sábado, 30 de octubre de 2010

Las «buckybolas» pueden ser el origen de la vida

CIENCIA

Las «buckybolas» pueden ser el origen de la vida

Estas moléculas de carbono han aparecido inesperadamente en grandes cantidades dentro de la Vía Láctea y en una galaxia cercana

Día 29/10/2010 - 10.41h
El pasado mes de julio, el telescopio Spitzer de la NASA descubrió en una nebulosa planetaria un raro fenómeno que nunca antes había sido hallado en el espacio. Consiguió detectar «buckybolas», unas moléculas de carbono con forma de balón de fútbol y con propiedades únicas cuya existencia más allá de la atmósfera resultaba una auténtica sorpresa. El asombro fue tan grande que los científicos llegaron a plantearse que podría tratarse de algo anecdótico, y que, simplemente, habían tenido suerte al encontrarlas. Nada de eso. Estas esferas de carbono no solo existen allá arriba, sino que son muy abundantes. El Spitzer las ha encontrado alrededor de tres estrellas moribundas en la Vía Láctea y cerca de una cuarta en una galaxia cercana, donde hay tantas que su masa equivale a quince lunas como la nuestra. El hallazgo puede tener importantes repercusiones en la comprensión de cómo se formó la vida en la Tierra.
JPL
Las esferas en miniatura fueron detectadas por el telescopio Spitzer
Las «buckybolas», también conocidas como fullerenos, son moléculas que constan de 60 átomos de carbono unidos. Toman su nombre del parecido con las cúpulas geodésicas del arquitecto Buckminster Fuller, como las que se encuentran en la entrada del parque temático Epcot de Disney, en Orlando, Florida (EE.UU.). Estas esferas en miniatura fueron descubiertas por primera vez en un laboratorio hace 25 años, y son muy comunes en el hollín de las velas y en las capas de rocas y meteoritos, pero no fue hasta el pasado julio que pudo confirmarse su existencia en el espacio.
«Resulta que las buckybolas son mucho más comunes y abundantes en el Universo de lo que inicialmente se pensaba», explica la astrónoma Letizia Stanghellini, del Observatorio Nacional de Astronomía Óptica en Tucson, Arizona. «Spitzer las había encontrado recientemente en una posición específica, pero ahora las hemos visto en otros entornos. Esto tiene implicaciones para la química de la vida. Es posible que las buckybolas del espacio exterior proporcionaran las semillas para la vida en la Tierra».
Quince veces la masa de la Luna
Los investigadores, liderados por Aníbal García-Hernández, del Instituto de Astrofísica de Canarias, encontraron las esferas alrededor de tres estrellas moribundas similares al Sol, conocidas como nebulosas planetarias, en nuestra Vía Láctea. Todas las nebulosas donde se han detectado buckybolas son ricas en hidrógeno. Esto contradice lo que los investigadores han pensado durante décadas, ya que creían que el hidrógeno contaminaría el carbono, provocando que se formasen cadenas y otras estructuras en lugar de esferas.
El equipo también localizó estas bolas en una nebulosa planetaria dentro de una galaxia cercana conocida como Pequeña Nube de Magallanes. Y hay muchísimas: juntas tienen un 2% la masa de la Tierra, lo que es lo mismo a quince veces la masa de la Luna.
Cestas para la vida
Las implicaciones de este descubrimiento son de gran alcance. Los científicos han especulado en el pasado con las buckybolas, las cuales pueden actuar como cestas para moléculas y átomos, y podrían haber transportado sustancias a la Tierra para el inicio de la vida. Las pruebas para esta teoría proceden del hecho de que se han encontrado buckybolas en meteoritos que portan gases extraterrestres.
«Las buckybolas son una especie de diamantes con agujeros en el centro», dice Stanghellini. «Son unas moléculas increíblemente estables y difíciles de destruir, y podrían transportar otras moléculas interesantes en su interior. Esperamos aprender más sobre el importante papel que pueden desempeñar en la muerte y el nacimiento de estrellas y planetas, y tal vez en la propia vida».
En la Tierra, el estudio de estas moléculas se aplica a la investigación en fármacos, superconductores, dispositivos ópticos y potabilización de agua, entre otros ejemplos.

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