Noche de Reyes, noche loca (I)
Una de las grandes preguntas que nos hacíamos cuando éramos pequeños y que nuestros padres contestaban con un simple “son magos” la vamos a desvelar hoy.
¿Cómo tienen tiempo Los Reyes Magos para repartir todos sus regalos?
La verdad no es una pregunta para tomársela a la ligera, tiene su “intríngulis“. Haciendo muchos números, en el mundo hay alrededor de 2.106 millones de niños menores de edad (dieciocho años) a los que Los Reyes Magos visitan en la noche del cinco de Enero.
Si asumimos que hay una media de dos niños y medio por casa, deben realizar 842 millones de paradas por todo el mundo. No hay que olvidar que la Tierra es de 510 millones de km2, de los cuales solo el 29% es tierra firme, es decir, 150 millones de km2.
Si se supone una distribución uniforme de las viviendas, la distancia media entre casa y casa es de 0,42 km.
Por tanto, los Reyes Magos deben recorrer 356 millones de km en su periplo para pasar por todas las casas. Para efectuar tan grandioso recorrido, si viajan en sentido contrario al de la rotación terrestre, disponen de una “noche” de cuarenta y ocho horas. Lo que supone que tienen dos diezmilésimas de segundo para que se bajen del camello, entreguen los regalos en una casa, salir y llegar a la casa siguiente; deberían viajar a una velocidad de 2.060 km/s.
Esta velocidad sería la media, pero como en cada parada tienen que frenar y acelerar, entonces la velocidad máxima que alcanzan en cada trayecto es de 4.120 km/s, para lo que necesitan experimentar una aceleración de 20,5 millones de km/s2.
Finalmente, si se admite que el peso medio de los regalos destinados a cada niño es de un kg, entonces tienen que transportar entre los tres camellos 2.106 millones de kg.
No me extrañaría nada que los camellos odien de forma cordial a tanto “niño bueno”.
Aun así, menos mal que los Reyes Magos tienen millones de “pajes“ por todo el mundo.
¡Feliz noche de Reyes!
Noche de Reyes, noche loca (II)
Todos conocemos la “adoración de los tres Reyes Magos“, (aunque estos no siempre fueron tres y Baltasar no fue negro hasta el siglo XVI). Cuando los Reyes Magos se personaron ante el niño Jesús, le entregaron sus presentes: Melchor oro, Gaspar incienso y Baltasar mirra, (en otras versiones los regalos cambian de dueño, pero no es relevante en la historia).
No hace falta decir lo valioso que ha sido el oro siempre pero ¿qué tenían de especial el incienso y la mirra?
Hay que saber que el incienso se extrae del árbol Boswelia carteri y la mirra es la resina del Commiphora myrrha. Estas son dos resinas obtenidas de un árbol propio de la península Arábiga y de otro africano, respectivamente.
Y no es que Gaspar y Baltasar fuesen más agarrados que su compañero, sino que por aquel entonces (y mucho tiempo después), estos productos eran considerados tesoros tan valiosos como el oro, debido a suspropiedades curativas: permitían tratar muchas dolencias. Circunstancia de la que sacaron provecho, entre otros, egipcios, sumerios, griegos, romanos y hasta los boticarios británicos del siglo XVII.
Muchos siglos después, la moderna investigación química en el campo de los productos naturales con aplicación farmacológica ha aislado, a partir de ambas sustancias, compuestos con propiedades antisépticas, antifúngicas y antiinflamatorias.
Además, se piensa que la mirra puede presentar propiedades anestésicas similares a las de la morfina, lo que explicaría por qué a Jesucristo le ofrecieron vino con mirra antes de ser crucificado.
Por estas razones no pensemos mal y no infravaloremos los presentes.
Es más, los tres regalos tienen su significado: el oro es el símbolo del Rey, el incienso es el símbolo de Dios y por último la mirra, es el símbolo del Hombre.
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