Leopold no juega con camiones. Le gustan las pelotas, las princesas de su hermana mayor y, sobre todo, el móvil. De su madre, de su padre o de su abuela. No hace distinciones. El móvil que nos sirve de cámara de fotografiar, de despertador y hasta de bloc de notas, también se usa para entretener al niño. “Hola papi estoy en casa…”, dice el pequeño con dos años recién cumplidos y el móvil pegado a la oreja. Leopold, pelo y ojos claros y enorme barriga que muestra con orgullo levantándose la camiseta, llama al aparato pepefón. Aún no es suyo, pero más pronto que tarde querrá tener uno propio. ¿a qué edad tendrá Leopold su primer pepefón? ¿Cuándo lo necesitará en realidad? ¿Si lo tiene será un niño caprichoso¿ ¿Si no lo tiene será un marginado?
El 66,7% de los niños entre 10 y 15 años dispone de móvil, según el INE. Total: 1.695.653 niños. Eso en pleno 2010. Y creciendo. Los padres justifican la entrega de un móvil a edades tempranas para ganar tranquilidad: los niños están siempre localizables. Un quebradero para escuelas y profesores. La opción dentro de las aulas es requisarlos. La pregunta es cuándo hay que comprarlo.
El psicólogo y pedagogo Valentín Martínez-Otero dice que por debajo de los 10 años no es bueno regalar móviles, salvo en casos justificados. Claro que la opinión de los especialistas también va rebajándose con la era digital. “Por encima de los 12 años no tenerlo puede provocar que el niño se sienta discriminado por el grupo”, afirma el psicólogo.
Gemma Zaragoza, responsable de la oferta de jóvenes de Telefónica, añade: “Que los adolescentes tengan móvil es una realidad difícil de evitar, como intentar poner puertas al campo”. Los niños tienen su primerpepefón alrededor de los 11 años y lo usan para jugar y enviar SMS. Más adelante pedirán Bluetooth, cámara y MP3. El móvil entra en juego en el momento en que el niño inicia actividades extraescolares alejadas del entorno familiar. Por ejemplo, un campamento de verano. También es común cuando los padres se separan. Elegido el momento, hay que optar por el tipo de terminal. Los móviles específicos para menores ya no se llevan, si es que alguna vez se llevaron. Telefónica hace año y medio que ya no lanza al mercado terminales específicos para niños. La empresa se centra en servicios de valor añadido para las familias, como aplicaciones para controlar el gasto y la navegación.
Albert ha recibido su primer móvil este año, a sus 14. Un chico responsable que sólo lo emplea para llamar a sus padres y enviar mensajes de texto. Si tiene que llamar prefiere hacer “perdidas”. La cuenta corre a cargo de su paga semanal. El Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Arturo Canalda, pide que los padres corresponsabilicen a los hijos del coste de la factura. Canalda alerta de un problema creciente, la falta de control: el acceso que tienen los menores a Internet a través del móvil, concretamente la Blackberry, y a las redes sociales.
El psicólogo Martínez-Otero aboga por establecer normas de uso y por evitar que el móvil se convierta en una vía de ostentación. “Creo que se hace un uso inadecuado y a veces abusivo por parte de un número significativo de los menores. Me constan que algunos padres compran el teléfono con la intención de que estén controlados y resulta que muchas veces no cumple este cometido”, subraya. Cuando no tiene el pepefón a mano, Leopold pone la tele o elige una peli y la mete en el vídeo con una pericia que ojalá la tuviera su madre. Es un niño de la era digital.
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