jueves, 4 de noviembre de 2010

DEPRESIÓN

DEPRESIÓN
Influencia en la alteración cerebral
08/10/2010

La depresión afecta a una sustancia fundamental para el funcionamiento del cerebro: la noradrenalina. El estudio, que  se ha desarrollado en muestras cerebrales post-autopsia de una serie de pacientes que fallecieron diagnosticados de trastorno depresivo mayor, la forma más severa de depresión, ha permitido a un de grupo de investigación de Receptores de Neurotransmisores del Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria (UC-CSIC) en colaboración con otros equipos de investigación (Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental, el Instituto Carlos III y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas).
Así, pues, la enfermedad depresiva altera el funcionamiento de las células cerebrales que se comunican por medio de la noradrenalina, un neurotransmisor a nivel postganglionar simpático. Esta alteración es especialmente compleja. Por un lado, los enfermos deprimidos tienen aumentado el número de proteínas cerebrales sobre las que actúa directamente la noradrenalina, pero por otra parte, la actividad química que tales proteínas deben poner en marcha a lo largo del cerebro está disminuida.  Los resultados de este trabajo pueden contribuir a un mejor desarrollo de nuevos fármacos antidepresivos.
Incidencia en ascensoLa depresión mayor es una patología cerebral grave. Afecta a unos 6 millones de personas en España, según datos del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental. Su prevalencia a lo largo de la vida es de 8,9 % para hombres y del 16,5 % para mujeres; su incidencia está aumentando en las últimas décadas. La depresión se caracteriza por alteraciones anímicas, conductuales y somáticas; es a menudo recurrente, se cronifica en un 25 % de los casos y puede presentarse a cualquier edad, causando una gran discapacidad a los enfermos que la padecen. De hecho, según el estudio publicado por la Organización Mundial de la Salud, la depresión mayor será la segunda causa de discapacidad en el año 2020. Dicho trastorno está presente en el 70% de los suicidios consumados.



Fuente: Universidad de Cantabria

Más información en  
Biological Psychiatry

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