayoría de estos problemas tienen solución. Así que es fundamental que los mayores aborden con su geriatra los temas sexuales con la misma naturalidad que otros problemas de salud y que no piensen en: “Yo ya soy mayor para eso”.
Sobre la SEGG.
La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología es una de las sociedades europeas más numerosa y activa. Actualmente cuenta con más de 2.400 socios de áreas multidisciplinares: Médicos (especialistas en Geriatría, en Atención Primaria, etcétera), Sociólogos, Diplomados en Enfermería, Trabajadores Sociales, Psicólogos, Pedagogos, Terapeutas Ocupacionales, Fisioterapeutas, Geógrafos, Arquitectos, Economistas, Farmacéuticos…
Para la SEGG, las Personas Mayores son su principal razón de ser y por ello su trabajo persigue dos líneas principales de actuación: la universalización de la Atención Geriátrica Especializada, con el fin de evitar desigualdades y el seguimiento de la Ley de la Dependencia.
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