La amenaza fantasma: ¿Por qué necesitamos nuevos antibióticos? (EPISODIO I)
autor: Miguel Vicente
Las enfermedades infecciosas, y en concreto las causadas por bacterias patógenas, lejos de haber sido eliminadas, siguen siendo una causa frecuente de muerte. Esto no solo ocurre en los países en desarrollo, en los que a una sanidad poco eficaz se unen unas condiciones de vida muy precarias entre las que la alimentación escasa y la higiene deficiente crean un ambiente propicio para que proliferen estas enfermedades, sino que las infecciones también provocan sufrimiento y muerte en todo el mundo.
Las bacterias patógenas en el lado oscuro de los microbios.La amenaza de las bacterias resistentes a los antibióticos casi solo esnoticia cuando un brote infectivo provoca la muerte de los pacientes deun hospital que están ingresados por otros motivos. Sin embargo lasresistencias debieron aparecer en la naturaleza a la par que losantibióticos. El uso poco juicioso que hemos hecho de esos medicamentosamenaza con eliminar gran parte de su eficacia en solo medio siglodesde sus descubrimiento. Darth Maul, uno de los siniestros personajes de la serie La guerra de las galaxias,
En la población mundial las muertes atribuibles a infecciones bacterianas son el 18%. Elporcentaje de muertes producidas por enfermedades de las vías respiratorias (como la pulmonía) es del 6,9 %, mientras que las provocadas por cáncer de pulmón y tráquea es un tercio menor (2,2%). Son cifras que contrastan con la percepción que tenemos de la enfermedad y que tiene probablemente consecuencias sobre el esfuerzo que aplicamos a encontrar curas para una u otra de ellas.
¿Qué es un antibiótico?
Los antibióticos son compuestos que producen unos seres vivos para frenar la proliferación de otros. Muchos biólogos opinan que los seres vivos actuales son los supervivientes de una larga competición entre los organismos que les han precedido, y de hecho hay muchas pruebas documentales de que esto ha sido así, e incluso pruebas experimentales de que al menos en el mundo de los microbios la competición para conseguir los escasos alimentos disponibles establece un sutil equilibrio entre unos y otros. Una de las estrategias que utilizan los microbios es producir antibióticos que bloquean alguno de los procesos esenciales para la vida de sus competidores.
Si a esto le sumamos el efecto que ha tenido el mal uso que se ha hecho de los antibióticos, incluso la penicilina se utilizó en los años 50 del pasado siglo como principio activo de pastillas para la tos y dentífricos, comprenderemos que el contraataque de los patógenos armados de un amplio arsenal de resistencias parece casi imparable. Podemos pues asegurar que, debido al fenómeno de las resistencias y a diferencia de lo que ocurre con otras medicinas, los antibióticos empiezan a perder su eficacia en el mismo momento en el que se introducen como medicamentos.
También en los países más prósperos es frecuente la muerte por una infección, tanto los ancianos como los niños son segmentos de la población muy proclives a contraer graves infecciones. En los Estados Unidos la pulmonía fue responsable del 2.7 % y la septicemia del 1.4% de las muertes en 2002. A nivel mundial, una sola enfermedad, la tuberculosis, provoca el 3% de todas las muertes, 4.500 enfermos fallecen cada día víctimas de tuberculosis y el número de personas infectadas, muchas de ellas sin saberlo, es de dos mil millones. En España la incidencia de tuberculosis es de 30 enfermos por cada 100.000 habitantes. En la Comunidad de Madrid los casos de tuberculosis en 2004 fueron de 16,9 por cien mil habitantes. Además de que la creciente movilidad de las poblaciones hace que cada vez los problemas causados por infecciones dejen de estar limitados a un determinado lugar, ocurre que los antibióticos, una de las más poderosas armas que se desarrollaron el pasado siglo para combatir a las bacterias patógenas, son cada vez menos eficaces.
Víctima de la tuberculosis, Vivian Leigh (1913-1967). Famosa por su papel de Scarlett O’Hara en la película “Lo que el viento se llevó“, la actriz Vivian Leigh es una de las numerosas víctimas causadas por la tuberculosis.
¿Qué es un antibiótico?
Los antibióticos son compuestos que producen unos seres vivos para frenar la proliferación de otros. Muchos biólogos opinan que los seres vivos actuales son los supervivientes de una larga competición entre los organismos que les han precedido, y de hecho hay muchas pruebas documentales de que esto ha sido así, e incluso pruebas experimentales de que al menos en el mundo de los microbios la competición para conseguir los escasos alimentos disponibles establece un sutil equilibrio entre unos y otros. Una de las estrategias que utilizan los microbios es producir antibióticos que bloquean alguno de los procesos esenciales para la vida de sus competidores.
¿Por qué los antibióticos pierden su eficacia?
Cuando se descubrieron, los antibióticos se consideraron como la bala mágica que acabaría con las enfermedades infeccionas de una vez por todas. Poco más de medio siglo después sabemos que esto está muy lejos de la realidad. Infecciones hospitalarias como las producidas por Acinetobacter baumannii pueden ser refractarias a casi todos los antibióticos que tenemos salvo a la colistina. Son cada vez más frecuentes las tuberculosis provocadas porMycobacterium multiresistentes a los antibióticos, e incluso la penicilina, a la que el microbio causante de la mayor parte de las pulmonías, Steptococcus pneumoniae, era muy sensible ha perdido gran parte de su eficacia al proliferar las estirpes resistentes.
Las resistencias a los antibióticos no dejan de ser uno de los mecanismos de defensa de los microbios. Para empezar, todo organismo que produzca un antibiótico ha de ser, de una u otra forma, resistente a su acción. Es por eso que muchas veces se descubre que hay microbios resistentes a un antibiótico antes incluso de que se haya empezado a utilizar en clínica.
Cuando se descubrieron, los antibióticos se consideraron como la bala mágica que acabaría con las enfermedades infeccionas de una vez por todas. Poco más de medio siglo después sabemos que esto está muy lejos de la realidad. Infecciones hospitalarias como las producidas por Acinetobacter baumannii pueden ser refractarias a casi todos los antibióticos que tenemos salvo a la colistina. Son cada vez más frecuentes las tuberculosis provocadas porMycobacterium multiresistentes a los antibióticos, e incluso la penicilina, a la que el microbio causante de la mayor parte de las pulmonías, Steptococcus pneumoniae, era muy sensible ha perdido gran parte de su eficacia al proliferar las estirpes resistentes.
Las resistencias a los antibióticos no dejan de ser uno de los mecanismos de defensa de los microbios. Para empezar, todo organismo que produzca un antibiótico ha de ser, de una u otra forma, resistente a su acción. Es por eso que muchas veces se descubre que hay microbios resistentes a un antibiótico antes incluso de que se haya empezado a utilizar en clínica.
Si a esto le sumamos el efecto que ha tenido el mal uso que se ha hecho de los antibióticos, incluso la penicilina se utilizó en los años 50 del pasado siglo como principio activo de pastillas para la tos y dentífricos, comprenderemos que el contraataque de los patógenos armados de un amplio arsenal de resistencias parece casi imparable. Podemos pues asegurar que, debido al fenómeno de las resistencias y a diferencia de lo que ocurre con otras medicinas, los antibióticos empiezan a perder su eficacia en el mismo momento en el que se introducen como medicamentos.
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