Curiosidades neurológicas... y musicales
Sinestesia significa 'fusión de los sentidos', y es el término que se emplea cuando, por ejemplo, los sonidos musicales se perciben literalmente como un color, o incluso como un sabor. Así, hay algunas personas para las que el tono de Re mayor es azul o para las que un intervalo de tercera menor sabe salado. La música se ha relacionado también con fenómenos epilépticos, y en los dos sentidos. Hay personas con epilepsias recurrentes del lóbulo temporal que antes, o incluso durante los ataques oyen fragmentos musicales con gran nitidez. O a la inversa, en ciertos casos determinados tipos de música son capaces de desencadenar crisis epilépticas. Y ciertas patologías pueden resultar incluso beneficiosas para la composición: ya se sabe que Beethoven escribió sus mejores obras siendo ya sordo, probablemente porque era capaz de concentrarse aún más en la estructura. Pero no sólo eso: durante años se contaba que Shostakovich, tras el asedio de Leningrado, tenía fragmentos de metralla alojados en el lóbulo temporal, y que oía nuevas melodías al inclinar la cabeza. Luego se supo que era una leyenda. Pero sí fue real lo que le ocurrió a Ravel, quien desarrolló una demencia frontotemporal que le impedía pensar en símbolos abstractos y, por tanto, escribir música. Justamente entonces fue cuando compuso su Bolero, que no es más que la repetición de una misma frase musical. Lo más simple que hizo fue aquello por lo que más se le recordará.
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