sábado, 24 de noviembre de 2012

La conectividad estadística proporciona una base suficiente para la conectividad funcional específica en microcircuitos neuronales neocorticales

La conectividad estadística proporciona una base suficiente para la conectividad funcional específica en microcircuitos neuronales neocorticales


Statistical connectivity provides a sufficient foundation for specific functional connectivity in neocortical neural microcircuits
Hill SL, Wang Y, Riachi I, Schürmann F, Markram H
Proc Natl Acad Sci U S A 2012

Un grupo de científicos ha conseguido un avance en la comprensión de cómo funciona el cerebro gracias a la identificación de los principios clave que determinan las conexiones que se producen entre las neuronas. Se cree que cada neurona crece independiente de las demás y, cuando todas han crecido, se producen colisiones accidentales entre ellas y se forman las sinapsis neuronales. Los investigadores recrearon en tres dimensiones, en un ordenador, un microcircuito neuronal compuesto por 10.000 neuronas de tejido cerebral. Se estudiaron pares de células conectadas por sinapsis y se estableció exactamente dónde se forman estos enlaces. Una vez dibujadas las células en el ordenador, con ayuda de un algoritmo, los científicos determinaron todos aquellos puntos en los que las ramificaciones de las neuronas se unían para formar sinapsis. Se tomaron todos los puntos en los que conectaban las neuronas, se trazó un circuito cortical y se observó que las conexiones que predecía el modelo eran muy similares (media: 74,0 ± 2,7%) a las que se comprobaron en un circuito cerebral equivalente procedente de un mamífero real. Este principio refuerza la idea de robustez de la conexión entre neuronas, ya que la supresión de un gran número de ellas o la alteración en su orientación no cambia la posición de la sinapsis.


http://www.pnas.org/content/109/42/E2885.full.pdf


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Neurodiagnostic Evaluation of the Child With a Simple Febrile Seizure

Neurodiagnostic Evaluation of the Child With a Simple Febrile Seizure

American Academy of Pediatrics (AAP)
Pediatrics Vol. 127 No. 2 February 1, 2011- pp. 389 -394
(doi: 10.1542/peds.2010-3318)
http://pediatrics.aappublications.org/content/127/2/389.full.pdf+html
Atte.
Dr.Máximo Cuadros Chávez

Revisión de drogas: Dolor neuropático

Revisión de drogas: Dolor neuropático


Drug Class Review: Neuropathic Pain: Final Update 1 Report [Internet].
Editors
Selph S, Carson S, Fu R, Thakurta S, Low A, McDonagh M.
Portland (OR): Oregon Health & Science University; 2011 Jun.
Drug Class Reviews.
Excerpt
PURPOSE: We compared the effectiveness and harms of anticonvulsants, tricyclic antidepressants, serotonin-norepinephrine reuptake inhibitors (SNRIs), and the lidocaine patchin adults with neuropathic pain. DATA SOURCES: To identify published studies, we searched MEDLINE, Cochrane Central Register of Controlled Trials, Cochrane Database of Systematic Reviews, Database of Abstracts of Reviews of Effects, and reference lists of included studies. We also searched the US Food and Drug Administration Center for Drug Evaluation and Research website for additional unpublished data and dossiers of information submitted by 5 pharmaceutical manufacturers. REVIEW METHODS: Study selection, data abstraction, validity assessment, grading the strength of the evidence, and data synthesis were all carried out according to standard Drug Effectiveness Review Project review methods. RESULTS AND CONCLUSIONS: Overall, the strength of evidence evaluating the comparative benefits or harms of these drugs to treat neuropathic pain was low to moderate. Based on a small number of short-term trials directly comparing the drugs in patients with painful diabetic neuropathy and postherpetic neuralgia, the evidence did not support a statistically significant difference in response (50% reduction in pain) or withdrawal due to adverse events with gabapentin, pregabalin, and lamotrigine compared with tricyclic antidepressants. Oralpregabalin was similar to lidocaine 5% medicated patchin rate of response, but resulted in more patients withdrawing due to an adverse event. Adjusted indirect comparisons of placebo-controlled trials suggested that duloxetine, pregabalin, and gabapentin were superior to lacosamide and lamotrigine, but no difference in withdrawal from study due to adverse events was found. In these analyses, differences were not found between pregabalin, duloxetine, and gabapentin or comparisons of 5% lidocaine patch and amitriptyline or gabapentin. Tricyclic antidepressants caused more dry mouth than pregabalin or gabapentin while gabapentin and pregabalin resulted in higher rates of ataxia. In patients with cancer-related neuropathic pain who were taking opioids, there was no difference in pain relief with low-dose gabapentin compared with low-dose imipramine. Monotherapy with either drug was insufficient for pain relief. In patients with spinal cord injury, gabapentin was more effective for pain relief than amitriptyline. The difference was significant only in the subgroup of patients with the highest levels of depression. In patients with central poststroke pain, there was no difference between amitriptyline and carbamazepine. There was no direct evidence in patients with HIV-associated neuropathic pain, multiple sclerosis, complex regional pain syndrome, postmastectomy pain syndrome, phantom limb pain, or traumatic nerve injury pain. Evidence for comparative effectiveness in patients with types of neuropathic pain other than diabetic or postherpetic was insufficient to assess comparative safety. Post hoc analyses have not found older age to have an impact on response or treatment-emergent adverse events with duloxetine. Combination therapy with duloxetine and pregabalin; lidocaine patch and pregabalin; or gabapentin with imipramine, nortriptyline, or venlafaxine may have had a potential benefit compared with monotherapy, but there was an increased risk of adverse events.


http://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK61823/pdf/TOC.pdf



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Epigenética y el Espiritu Humano


Estimado Ciberpediatra te invito al Seminario de Pediatría, Cirugía Pediátrica y Lactancia Materna. El día 28 de Noviembre 2012 las 21hrs (Centro, México DF, Guadalajara y Lima Perú) a la Conferencia:“Epigenética y el Espiritu Humano” por el “Dr. Guillermo Gutiérrez Calleros .” Pediatra Neonatólogo , de la Cd de Phoenix Ar. La sesión inicia puntualmente las 21 hrs.
Para entrar a la Sala de Conferencia:
1.- hacer click en la siguiente liga, o cópiala y escríbela en tu buscador

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2.- “Entra como Invitado” Escribes tu nombre y apellido en el espacio en blanco
3.- Hacer click en el espacio que dice “Entrar en la Sala”
5.- A disfrutar la conferencia 6.- Recomendamos que dejes tu Nombre Completo, Correo electrónico y que participes.

Henrys


Dr. Enrique Mendoza López
Webmaster: CONAPEME
Coordinador Nacional: Seminario Ciberpeds-Conapeme
Av La clinica 2520-310
Colonia Sertoma ,Mty N.L. México
CP 64710
Tel-Fax 52 81 83482940 y 52 81 81146053
Celular 8183094806
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viernes, 23 de noviembre de 2012

Altmetrics: no todo lo que se puede contar, cuenta

http://www.thinkepi.net/altmetrics-no-todo-lo-que-se-puede-contar-cuenta?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+thinkepi+%28ThinkEPI%29

Altmetrics: no todo lo que se puede contar, cuenta
22 noviembre, 2012 Por Daniel Torres-Salinas y Álvaro Cabezas-Clavijo
en Notas ThinkEPI 2013

1. Introducción

La evaluación de la ciencia desde una perspectiva cuantitativa se basa en indicadores bibliométricos. El número de citas o el Impact Factor son las medidas habituales para medir la repercusión de un trabajo o investigador desde hace décadas. El paso del formato impreso al digital sin embargo no trajo consigo excesivas novedades en la aceptación de nuevos enfoques en el ámbito de la evaluación; pese a la disponibilidad de datos como las visitas a sitios web académicos, los enlaces, o las descargas lo cierto es que apenas han sido usados en procesos formales de evaluación, aunque sí para la realización de multitud de trabajos científicos. La posterior entrada en juego de la Web 2.0 y sus aplicaciones tampoco jugó un papel relevante.

La participación de los científicos en estas herramientas ha sido testimonial hasta hace bien poco (Cabezas-Clavijo y Torres-Salinas, 2010). Sin embargo, en los últimos años el mundo académico ha comenzado a abrazar estas herramientas 2.0. La firme consolidación de muchas plataformas y la incorporación de los pioneros en su uso al mundo académico han hecho que por fin se acepten las ventajas que redes especializadas como Mendeley, o genéricas como Twitter tienen en la gestión del ciclo de publicación y difusión científica, desde la adquisición y gestión de referencias bibliográficas, hasta la diseminación de los trabajos científicos, tal y como anunciábamos (Torres-Salinas yDelgado, 2009).

Para la informetría, lo más relevante de las plataformas 2.0 son los indicadores que generan, que potencialmente podrían usarse en la evaluación de la ciencia. El número de lectores que almacenan un paper en sus gestores de referencias o el número de visitas de una presentación online bien pueden ser aproximaciones al interés que suscita un trabajo científico. De esta forma, los indicadores derivados de la participación de los usuarios en las herramientas 2.0 con fines académicos se han etiquetado como Altmetrics (Priem et al, 2010), un campo que supone uno de los desarrollos más significativos en la disciplina en los últimos años (Sugimoto, 2012). Dos son sus principales características: por un lado miden la repercusión individual de una aportación y no la de su contenedor (como elImpact factor, que mide el impacto de la revista pero no es representativo del impacto individual de cada artículo) y, en segundo lugar, se generan con una rapidez mucho mayor que los indicadores bibliométricos.

En el plano académico, la investigación sobre Almetrics se ha concentrado principalmente en la comparación con los indicadores tradicionales así como en la identificación de las herramientas 2.0 con más sentido desde el punto de vista de la medición del impacto investigador (Wouters y Costas, 2012). Si bien algunos de estos trabajos levantan serias dudas metodológicas (Eysenbach, 2011; Shuai et al, 2012), lo cierto es que apuntan una dirección clara, y es que las Altmetrics deben ser validadas respecto a los indicadores bibliométricos.

Esto demuestra el interés de la comunidad investigadora sobre la emergente disciplina, circunstancia que también se detecta en el establishment editorial. Tres hechos lo evidencian: el lanzamiento de una colección en PLoS One para dar cabida exclusiva al tema, la introducción de indicadores altmetrics en Scopus junto a datos de citación, y la incorporación de estas medidas a los artículos publicados por el grupo editorial deNature.

Sin embargo, y pese a la profusión de estadísticas que ofrecen algunas de estas fuentes, no todas tienen sentido desde la perspectiva de la evaluación. Así, y parafraseando el aserto de Einstein, cabría decir que no todo lo que se puede contar, cuenta. Se detectan una serie de problemas y limitaciones que, como en toda disciplina naciente, deben ser sorteadas para adquirir entidad y valor propio. Algunos de los problemas que señalaremos son la heterogeneidad de fuentes, la masa crítica, el significado de los indicadores o su carácter evanescente.

2. Algunos de los problemas actuales de las Altmetrics

A diferencia de la Bibliometría, bajo la etiqueta Altmetrics se aglutinan un grupo muy heterogéneo y variopinto de fuentes de información e indicadores. En primer lugar se agrupan fuentes de información, redes sociales y plataformas que no necesariamente son de un ámbito estrictamente académico o científico como, por ejemplo, ocurre con las generalistas Facebook o Twitter; otras sin embargo como Research Gate o Mendeley sí están enfocadas a investigadores. Por añadidura este problema se extiende a los indicadores ya que además, cada plataforma genera sus propias métricas. Esto hace que las Altmetrics sean un cajón de sastre que puede agrupar decenas de indicadores. Si bien en Bibliometria existen también cientos de indicadores, también es cierto que la materia prima es siempre la citación, la expresión más reconocible del reconocimiento en ciencia.

Esta situación, donde surgen todo tipo de indicadores, genera un problema esencial, y es que nos enfrentemos a medidas de las que por un lado no sabemos hasta qué punto pueden ser equiparables y, por otro lado, tampoco se pueden establecer jerarquías o clasificaciones entre ellas. Por ejemplo, sabemos que a la hora de medir el impacto individual de un científico, tiene más sentido usar el índice H que el factor de impacto de la revista donde ha publicado. Pero, ¿qué ocurre en el universo Altmetrics? ¿Cuántos tuits equivalen a una cita? ¿Es más valioso un “me gusta” en Facebook que una visita enSlideshare?

Lo que sí sabemos en este sentido es que existen unas Altmetrics que funcionan mejor que otras en el entorno académico-científico que estamos tratando. Una cuestión clara es que hay indicadores poco significativos, ya que apenas existe masa crítica en las aplicaciones que proporcionan dichas estadísticas.

Por ejemplo, en nuestro trabajo de 2010 (Cabezas-Clavijo y Torres-Salinas, 2010) ya señalábamos que en la revista Plos one, el 91% de los trabajos nunca eran puntuados o que el 89% nunca fue enlazado desde blogs. Igualmente (Priem et al., 2012) muestra porcentajes similares de actividad en Facebook o en el sitio de etiquetado social Delicious. Sin embargo, en otros indicadores como las descargas, las citas y los lectores en Mendeleyel porcentaje de artículos con valores distintos a cero superaban el 60%. En el caso de esta última herramienta, incluso ofrecía datos más elevados que los registrados en cuanto a citas en Web of Science y Scopus. En el caso concreto del indicador “readers” deMendeley, ya se perfila como un firme candidato al trono de la Altmetrics. Se evidencia pues, que los indicadores pueden ser muchos pero no todos son estadísticamente significativos y válidos.

Las dudas sobre su validez estadística se extienden a su significado; si herramientas como los gestores de referencias pertenecen a comunidades académicas y claramente indican un uso específico, no ocurre igual con indicadores como un “me gusta” o un tuit; o como mínimo no sabemos interpretar su valor. En estas últimas no es fácil discernir entre el impacto científico y lo que podíamos denominar como impacto social. Un retuit de nuestro artículo puede hacerlo un investigador o alguien completamente ajeno al mundo científico. Asimismo, en Bibliometría, los indicadores son dependientes de la disciplina, no significan lo mismo cinco citas en Inmunología que en Matemáticas. ¿Sucede lo mismo en Altmetrics?, ¿son los indicadores dependientes del campo?

Las propias métricas pueden están determinadas tanto por nuestra red de contactos como por el tamaño de las comunidades y la disponibilidad de material online. Lógicamente los indicadores serán más válidos en aquellas comunidades científicas más receptivas al mundo 2.0.

Otro de los problemas al que nos enfrentamos es el carácter evanescente de la mayor parte de las fuentes de información y métricas. El 2.0 es un mundo muy inestable y a diario asistimos al nacimiento y a la muerte de herramientas de tipo social, o al cambio de su estatus y consideración; son importantes un tiempo y después no, como ocurrió por ejemplo con Myspace o Delicious. El problema de la evanescencia no sólo afecta a las fuentes, ya que también ocurre con los propios indicadores, que pueden estar disponibles sólo un breve período de tiempo, como ocurre con los retuits o con la desaparición de los propios usuarios y los indicadores asociados a ellos. Las Altmetrics para el mismo conjunto de documentos pueden ofrecer resultados muy diferentes si las mediciones están separadas en el tiempo, lo que genera importantes problemas de replicabilidad y fiabilidad.

3. A modo de conclusión

Pese a la inmadurez y a la fase de experimentación en que se encuentran las Altmetrics, hay que dar la bienvenida a las nuevas métricas y perspectivas en la evaluación del impacto investigador. Quizás ahora, al ser un campo en ebullición que permite con facilidad obtener estadísticas, nos dejemos llevar por el entusiasmo en su adopción, pero son necesarias más pruebas y experimentos para comprobar qué indicadores y fuentes de información se asientan como válidos para la evaluación científica, y qué es exactamente lo que significan. En definitiva, hemos de remarcar el papel protagonista que la investigación sobre Altmetrics está tomando dentro de la Bibliometría, lo que anuncia sin duda nuevas investigaciones y proyectos de gran interés en fechas próximas.

Más allá de las críticas realizadas, hay que señalar que estas nuevas medidas pueden ser útiles para medir la repercusión de materiales con cauces de distribución distintos a los artículos, como conferencias, vídeos científicos e incluso materiales de carácter docente o divulgativo. Asimismo pueden proporcionar una variada información en ámbitos con patrones de comportamiento propios, como las Ciencias humanas donde la Bibliometría sigue despertando dudas y reticencias, o en disciplinas como las ingenierías, que presentan una orientación muy profesional. De este modo, las Altmetrics pueden servir para medir el impacto social de las investigaciones y ofrecer el reverso del impacto científico. Sin embargo hemos de ser escépticos ya que no todo lo que se puede contar, cuenta… al menos por el momento.

4. Bibliografía

Cabezas-Clavijo, Álvaro; Torres-Salinas, Daniel. “Indicadores de uso y participación en las revistas científicas 2.0: el caso de PLoS One”. El profesional de la información, 2010, v. 19, n. 4, pp. 431–434.
http://dx.doi.org/10.3145/epi.2010.jul.14

Priem, J.; Taraborelli, D., Groth, P.; Neylon, C. Altmetrics: a manifesto, 2010.
http://altmetrics.org/manifesto

Priem, J.; Piwowar, H.A.; Hemminger, B. H. “Altmetrics in the wild: An exploratory study of impact metrics based on social media”. En: Metrics 2011: Symposium on Informetric and Scientometric Research. New Orleans, LA, USA, 2012.
http://arxiv.org/abs/1203.4745v1

Shuai, X.; Pepe, A.; Bollen, J. “How the Scientific Community Reacts to Newly Submitted Preprints: Article Downloads, Twitter Mentions, and Citations”. PLoS one, 2012, v. 7, n. 11.
http://dx.doi.org/10.1371/journal.pone.0047523

Sugimoto, C.R. “Taking the Measure of Metrics: Interviews with Four ASIS&T Members”. ASIST Bulletin, 2012, v. 38, n. 6, pp. 33-38.
http://www.asis.org/Bulletin/Aug-12/AugSep12_Sugimoto.html

Torres-Salinas, Daniel; Delgado López-Cózar, Emilio. “Estrategia para mejorar la difusión de los resultados de investigación con la Web 2.0”. El profesional de la información, 2009, v. 18, n. 5, pp. 534-539.
http://dx.doi.org/10.3145/epi.2009.sep.07

Wouters, Paul; Costas, Rodrigo. Users, narcissism and control – tracking the impact of scholarly publications in the 21st century. Utrecht: SURF Foundation, 2012.
http://www.surf.nl/en/publicaties/Pages/Users_narcissism_control.aspx

jueves, 22 de noviembre de 2012

Síndrome de la onda J

Síndrome de la onda J: de la célula a la clínica


J-wave syndromes. from cell to bedside.
Antzelevitch C, Yan GX.
Masonic Medical Research Laboratory, Utica, NY 13501, USA.ca@mmrl.edu
J Electrocardiol. 2011 Nov-Dec;44(6):656-61
. doi: 10.1016/j.jelectrocard.2011.07.026.

Abstract

The J wave, a deflection that follows the QRS complex of the surface electrocardiogram, is usually partially buried in the R wave in humans, appearing as a J-point elevation. An early repolarization (ER) pattern characterized by J-point elevation, slurring of the terminal part of the QRS, and ST-segment elevation has long been recognized and considered to be totally benign. Recent studies have presented evidence demonstrating that an ER pattern in inferior leads or inferolateral leads is associated with increased risk for life-threatening arrhythmias, named early repolarization syndrome. Early repolarization syndrome and Brugada syndrome share similar electrocardiographic characteristics, clinical outcomes, risk factors, as well as a common arrhythmic platform related to amplification of I(to)-mediated J waves. Although Brugada syndrome and early repolarization syndrome differ with respect to the magnitude and lead location of abnormal J wave manifestation, they can be considered to represent a continuous spectrum of phenotypic expression, termed J-wave syndromes. Early repolarization syndrome has been proposed to be divided into 3 subtypes: type 1, displaying an ER pattern predominantly in the lateral precordial leads, is prevalent among healthy male athletes and rarely seen in ventricular fibrillation survivors; type 2, displaying an ER pattern predominantly in the inferior or inferolateral leads, is associated with a higher level of risk; whereas type 3, displaying an ER pattern globally in the inferior, lateral, and right precordial leads, is associated with the highest level of risk for development of malignant arrhythmias and is often associated with ventricular fibrillation storms
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3200490/pdf/nihms324388.pdf

Mecanismos genéticos, moleculares y celulares subyacentes a los síndromes de la onda J


Genetic, molecular and cellular mechanisms underlying the J wave syndromes.
Antzelevitch C.
Masonic Medical Research Laboratory, 2150 Bleecker Street, Utica, NY 13501, USA. ca@mmrl.edu
Circ J. 2012 Apr 25;76(5):1054-65. Epub 2012 Apr 11.
Abstract
An early repolarization (ER) pattern in the ECG, distinguished by J-point elevation, slurring of the terminal part of the QRS and ST-segment elevation has long been recognized and considered to be a benign electrocardiographic manifestation. Experimental studies conducted over a decade ago suggested that some cases of ER may be associated with malignant arrhythmias. Validation of this hypothesis was provided by recent studies demonstrating that an ER pattern in the inferior or inferolateral leads is associated with increased risk for life-threatening arrhythmias, termed ER syndrome (ERS). Because accentuated J waves characterize both Brugada syndrome (BS) and ERS, these syndromes have been grouped under the term "J wave syndromes". ERS and BS share similar ECG characteristics, clinical outcomes and risk factors, as well as a common arrhythmic platform related to amplification of I(to)-mediated J waves. Although BS and ERS differ with respect to the magnitude and lead location of abnormal J wave manifestation, they can be considered to represent a continuous spectrum of phenotypic expression. Although most subjects exhibiting an ER pattern are at minimal to no risk, mounting evidence suggests that careful attention should be paid to subjects with "high risk" ER. The challenge ahead is to be able to identify those at risk for sudden cardiac death. Here I review the clinical and genetic aspects as well as the cellular and molecular mechanisms underlying the J wave syndromes.


https://www.jstage.jst.go.jp/article/circj/76/5/76_CJ-12-0284/_pdf





Síndromes de onda J
J wave syndromes.
Antzelevitch C, Yan GX.
Masonic Medical Research Laboratory, Utica, New York 13501, USA.ca@mmrl.edu
Heart Rhythm. 2010 Apr;7(4):549-58. Epub 2009 Dec 11.
Abstract
The J wave, also referred to as an Osborn wave, is a deflection immediately following the QRS complex of the surface ECG. When partially buried in the R wave, the J wave appears as J-point elevation or ST-segment elevation. Several lines of evidence have suggested that arrhythmias associated with an early repolarization pattern in the inferior or mid to lateral precordial leads, Brugada syndrome, or arrhythmias associated with hypothermia and the acute phase of ST-segment elevation myocardial infarction are mechanistically linked to abnormalities in the manifestation of the transient outward current (I(to))-mediated J wave. Although Brugada syndrome and early repolarization syndrome differ with respect to the magnitude and lead location of abnormal J-wave manifestation, they can be considered to represent a continuous spectrum of phenotypic expression that we propose be termed J-wave syndromes. This review summarizes our current state of knowledge concerning J-wave syndromes, bridging basic and clinical aspects. We propose to divide early repolarization syndrome into three subtypes: type 1, which displays an early repolarization pattern predominantly in the lateral precordial leads, is prevalent among healthy male athletes and is rarely seen in ventricular fibrillation survivors; type 2, which displays an early repolarization pattern predominantly in the inferior or inferolateral leads, is associated with a higher level of risk; and type 3, which displays an early repolarization pattern globally in the inferior, lateral, and right precordial leads, is associated with the highest level of risk for development of malignant arrhythmias and is often associated with ventricular fibrillation storms.
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2843811/pdf/nihms164761.pdf




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Llueven e-books - Reforma
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Llueven e-books [Interfase] - 19/11/2012 | Periódico Zócalo
Autores, editoriales y tiendas apuestan por el formato digital en el país - 19/11/ 2012.
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Cuando la inspiración nos encontró trabajando

http://www.madrimasd.org/informacionIdi/analisis/opinion/opinion.asp?id=54925&origen=notiweb_suplemento&dia_suplemento=jueves&seccion=opinionjueves%20Cuando%20la%20inspiraci%C3%B3n%20nos%20encontr%C3%B3%20trabajando

Cuando la inspiración nos encontró trabajando

¿Se ha parado a pensar la suerte que tiene? Cada día me resisto más a pensar que una suerte de corriente positiva selecciona sólo a unos pocos y se olvida, de forma caprichosa, de muchos más. ¿Dónde está el origen de la suerte? Y lo más importante, ¿tendremos todos acceso a ella?


AUTOR | Elvira Vega. Subdirectora de Formación y Desarrollo de RR.HH. de MAPFRE

A menudo me sorprendo a mi misma realizándome preguntas sobre qué tipo de decisiones he tomado para llegar al punto en el que estoy y, sobre todo, que me llevó a tomarlas en un momento determinado. A menudo, también, concluyo que no lo pensé demasiado y que, seguramente fue la fortuna la que me inspiró y me llevo a tomar la decisión adecuada en el momento preciso. Al menos, quiero pensarlo así.

Analicemos también en cuantas ocasiones, cuando un amigo nos cuenta que ha recibido una promoción en su trabajo, o cuando otro nos muestra su coche nuevo, o su casita de la playa, nos hemos encontrado diciéndole: ¡Vaya suerte que tienes! ¿Y no es curioso que parece que estas cosas siempre les ocurre a los mismos? Es sorprendente..., o no.

Pensemos por unos instantes qué rasgos suelen tener estas personas en común: por lo general, suelen ser gente que planifica minuciosamente cualquier proyecto que les cae en las manos, da igual que se trate de la construcción de un edificio, que de su propia boda; dejan pocas cosas al azar. También destacan por tener una visión a largo plazo; hay que actuar en el momento, pero sin perder de vista un objetivo mucho más amplio y rico en un futuro próximo. Si o sí, son personas positivas, que no se rinden ante las primeras dificultades, que saben gestionar los cambios, que son innovadores, flexibles y persistentes. Pero, sobre todas, las cosas, son personas con una capacidad de trabajo extraordinaria, ámbito en el que ponen en práctica con gran maestría todas las habilidades que anteriormente se han enumerado.

Esto encaja bastante con lo que ya afirmaba William Faulkner, genial narrador y poeta americano del siglo XX, cuando decía que "para ser grande, hace falta tener un 99% de talento, un 99% de disciplina y un 99% de trabajo". Aún tratándose de otro siglo, hay verdades que son inmutables.

Visto así, parece que los buenos resultados son algo más que el fruto de la inspiración que pueda visitarnos en un momento dado, o de un simple golpe de suerte. Parece que tiene mucho más que ver con el esfuerzo, con el tesón, con la orientación a resultados y con la capacidad para aprovechar todas las oportunidades que la vida nos pone por delante.

¿O es casual que usted tenga la familia, la casa, las aficiones o el trabajo que tiene? Seguro que para lograr todo ello ha tenido que invertir grandes dosis de trabajo, esfuerzo, dedicación, e incluso ha tenido que enfrentarse a renuncias, que van implícitas en cualquier elección que uno hace en la vida (pura teoría económica). Piense por un instante que usted decide estudiar inglés, y renuncia a invertir ese tiempo que va a dedicar a aprender otro idioma, en detrimento de la reunión semanal con sus amigos, para comentar las mejores jugadas deportivas de la jornada del domingo, o para asistir a esa comida familiar que tanto le apetece. Esa renuncia, redundará, o al menos debería hacerlo, en beneficio de sus oportunidades para lograr un trabajo más cualificado. El día que le ofrezcan un puesto en una empresa internacional, donde uno de los requisitos fundamentales sea dominar el inglés, ¿podrán sus amigos decir que ha sido cuestión de suerte? ¡Su trabajo le ha costado!

Como decía Picasso, "la inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando". De esta manera inspiración y suerte se encontrarán en nuestro camino, para cumplir una máxima que ya Thomas Jefferson, padre de la constitución americana, se aplicaba a sí mismo: “Yo creo bastante en la suerte. Y he constatado que, cuanto más duro trabajo, más suerte tengo”. Coincido plenamente. ¿Y usted?


¿Está muerta la industria editorial?


¿Está muerta la industria editorial?
Publicado por Joaquín Rodríguez el 20 noviembre, 2012

En un reciente artículo publicado en The New York Times, How dead is the book business?, Adam Davidson (conductor del programa Planet Money en la cadena de radio estatalnorteamericana dedicado a explicar los enrevesados asuntos de la economía), nos proponía resolver esa espinosa pregunta: ¿está muerto el negocio de los libros? o, quizás mejor, ¿hasta qué punto está muerto el negocio de los libros?



La pregunta cobra relevancia y resulta pertinente planteársela tras el anuncio de la adquisición por parte de Random House (no olvidemos que es, a su vez, propiedad de Bertelsmann) del grupo Penguin (que aglutina, a su vez, a sellos como Dutton, Viking y otros más y que, hasta hace poco, era propiedad de Pearson, el gigante educativo). Y la pregunta nos atañe cuando los rumores sobre la compra de Alfaguara por parte de Random son, cada vez, más insistentes ¿Acabaremos viviendo una especie de oligopolio de los media en manos de dos o tres grandes agentes globales? ¿Aniquilará eso la bibliodiversidad, la posibilidad misma de encontrar sellos independientes que representen a las voces divergentes, tal como nos recordaba siempre Pierre Bourdieu? ¿No era internet ese sitio en que la desintermediación permitía, por el contrario, pensar en largas colas en la que pudieran acurrurcarse los pequeños sellos editoriales junto a sus fieles comunidades lectoras? ¿Pero alguien puede pensar todavía, en este espacio digital intermediado, que puede monopolizar la generación de contenidos cuando cualqueira, potencialmente, puede convertirse en autor y editor, en prosumidor? Bien, demasiadas preguntas para tan pocas respuestas.



Davidson, sin embargo, utiliza un ejemplo trasladable al ámbito de la edición para alumbrar lo que nos sucede: al inicio del siglo XX Estados Unidos vivió un proceso de fusión de empresas que manufacturaban sus productos con el acero que adquirían a las empresas extractoras. Mediante su unión, lo primero que consiguieron fue imponer condiciones de compra a los proveedores de materias primas para, poco después, elevar sin demora los precios de su productos. Acabando con la competencia fueron capaces de despreocuparse de la competencia mientras descuidaban los procesos de creación e innovación. A la vuelta de la esquina, algunas décadas después, les esperaban las compañías asiáticas que acabaron con ellas.



¿Cómo asegurarnos, por tanto, de que el ecosistema del libro sigue siendo lo suficientemente rico para que en su cadena trófica grandes y pequeños convivan y cumplan sus funciones, para que unos se preocupen de los mercados más masivos y los otros arriesgen su vida y su capital en el empeño de buscar nuevos temas y nuevos autores?

Sin ánimo de agotar las posibilidades, se me ocurren algunas medidas:
Asegurar la compra pública para las redes de bibliotecas del Estado. También, claro, para las bibliotecas de las Autonomías. Las nanoindustrias que constituyen el tejido fundamental de la edición, necesitan del estímulo de las adquisiciones públicas para sobrevivir. También, cómo no, las grandes, aunque dispongan de otros canales para compensar ciertas pérdidas;
Agruparse en plataformas propias y cooperativas de venta de contenidos digitales, porque los datos demuestran que los usuarios prefieren aquellos sitios con una masa crítica de contenidos suficiente para que resulte atractiva al comprador;
Crear una ventanilla de gestión única de los derechos de la propiedad intelectual, tanto para facilitar la gestión de contenidos de muy diversa índole que ahora andan repartidos en varias organizaciones, como para hacer más transparente la disponibilidad de los derechos sobre autores cuyos derechos de explotación ya han expirado en otras editoriales;
Reflexionar abiertamente, sin excusas, sobre la nueva cadena de valor que Internet favorece, pensando el lugar que cada uno aspira a ocupar, siempre que sea capaz de aportar algún valor diferencial. De lo contrario, intentar construir aduanas donde Internet las quita, no llevará a ningún buen puerto.

No es probable que pueda levantarse el acta de defunción de la industria editorial, y es más que posible que convivan ambos modelos -grandes y pequeños- junto a la miriada de manifestaciones del contenido generado por usuarios. Sea como fuere, será necesario trabajar por asegurar la diversidad.

martes, 20 de noviembre de 2012

Tratamiento de la lesión pulmonar aguda y el SDRA

Remifentanilo

Efecto de la infusión controlada de remifentanil en combinación con desfluorano durante el mantenimiento de la anestesia general


Effect of a target-controlled infusion of remifentanil in combination with desflurane during the "maintenance" phase of general anesthesia.
Shin MK, Shim HS, Yang GY, Sung WS.
Department of Anesthesiology and Pain Medicine, Samsung Changwon Hospital, Sungkyunkwan University School of Medicine, Changwon, Korea.
Korean J Anesthesiol. 2012 Jul;63(1):25-9. Epub 2012 Jul 24.
Abstract
BACKGROUND: The goal of this study was to determine the optimal target-controlled concentration of remifentanil combined with desflurane, by using a more widely and decreasing end-tidal concentration of desflurane. METHODS: Ninety ASA I patients, who underwent general anesthesia for elective orthopedic or extremity surgeries, were registered and randomly allocated to receive either a target-controlled concentration of 1 ng/ml (group R1), 2 ng/ml (group R2) remifentanil, or desflurane only without remifentanil infusion (group D). Mean arterial pressure (MAP) and heart rate (HR) were recorded at 5-min intervals from after a 10-15 min period of surgical incision to before a 10-min period prior to the end of an operation. End-tidal concentration of desflurane was increased or decreased in proportion to the changes in MAP and HR. If the value of bispectral index (BIS) was from 60-62 for more than 2 min or systolic blood pressure would fall below 90 mmHg, the patient was excluded from the study to prevent a risk of "explicit awareness" and shock. RESULTS: The end-tidal desflurane concentration was lower in the group receiving 1 ng/ml (5.2 ± 0.5 vol%; P < 0.001) and 2 ng/ml remifenanil (4.4 ± 0.5 vol%; P < 0.001) compared to patients in group D (7.9 ± 0.5 vol%). CONCLUSIONS: We recommend the use of 2 ng/ml or less remifentanil combined with desflurane for decreasing concentrations of desflurane without significant side effects, during the "maintenance" phase, and not during the induction phase of general anesthesia
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3408510/pdf/kjae-63-25.pdf


Comparación entre dexmedetomidina y remifentanilo para atenuar las respuestas hemodinámicas a laringoscopía e intubación traqueal


Comparison of dexmedetomidine and remifentanil for attenuation of hemodynamic responses to laryngoscopy and tracheal intubation.
Lee JH, Kim H, Kim HT, Kim MH, Cho K, Lim SH, Lee KM, Kim YJ, Shin CM.
Department of Anesthesiology and Pain Medicine, Busan Paik Hospital, College of Medicine, Inje University, Busan, Korea.
Korean J Anesthesiol. 2012 Aug;63(2):124-9. Epub 2012 Aug 14.
Abstract
BACKGROUND: This study was designed to compare the effect of dexmedetomidine and remifentanil used in anesthetic induction on hemodynamic change after direct laryngoscopy and tracheal intubation. METHODS: A total of 90 ASA class 1 or 2 patients were randomly assigned to one of 3 groups to receive one of the following treatments in a double-blind manner: normal saline (Group C, n = 30), dexmedetomidine 1 µg/kg (Group D, n = 30), remifentanil 1 µg/kg (Group R, n= 30). Anesthesia was induced with propofol 2 mg/kg and rocuronium 0.6 mg/kg and maintained with 2 vol% sevoflurane and 50% nitrous oxide in oxygen. In group D, dexmedetomidine 1 µg/kg was infused for 10 min before tracheal intubation. Patients in group R was received 1 µg/kg of remifentanil 1 minute before tracheal intubation. The systolic blood pressure, diastolic blood pressure and heart rate were recorded from entrance to operation room to 5 min after tracheal intubation. RESULTS: The percent increase in systolic and diastolic blood pressure due to tracheal intubation in group D and R were significantly lower than that of group C (P < 0.05). The heart rate 1 min after tracheal intubation was lower in groups R and D than in the group C (P < 0.05). CONCLUSIONS: In healthy normotensive patients, the use of dexmedetomidine during anesthetic induction suppressed a decrease in blood pressure due to anesthetic induction and blunted the hemodynamic responses to endotracheal intubation.
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3427804/pdf/kjae-63-124.pdf



Apnea por remifentanilo: informe de un caso y revisión de la literatura


Remifentanil apnea: Case report and review of the literature.
Shaikh N, Hanssens Y, Louon A.
Department of Anesthesiology and Intensive Care, Hamad Medical Corporation-Hamad General Hospital, Doha, Qatar.
J Anaesthesiol Clin Pharmacol. 2011 Oct;27(4):553-5.
Abstract
Remifentanil is an opioid analgesic frequently used in intensive care patients because of its rapid onset of action, potency, and ultra-short duration. If an excessive dose is given, it leads to rapid, short lasting, potentially life-threatening side effects such as apnea, bradycadia, hypotension, and rigidity, following rapid peak serum levels. We report a 36-year-old woman developing apnea with bradycardia and hypotension, following an infusion in the central venous catheter lumen that had been used for remifentanil till tracheal extubation. The patient was immediately ventilated with bag-valve-mask and improved within 8 minutes. She became fully awake, heart rate and blood pressure returned to normal, and oxygen saturation improved to 100%. Acute care physicians, intensivists, anesthesiologists, and critical care nurses should be aware of this clinical problem in order prevent it as much as possible and to initiate immediate resuscitative measures.
http://www.joacp.org/temp/JAnaesthClinPharmacol274553-721946_200314.pdf





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Comunidades de aprendizaje: tendencia 2013

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Comunidades de aprendizaje: tendencia 2013
16 noviembre, 2012 Por Sandra Sanz-Martos
en Notas ThinkEPI 2013


En una entrada de Dolors Reig en su blog “El Caparazón” del pasado 11 de noviembre de 2012 habla de que las comunidades en las que se aprende, se comparte conocimiento o experiencias profesionales en las que se solucionan problemas colaborativamente son tendencia 2013.

Comunidades hay de muchos tipos, tantos como intereses pueden tener sus miembros. Pero no en todas se aprende colaborativamente ni mucho menos se comparte conocimiento. En este trabajo nos vamos a centrar en aquellas donde sí se produce este fenómeno. Son las denominadas “comunidades de valor”, que son tres: “comunidad de aprendizaje”, “comunidad de interés” y “comunidad de práctica”. Ya que parece ser que van a ser tendencia, veamos qué son cada una de ellas y cómo se pueden distinguir las unas de las otras.

Comencemos describiendo las comunidades de aprendizaje (Cas). Son contextos en los que los alumnos aprenden gracias a su participación e implicación, en colaboración con otros alumnos, con el profesor y con otros adultos, en procesos genuinos de investigación y construcción colectiva del conocimiento sobre cuestiones personal y socialmente relevantes (Onrubia, 2004).

La premisa en que se apoya la idea de las aulas como comunidades de aprendizaje es la consideración de que el aprendizaje individual es, en buena medida, inseparable de la construcción colectiva de conocimiento, y que tal construcción colectiva constituye el contexto, la plataforma y el apoyo básico para que cada alumno pueda avanzar en su propio conocimiento.

De acuerdo con esto, la actividad de las aulas que se estructuran como comunidades de aprendizaje no se organiza, como en las aulas tradicionales, en torno a la transmisión por parte del profesor de determinados contenidos preestablecidos, sino en torno a procesos de investigación sobre determinados temas previamente consensuados entre profesor y alumnos, y que éstos abordan de manera conjunta y colaborativa.

Estos procesos pueden tomar formas concretas diversas, como la elaboración de proyectos, el análisis de los casos, la resolución de situaciones-problema o la preparación de productos que serán presentados públicamente.

El carácter auténtico y relevante de las situaciones, actividades y tareas basadas en los procesos de construcción colaborativa de conocimiento que se llevan a cabo en las aulas que se estructuran como Comunidades de aprendizaje, se concreta en toda una serie de rasgos que difieren radicalmente de los rasgos que caracterizan típicamente la actividad en las aulas tradicionales (Onrubia, 2004).

Así, en un aula organizada como una comunidad de aprendizaje, profesor y alumnos abordan habitualmente tareas globales y complejas, cuya resolución exige utilizar de manera combinada conocimientos y habilidades de diversa índole. Considerando en este marco la diversidad de los alumnos como un recurso esencial para favorecer el aprendizaje y beneficiándose de algo, la enseñanza tradicional nunca pudo lograr que los alumnos aprendan el mismo conocimiento de la misma manera y al mismo tiempo.

De esta manera, por ejemplo, los alumnos de una asignatura como física, aprenden a resolver los ejercicios conjuntamente y comparten la manera de entender los conceptos de modo que aquellos a los que les sea más difícil razonar y comprender el proceso de cómo resolver un problema puedan, al escuchar a sus compañeros, resolverlos. Y así lo aprenden todos a la vez.

Dentro de este contexto educativo, es importante también remarcar que no es posible obviar la influencia del eLearning en el crecimiento del interés por las comunidades. En las aulas de plataformas de formación concebidas por algunas grandes empresas o en los propios foros de algunas intranets, es relativamente frecuente compartir el proceso de asimilación de nuevas competencias o nuevos conocimientos. En el ámbito de la docencia secundaria obligatoria cada vez es más frecuente el uso de las comunidades de aprendizaje como recurso formativo.

Para acabar esta caracterización, hemos de dejar claro que las comunidades de aprendizaje no se resumen exclusivamente a las aulas de la enseñanza y la educación, sino que son claramente exportables a contextos organizacionales, al igual que las comunidades de práctica.

De hecho, las comunidades de práctica no dejan de ser un tipo de comunidad de aprendizaje. La diferencia estriba en que los miembros de las CAs comparten el aprendizaje sobre una materia o concepto concreto, mientras que las CPs comparten el aprendizaje y la experiencia profesional. Por ejemplo, en el contexto de una organización, podría darse el caso de que surgiera una comunidad de aprendizaje entorno a una nueva herramienta informática que haya adquirido la empresa. Y que entre unos cuantos compañeros decidieran ayudarse para aprender más rápido su funcionamiento.

Está claro que no estamos hablando de comunidades de práctica porque no estamos ante el afán de compartir la experiencia y la manera de enfrentarse o resolver tal o cual tarea, sino ante el proceso de aprender a manejar un nuevo software. La comunidad de aprendizaje finalizará cuando todos los miembros sepan utilizar la nueva herramienta.

Sin embargo, si recordamos el artículo de Wenger y Snyder (2000), las comunidades de práctica no están vinculadas al fin de un proyecto u objetivo concreto, por lo que suelen ser más prolongadas en el tiempo. El fin de las CdPs está sujeto, simplemente, a la desaparición del interés por parte de sus miembros en continuar compartiendo conocimiento.

Pasemos ahora a describir las comunidades de interés. Así como las comunidades de aprendizaje están en gran medida ligadas al eLearning, las comunidades de interés forman parte del corazón de internet. Fueron los científicos los primeros en utilizar internet para compartir datos, cooperar en investigaciones e intercambiar información. La llamadaWorld Wide Web fue creada en 1989 por Tim Berners-Lee, que trabajaba en el CERN (Organización europea de investigaciones nucleares). Este sistema de hipertexto, basado en Internet –World Wide Web- fue concebido originalmente para utilizarse como sistema de gestión centralizado y herramienta de comunicación entre los científicos nucleares del propio CERN (Ginebra).

Pero a partir de la segunda mitad de la década de los 90 el uso se fue haciendo extensivo a otros intereses. Seguramente, sin ir más lejos, el fenómeno “fan” ha sido también uno de los mayores impulsores. Seguidores de grupos musicales, cinéfilos, lectores adictos, entre otros. En la actualidad, las casuísticas son infinitas. Desde enfermos de cáncer que comparten desde cómo hacer frente a los efectos de la quimioterapia (desde el Hospital Clínic de Barcelona1 se está llevando a cabo una iniciativa tan brillante como valiosa en este sentido), hasta grupos de madres que comparten técnicas de lactancia y de preparación al parto o información sobre guarderías o colegios2, además de poder efectuar compra online de productos de puericultura, lactancia, etc.

Las comunidades de interés comparten un interés o pasión común. Los intereses pueden ser tan variados como las aficiones o casuísticas de las personas. Pero el interés común no es la praxis profesional y, aunque compartan técnicas o maneras de hacer, el foco común no gira únicamente en torno al aprendizaje un aspecto concreto. Otra de sus características distintivas, tal y como defienden Amstrong y Hagel (2000), es el mutuo desconocimiento entre sus miembros. Aunque las reuniones presenciales de grupos pequeños entre miembros pertenecientes a la comunidad son relativamente frecuentes, lo habitual es que un miembro no conozca personalmente a la mayoría de sus compañeros. Incluso es muy probable que no conozca a ninguno de ellos.

Por último, describiremos, las comunidades de práctica. Una comunidad de práctica es un grupo de personas que desempeñan la misma actividad o responsabilidad profesional que, preocupados por un problema común o movidos por un interés común, profundizan en su conocimiento y pericia en este asunto a través de una interacción continuada.

Para que una comunidad de práctica funcione como tal, es importante que sus miembros desempeñen la misma actividad o responsabilidad profesional, de otro modo, sus miembros no podrán compartir sus experiencias ni profundizar en la praxis diaria. En otras palabras, no estaremos ante una comunidad de práctica, sino más probablemente de una comunidad de interés o de aprendizaje.

Ejemplos muy conocidos de comunidades de práctica son el caso de los reparadores de fotocopiadoras de Xerox, el de los tramitadores de solicitudes médicas de una compañía de seguros, o el de los trabajadores de “La Caixa”.

Las comunidades de práctica tienen una estructura muy simple. Y no necesita de muchas figuras para intervenir y garantizar su funcionamiento diario, aunque no todos los autores están de acuerdo en esto.

Para Wenger, McDermott y Snyder (2001) sólo hay tres figuras o roles distintos a desempeñar en el seno de la comunidad: el moderador, los líderes y los miembros de la CP. Los moderadores (o también llamados dinamizadores) tienen un papel fundamental para garantizar el buen funcionamiento. Los líderes juegan un papel influyente y clave para atraer la participación y legitimar la CP y, por último, los miembros propiamente dichos de la CP que con una participación más o menos activa son el cuerpo central de la comunidad.

El intervalo de tamaño óptimo para garantizar el buen funcionamiento y, por tanto, la eficiencia de una CP debería estar entre 50 y 80 miembros. A nuestro parecer un grupo inferior a 30 miembros tendría una actividad muy pobre y superior a 100 pondría en riesgo la buena gestión de la comunidad, y seguramente acabará dividiéndose en comunidades más pequeñas. Por lo tanto creemos que el intervalo entre 50 y 80 garantiza la salud de la comunidad y su estabilidad grupal.

Por otro lado, la comunidad de práctica no está sujeta a calendario y durará mientras dure el interés de sus miembros.

Las similitudes y diferencias entre las comunidades de aprendizaje y comunidades de práctica, aunque pequeñas, son claras. La frontera entre las comunidades de práctica y las comunidades de aprendizaje es difusa pero consideramos que hay un factor que las distingue claramente. Las primeras surgen y se entienden en el contexto de las organizaciones o de las profesiones. Es decir, pertenecen al ámbito del trabajo diario, a la práctica profesional diaria. De ahí el nombre de comunidad de práctica. Sin embargo, las comunidades de aprendizaje están circunscritas al ámbito docente y al proceso de asimilar conceptos y materias.

Pero hay algunos rasgos más que nos ayudan a distinguirlas. Así, por ejemplo, la diferencia en el número de integrantes (que en las comunidades de aprendizaje es menor que en las CoPs). Además, a diferencia de las de práctica, las comunidades de aprendizaje llegan a su fin cuando ya se han adquirido los conocimientos objeto del aprendizaje. Por otro lado, coinciden plenamente en la posibilidad de una virtualidad total en caso de que se prefiera a la presencialidad, así como en la necesidad de la existencia de la figura de un moderador/dinamizador. Esta figura, al igual que en el caso de las CoPs, es de vital importancia para garantizar el funcionamiento de las comunidades de aprendizaje.

Si comparamos las comunidades de interés y comunidades de práctica, en las primeras se comparte información y experiencias, y éstas pueden o no que tener que ver con la praxis profesional.

Por ejemplo, en Connexions3, los profesionales relacionados con el mundo educativo comparten recursos educativos en abierto de forma colaborativa, y comparten información sobre novedades de estos recursos. También, en E-Lis4 se encuentra el primer repositorio de contenidos en abierto específico para bibliotecarios. Son dos ejemplos muy ligados a la profesión pero en ningún momento profundizan en su conocimiento o pericia, sino que comparten información, novedades y recursos.

Como decíamos anteriormente, las comunidades de interés son un producto claramente derivado de internet. Y este tipo de comunidades sólo existen virtualmente. Además, lo habitual es que un miembro no conozca personalmente a la mayoría de sus compañeros. Incluso es muy probable que no conozca a ninguno de ellos a diferencia de las comunidades de aprendizaje y las de práctica, donde sus miembros sí se conocen entre ellos, de manera previa al nacimiento de la comunidad.

Sin embargo, una característica que tienen en común las comunidades de interés y las comunidades de práctica es que la limitación temporal es el fin del interés de estos dos tipos de comunidades. Aunque, en el caso de las comunidades de interés son muy longevas, y los intereses se van renovando. Cuando un miembro deja de conectarse es muy fácil que aparezca un miembro nuevo.

Por supuesto, hay que considerar que no siempre encontramos comunidades puras. Y que éstas, como sus miembros, evolucionan o pueden atravesar distintas fases a lo largo de su vida. Pero es importante distinguirlas y conocer sus diferencias.

Notas:

1. Hospital Clínic de Barcelona.
http://www.forumclinic.org

2. Crianza natural.
http://www.crianzanatural.com

3. Connexions
http://cnx.org

4. E-Lis.
http://eprints.reclis.org

Guías sobre el manejo de Angina inestable e Infarto del miocardio sin elevación del segmento ST

ultimas actualizaciones en las guías sobre el manejo de Angina inestable e Infarto del miocardio sin elevación del segmento STAca esta el pdf completo

http://circ.ahajournals.org/content/early/2012/07/16/CIR.0b013e318256f1e0.full.pdf


Welcome to the ESC Clinical Practice Guidelines section

European Society of Cardiology


Welcome to the ESC Clinical Practice Guidelines section
Access the full list of guidelines and derivative products for free

35 ESC Clinical Practice Guidelines
DateTitleTopic
2012Third Universal Definition of Myocardial InfarctionMyocardial Disease
2012Valvular Heart Disease (Management of)Valvular Heart Diseases
2012Atrial Fibrillation (Management of) 2010 and Focused Update (2012)Atrial Fibrillation
2012Acute Myocardial Infarction in patients presenting with ST-segment elevation (Management of)Acute Coronary Syndromes (ACS)
2012Acute and Chronic Heart FailureHeart Failure (HF)
2012CVD Prevention in clinical practice (European Guidelines on)Cardiovascular Disease Prevention - Risk Assessment and Management
2011Dyslipidaemias (Management of)Cardiovascular Disease Prevention - Risk Assessment and Management

y hay mas...
Atte.
Dr.Máximo Cuadros Chávez

Hipertensión arterial en el viejo

Evolución cardiovascular y cerebrovascular en ancianos hipertensos tratados con bloqueadores del receptor de angiotensina o con inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina


Cardiovascular and cerebrovascular outcomes in elderly hypertensive patients treated with either ARB or ACEI.
Ma C, Cao J, Lu XC, Guo XH, Gao Y, Liu XF, Fan L.
The First Department of Geriatric Cardiology, South Building, Chinese PLA General Hospital, 28 Fuxing Road, Beijing 100853, China.
J Geriatr Cardiol. 2012 Sep;9(3):252-7. doi: 10.3724/SP.J.1263.2011.12031.
Abstract
BACKGROUND: Although angiotensin converting enzyme inhibitors (ACEI) and angiotensin receptor blockers (ARB) are equally important in the treatment of hypertension, there is less evidence whether they have equal cardiovascular and cerebrovascular protective effects, especially in elder hypertensive patients. This study aims to clarify this unresolved issue. METHODS: This cross-sectional study included clinical data on 933 aged male patients with hypertension who received either an ARB or ACEI for more than two months between January 2007 and May 2011. The primary outcome was the composite of cardiovascular death, non-fatal myocardial infarction, and non-fatal stroke. The secondary endpoints were unstable angina, new atrial fibrillation, and transient ischemic attack. RESULTS: The median follow-up time was 24 months. Age, drug types, cerebral infarction history, renal dysfunction history were the independent predictors of the primary endpoint. The risk of an occurrence of a primary endpoint event was higher in the ARB group than the ACEI group [P = 0.037, hazard ratios (HR): 2.124, 95% confidence interval (95% CI): 1.048-4.306]. The Kaplan-Meier method also suggests that the rate of primary endpoint occurrence was higher in the ARB group than the ACEI group (P = 0.04). In regard to the secondary endpoints, there were no significant differences between the two treatment arms (P = 0.137, HR: 1.454, 95% CI: 0.888-2.380). Patient age and coronary heart disease history were independent predictors of the secondary endpoint.
CONCLUSION: ACEI were more effective than ARB in reducing cardiovascular and cerebrovascular morbidity and mortality in aged patients with hypertension.
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3470024/pdf/jgc-09-03-252.pdf


Tratamiento de la hipertensión arterial sistémica
Treatment of systemic hypertension.
Aronow WS.
Cardiology Division, Department of Medicine, New York Medical College Valhalla, New York, USA.
Am J Cardiovasc Dis. 2012;2(3):160-70. Epub 2012 Jul 25.
Abstract
Systemic hypertension is a major risk factor for cardiovascular disease and is present in 69% of patients with a first myocardial infarction, in 77% of patients with a first stroke, in 74% of patients with chronic heart failure, and in 60% of patients with peripheral arterial disease. Double-blind, randomized, placebo-controlled trials have found that antihypertensive drug therapy reduces cardiovascular events in patients aged younger than 80 years and in patients aged 80 years and older in the Hypertension in the Very Elderly Trial. Although the optimal blood pressure treatment goal has not been determined, existing epidemiologic and clinical trial data suggest that a reasonable therapeutic blood pressure goal should be <140/90 mm Hg in patients younger than 80 years and a systolic blood pressure of 140-145 mm Hg if tolerated in patients aged 80 years and older. Non-pharmacologic lifestyle measures should be encouraged both to prevent development of hypertension and as adjunctive therapy in patients with hypertension. Angiotensin-converting enzyme inhibitors, angiotensin receptor blockers, beta blockers, calcium channel blockers, and diuretics have all reduced cardiovascular events in randomized trials. The choice of specific drugs depends on efficacy, tolerability, presence of specific comorbidities, and cost
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3427981/pdf/ajcd0002-0160.pdf



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