miércoles, 27 de octubre de 2010

Los estímulos dolorosos alivian el estrés emocional 19/10/2010 Redacción Los estímulos físicos dolorosos alivian el estrés emocional en las personas con trastorno límite de personalidad (TLP) porque inhiben las regiones cerebrales implicadas en la regulación de las emociones. Estos resultados se publican en la revista Biological Psychiatry. Un grupo de investigadores de la Universidad de Heidelberg, en Alemania, ha estudiado los efectos de varios estímulos emocionales y de un estímulo térmico en personas con y sin TLP. Se usó la resonancia magnética funcional para detectar las áreas del cerebro que se activaban durante la presentación de imágenes que evocaban sentimientos negativos o neutros o durante la inducción de dolor o una sensación térmica por aplicación de calor. En los sujetos con TLP se producía una mayor activación de la amígdala, la ínsula y el córtex cingulado anterior como respuesta a los estímulos emocionales, tanto negativos como neutros. Este hecho es consistente con los problemas relacionados con la regulación de las emociones. Sin embargo, frente a los estímulos sensoriales, los sujetos con TLP presentaban una disminución de la actividad de la amígdala y el córtex cingulado anterior, independientemente de lo doloroso que fuese el estímulo, disminuyendo de esta manera la reactividad emocional. [Biol Psychiatry 2010] Niedtfeld I, Schulze L, Kirsch P, Herpertz S, Bohus M y Schmahl C.

Los estímulos dolorosos alivian el estrés emocional
19/10/2010Redacción
Los estímulos físicos dolorosos alivian el estrés emocional en las personas con trastorno límite de personalidad (TLP) porque inhiben las regiones cerebrales implicadas en la regulación de las emociones. Estos resultados se publican en la revista Biological Psychiatry.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Heidelberg, en Alemania, ha estudiado los efectos de varios estímulos emocionales y de un estímulo térmico en personas con y sin TLP. Se usó la resonancia magnética funcional para detectar las áreas del cerebro que se activaban durante la presentación de imágenes que evocaban sentimientos negativos o neutros o durante la inducción de dolor o una sensación térmica por aplicación de calor.
En los sujetos con TLP se producía una mayor activación de la amígdala, la ínsula y el córtex cingulado anterior como respuesta a los estímulos emocionales, tanto negativos como neutros. Este hecho es consistente con los problemas relacionados con la regulación de las emociones. Sin embargo, frente a los estímulos sensoriales, los sujetos con TLP presentaban una disminución de la actividad de la amígdala y el córtex cingulado anterior, independientemente de lo doloroso que fuese el estímulo, disminuyendo de esta manera la reactividad emocional.
[Biol Psychiatry 2010]
Niedtfeld I, Schulze L, Kirsch P, Herpertz S, Bohus M y Schmahl C.

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