La cantidad de tejido adiposo es igual de importante que la masa corporal en la lucha contra la obesidad
La bióloga Aline Jelenkovic ha analizado hasta qué punto influyen la genética y el ambiente en la morfología corporal. Para ello, ha estudiado a familias nucleares del Gran Bilbao, con hijos de entre 2 y 19 años de edad. En su tesis corrobora que el factor ambiental influye considerablemente en la cantidad de tejido adiposo (tejido compuesto por células acumuladoras de grasa), y que éste se relaciona, a su vez, con la presión arterial. Su control parece, pues, clave para luchar contra la obesidad.
La tesis, realizada por Aline Jelenkovic y defendida en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), afirma que la cantidad de tejido adiposo es fundamental para el control de la obesidad. Los datos obtenidos estiman que las características o fenotipos que definen la talla, la forma y el tejido adiposo del cuerpo humano son hereditarios en un índice que va de moderado a alto (0,28-0,69). El ambiente también juega un papel relevante.
De hecho, la morfología humana viene en parte determinada por factores genéticos y ambientales que se dan en común en los fenotipos correspondientes. La tesis Body morphology, obesity and blood pressure in nuclear families from the Greater Bilbao: genetic and environmental influences (Morfología corporal, obesidad y presión arterial en familias nucleares del Gran Bilbao: influencias genéticas y ambientales) destaca la influencia de ambos en los fenotipos relacionados con la obesidad, pero también cabe destacar que la genética no afecta a todos ellos por igual.
Concretamente en el caso de los fenotipos que determinan la cantidad de tejido adiposo, el factor hereditario resulta menor, y el factor ambiental cobra importancia. Además, la tesis explica que el incremento general de masa corporal observado en este muestreo se entiende en base al incremento del tejido adiposo (los fenotipos que marcan la masa corporal están estrechamente relacionados con los que marcan la cantidad de grasa). La tesis concluye, pues, que controlar la cantidad de tejido adiposo, y no solo la masa corporal total, es clave para luchar contra la obesidad.
De hecho, la grasa corporal no solo es clave por estar relacionada con la masa corporal, sino por estarlo también con otro componente igualmente característico de la obesidad: la presión arterial. La presión arterial (y el pulso, en particular), por sí sola, muestra estar considerablemente influenciada por el factor ambiental, y menos marcada por el factor genético (0,14-0,31). Por otra parte, no hay factores genéticos y ambientales comunes que avalen una relación proporcional entre la presión arterial y la obesidad. Lo que sí se observa, sin embargo, es que la cantidad de grasa corporal tiene efectos genéticos en los fenotipos de la presión arterial, corroborando la relación entre ambos.
La obesidad se presenta como la gran pandemia del siglo XXI. Datos recientes apuntan a que más de un billón de adultos en el mundo padece sobrepeso, de los cuales al menos 300 millones son clínicamente obesos. Es más, los índices de obesidad infantil muestran un incremento preocupante, con más de 155 millones de niños y adolescentes con sobrepeso, de los cuales 40 millones son claramente obesos.
Factores biodemográficos y socioeconómicos
Jelenkovic también ha caracterizado la relación que guarda la morfología corporal con la familia. La tesis considera que es un factor significativo, pero no especialmente influyente. Así las cosas, la investigadora ha observado que, por ejemplo, los hermanos comparten más factores ambientales con influencia en su morfología corporal que los padres e hijos. En cuanto a las madres, la tesis concluye que los niños de madres jóvenes tienden a tener más masa y grasa corporal, y que la edad de la madre al nacer el primogénito, así como la educación parental, están más estrechamente unidos a los fenotipos relacionados con la obesidad que otros factores familiares.
El factor socioeconómico tampoco es especialmente influyente, pero arroja algunos datos llamativos. Por ejemplo, a mayor estatus económico, también es mayor la estatura, y menor la adiposidad. Además, el estatus socioeconómico es más influyente en fenotipos relacionados con la cantidad de tejido adiposo que con la masa corporal.
Sobre la autora
Aline Jelenkovic Moreno (París, 1982) es licenciada en Biología. Ha redactado la tesis bajo la dirección de Esther Rebato Ochoa, profesora del Departamento de Genética, Antropología Física y Fisiología Animal de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV/EHU. La tesis se ha realizado mayoritariamente en la UPV/EHU. Asimismo, se ha trabajado en colaboración con el Departamento de Salud Pública del Instituto Hjelt de la Facultad de Medicina de la Universidad de Helsinki. En la actualidad, Jelenkovic es investigadora postdoctoral en la misma UPV/EHU.
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