viernes, 22 de octubre de 2010

Feliz día del médico/ plegaria a Maimónides

PLEGARIA DE MAIMÓNIDES:
Maimónides: Moshé ben Maimón o RaMBaM  (1135Córdoba - 1204FustatEgipto)
 “Ahora me dispongo a cumplir la tarea de mi profesión.
Asísteme Todopoderoso para que tenga éxito en la gran empresa.
Que me inspire el amor a la ciencia y a Tus criaturas. Que en mi afán no
se mezcle la ansiedad del dinero, y el anhelo de gloria o fama, pues estos
son enemigos de la verdad y del amor al hombre, y me podrían también
llevar a errar en mi tarea de hacer el bien a Tus criaturas.
Conserva las fuerzas de mi cuerpo y de mi alma para que siempre y sin desmayo
esté dispuesto a auxiliar y a asistir al rico y al pobre;  al bueno y al malo;  al
enemigo y al amigo. En el que sufre, hazme ver solamente al hombre.
Alumbra mi inteligencia para que perciba lo existente
y palpe lo escondido e invisible. Que yo no descienda y entienda mal lo visible
y que tampoco me envanezca, porque entonces podría ver lo que en verdad no
existe.
Haz que mi espíritu esté siempre alerta; que junto a la cama del
enfermo ninguna cosa extraña turbe su atención, que nada lo altere
durante sus trabajos silenciosos. Que mis pacientes confíen en mí y en mi arte;
que obedezcan mis prescripciones e indicaciones. Arroja de su lecho a todos
los curanderos y la multitud de parientes ‘aconsejadores’ y ‘sabios’ enfermeros,
porque se trata de personas crueles que con su palabrerío anulan los mejores
propósitos  de la ciencia y a menudo traen la muerte a Tus criaturas.
Cuando médicos más inteligentes quieran aconsejarme, perfeccionarme y
enseñarme,  haz que mi espíritu les agradezca y obedezca. Pero cuando
tontos  pretensiosos me acusen, haz que el amor fortifique plenamente mi
espíritu  para que con obstinación sirva a la verdad sin atender a los años, a la

gloria  y a la fama, porque el hacer concesiones traería perjuicio a Tus criaturas.
Que mi espíritu sea benigno y suave cuando camaradas más viejos,
haciendo  mérito a su mayor edad, me desplacen y se burlen,   ofendiéndome,
me  hagan mejor. Haz que también esto se convierta en mi beneficio, para
que  conozca algo que no sé, pero que no me hiera su engreimiento; ellos  son
viejos,  y la vejez no es un freno para las pasiones.
Hazme humilde en todo, pero no en el gran arte. No dejes despertar en
mí  el pensamiento de que ya sé lo suficiente, sino dame fuerzas, tiempo y
voluntad  para ensanchar siempre mis conocimientos y adquirir otros nuevos.
La ciencia es grande y la inteligencia del hombre cada vez más honda.”

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