Dolor abdominal, hinchazón y alteración de la función intestinal son los síntomas típicos del colon irritable, una enfermedad crónica que sufre entre el 10% y el 20% de la población, la mayor parte mujeres. Aunque se trata de una patología benigna, muchos pacientes no responden a los tratamientos habituales (cambios en la dieta, el estilo de vida, suplementos de fibra, fármacos...) y la innovación en el campo terapéutico está dificultada por la falta de conocimiento acerca de su origen.
Una de las teorías propuestas señala que este síndrome está relacionado con la flora bacteriana del intestino y por eso el uso de antibióticos es una de las alternativas que están en estudio, aunque con resultados dispares. En las páginas de 'The New England Journal of Medicine', un grupo de investigadores presenta dos ensayos clínicos en los que se ha comparado la eficacia de la rifaximina con la de un placebo frente a los síntomas del colon irritable.
En total, 1.260 pacientes diagnosticados de esta enfermedad y sin estreñimiento tomaron parte en los estudios. Durante dos semanas, la mitad ingirió tres dosis diarias de 550 miligramos de rifaximina y el resto de un placebo. Los autores les preguntaron por sus síntomas en el periodo de tratamiento y en las 10 semanas posteriores.
En el mes posterior a la terapia, el 40,7% de los pacientes tratados con el antibiótico señaló que había experimentado una remisión de los síntomas, comparado con el 31,7% de los asignados al placebo. La hinchazón mejoró en el 40% y el 30% de los participantes, respectivamente.
"Estos datos que apoyan la idea de la microbiota intestinal puede ser una causa del colon irritable y que alterando estas bacterias mediante el tratamiento con rifaximina parece ser una forma efectiva de aliviar los síntomas", explica uno de los autores, Yehuda Ringel, profesor de la Universidad de California en Chapel Hill (EE.UU.).
Aunque la diferencia entre los porcentajes de pacientes que mejoraron con uno y otro tratamiento "están en la parte baja del espectro de lo que se considera clínicamente relevante", indica en un editorial Jan Tack, especialista en enfermedades gastrointestinales de la Universidad de Lovaina(Bélgica), la respuesta a la rifaximina fue "significativamente mejor" que al placebo.
Sin embargo, a pesar de los resultados positivos, "en esta fase de conocimiento los médicos deben proceder con precaución", subraya Tack. Los efectos duraderos de este antibiótico -10 semanas después los efectos eran aún visibles- son una buena señal, pero por el momento habrá que "restringir su uso" a un determinado grupo de pacientes.
Autor: Cristina de Martos |
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