Revisiones bibliográficas. Documentación científica en Ortopedia y Traumatología, medicina deportiva, artroscopia, artroplastia y de todas las patologías del sistema Músculo-Esquelético
El
TGCT es generalmente un tumor benigno. Aunque no es canceroso, puede
ser localmente agresivo, con el tratamiento adecuado, casi siempre se
controla o se cura. Los avances en medicinas dirigidas ofrecen
alternativas cuando la cirugía no es suficiente. Comprender la “señal
química” que hace crecer el bulto ha sido la gran puerta para mejorar la
calidad de vida de las personas que lo padecen.
¿Qué es? Imagina que el interior de la articulación (el “forro”
que la recubre y lubrica) empieza a producir un pequeño “bulto” de
tejido que no es cáncer, pero que puede crecer y molestar. Ese bulto se
llama TGCT. Suele aparecer sobre todo en la rodilla y, con menor
frecuencia, en otras articulaciones.
¿Por qué aparece? Dentro del forro de la articulación ocurre un error genético muy localizado.
Ese error hace que ciertas células fabriquen una “señal” química
(CSF-1) que atrae a muchos macrófagos (células limpiadoras del cuerpo).
El “ejército” de macrófagos rodea al bulto y lo hace crecer, como si más gente se uniera a un pequeño campamento.
¿A quién le pasa y cómo se nota? Suele afectar a adultos jóvenes, sin diferencia clara entre hombres y mujeres.
Los síntomas más comunes son:
Dolor o sensación de presión dentro de la articulación.
Inflamación (se ve hinchada).
Rigidez o bloqueo: la rodilla “no dobla igual” o “traba”.
¿Cómo se detecta? Resonancia magnética (RM): es la mejor prueba.
Permite ver el bulto y un material oscuro (hemosiderina) producido por
pequeñas roturas internas.
Biopsia: se extrae una pequeña muestra para mirar al microscopio y confirmar el diagnóstico.
¿Qué esperar después del tratamiento? La mayoría de los casos localizados se curan con una sola operación.
En la forma difusa (cuando el tejido invade gran parte de la
articulación) puede reaparecer y requerir varios tratamientos o
medicinas dirigidas.
El seguimiento se hace con resonancias cada cierto tiempo para vigilar que no vuelva a crecer.
OJSM_SportsMed @OJSM_SportsMed ¿Se
pueden diagnosticar lesiones del LCA mediante radiografías de esfuerzo?
Esta revisión de 1823 pacientes demostró una traslación tibial anterior
para rodillas con lesión del LCA que oscilaba entre 1,2 y 10,6 mm para
radiografías de estrés en bipedestación y entre 2,7 y 11,2 mm para
radiografías en decúbito supino.
Si bien la anamnesis y el
examen físico ciertamente ayudan en la evaluación de una sospecha de
desgarro del ligamento cruzado anterior (LCA), la resonancia magnética
(MRI) se ha convertido en el método convencional para visualizar
estáticamente los desgarros del LCA, y a menudo se la conoce como el
estándar de oro. por su alta sensibilidad y especificidad.22,26,27,32
Sin embargo, es importante delimitar que el estándar de oro en este
contexto se refiere a sus capacidades en imagenología más que a la
evaluación funcional. Si bien la resonancia magnética es competente para
representar alteraciones anatómicas, no logra evaluar la integridad
funcional dinámica del LCA, que es un aspecto crítico que a menudo se
evalúa mediante radiografía de esfuerzo o medición
instrumentada.1,2,16,24,30 Además, la resonancia magnética es caro, 4 y
su costo asociado deja a aquellos en instalaciones rurales o países
subdesarrollados en desventaja para recibir diagnósticos oportunos.19,23
Además, la resonancia magnética se asocia con cierto grado de
subjetividad, lo que agrega un matiz importante a los altos valores
reportados para la sensibilidad y la especificidad de la resonancia
magnética para detectar un desgarro del LCA.20,29 Esta subjetividad en
la evaluación de la resonancia magnética puede generar discrepancias en
las lecturas y los diagnósticos, especialmente en el entorno
posoperatorio al evaluar la integridad de un injerto de reconstrucción
del LCA (ACLR).
La radiografía de esfuerzo,
aunque se emplea con menos frecuencia en el contexto de lesiones agudas
del LCA, desempeña un papel fundamental en la evaluación funcional de
la integridad del LCA.7,8,10,14,24 Esta técnica implica aplicar una
carga estandarizada a la rodilla, midiendo la fuerza resultante.
desplazamiento y luego compararlo con los rangos normales establecidos
observados en individuos ilesos.1,8,14,24 Herramientas como el
dispositivo Telos mejoran la precisión de estas evaluaciones, lo que
permite determinaciones más precisas de la inestabilidad basada en el
LCA.2,8, 24 Se han descrito previamente proyecciones de tensión aplicada
específicas que demuestran radiográficamente inestabilidad basada en el
LCA. Dada la relativa facilidad, asequibilidad y disponibilidad de la
radiografía en todo el mundo, se debe evaluar la utilidad diagnóstica de
la radiografía de estrés del LCA.
Esta revisión sistemática
tuvo como objetivo revisar la literatura sobre el uso de la radiografía
de esfuerzo para evaluar la integridad del LCA. Intentamos evaluar la
confiabilidad clínica y la reproducibilidad de la radiografía de estrés
para cuantificar objetivamente la inestabilidad asociada con la lesión
del LCA. Además, nuestro objetivo fue determinar qué estandarización
existe actualmente, si es que existe alguna, para estas técnicas
radiográficas que podrían implementarse fácilmente en el estudio de
diagnóstico de una nueva lesión del LCA.
La radiografía de
estrés es una modalidad de imagen viable que también se puede utilizar
para evaluar la integridad del ligamento cruzado anterior (LCA) después
de una lesión primaria o secundaria. Debido a que la radiografía
convencional es relativamente fácil, asequible y está disponible en todo
el mundo, se debe evaluar la eficacia diagnóstica de la radiografía de
estrés del LCA en bipedestación, decúbito lateral y en decúbito supino.
Objetivo: Examinar la literatura existente sobre la aplicación de la radiografía de estrés en la evaluación de la integridad del LCA.
Conclusión: La
radiografía de estrés fue un método de diagnóstico confiable para
identificar la ruptura del LCA. Se necesitan más investigaciones para
determinar los puntos de referencia anatómicos ideales, la posición
óptima del paciente y las tensiones aplicadas apropiadas para establecer
un protocolo estandarizado tanto para evaluar los desgarros del LCA
como para evaluar la integridad posoperatoria de la reconstrucción del
LCA mediante radiografía de estrés.
Schwartz J, Rodriguez AN, Banovetz MT,
Braaten JA, Larson CM, Wulf CA, Kennedy NI, LaPrade RF. The Functional
Integrity of the Anterior Cruciate Ligament Can Be Objectively Assessed
With the Use of Stress Radiographs: A Systematic Review. Orthop J Sports
Med. 2024 Apr 25;12(4):23259671241246197. doi:
10.1177/23259671241246197. PMID: 38680218; PMCID: PMC11047241.
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Las lesiones del complejo
del ligamento interóseo escafolunar (SLIL) pueden provocar una cascada
predecible de movimientos incongruentes en el carpo que conduce a la
degeneración radiocarpiana. Tanto el impacto traumático agudo como los
movimientos repetitivos pueden hacer que el SLIL sea insuficiente. Se
requiere una comprensión profunda de la anatomía SLIL para un
diagnóstico y tratamiento adecuados. Aquí, revisamos la anatomía del
ligamento escafolunar, las estrategias de prevención, los métodos de
diagnóstico, los tratamientos quirúrgicos y no quirúrgicos, y los
resultados. Existe una gran variedad de opciones de tratamiento para
cada etapa de la lesión SLIL, y el manejo debe ser una discusión abierta
entre el paciente y el médico.
Anatomía específica El
movimiento normal de la muñeca requiere un delicado equilibrio entre los
huesos del carpo y los ligamentos carpianos intrínsecos y
extrínsecos.8, 9, 10, 11 Los ligamentos extrínsecos conectan el radio y
el cúbito con los huesos del carpo, mientras que los ligamentos
intrínsecos conectan los huesos del carpo entre sí ( Figura 1, Figura 2,
Figura 3, Figura 4). La fila proximal es el segmento intercalado, sobre
el cual pasan los estabilizadores, y el SLIL es el ligamento más
crítico de este grupo. El SLIL es un ligamento intrínseco en forma de C
compuesto de fibras transversales con tres partes principales (Fig. 5).9
El componente dorsal grueso es el estabilizador más fuerte de la
articulación escafolunar (SL).9,10 El centro de la forma de C Es el
componente proximal formado por membrana fibrocartilaginosa. El delgado
ligamento volar actúa como estabilizador rotacional de la muñeca y es el
segundo segmento más fuerte de SLIL.11 La literatura reciente describe
el complejo escafolunar, en lugar del SLIL singularmente, como una
estructura que consta de ligamentos intrínsecos (SLIL), ligamentos
extrínsecos ( escafotrapeciotrapezoidal, radiolunar largo,
radioscafocapitado e intercarpiano dorsal [DIC]), estabilizadores
musculares activos (flexor radial del carpo, extensor radial largo del
carpo y flexor cubital del carpo) y bucles nerviosos propioceptivos que
actúan en tándem para estabilizar el intervalo escafolunar.12
Conclusión y resumen Las
lesiones del ligamento escafolunar son una causa común de dolor dorsal
de la muñeca y disminución de la función. Las lesiones de ligamentos no
tratadas o tratadas inadecuadamente pueden provocar cambios
degenerativos progresivos.3 Como proveedores de atención médica,
nuestros objetivos siguen siendo prevenir las lesiones de muñeca,
realizar un diagnóstico oportuno y preciso de las lesiones del SL y
brindar un tratamiento que devuelva a los pacientes de manera segura y
rápida a su salud. lo más cerca posible de un nivel normal de función.
Existen muchos métodos para clasificar y tratar estas lesiones según su
gravedad. Las técnicas actuales están dirigidas a restaurar la
estabilidad y la función del ligamento escafolunar lesionado. La
elección de una técnica depende del estadio y las características de la
lesión SLIL, la estabilidad de la articulación SL y las demandas físicas
del paciente. Una apreciación de los matices de los deseos del
paciente, la tolerancia al riesgo y las necesidades deportivas u
ocupacionales permite al médico desarrollar una estrategia de
tratamiento individualizada.
El
#MDI se define como la #inestabilidad sintomática de la articulación
del #hombro en 2 o + direcciones. Un sistema de clasificación integral
que considere el #trauma predisponente y la presencia de #hiperlaxidad
puede proporcionar una evaluación más precisa de los subtipos.
Introducción La inestabilidad
multidireccional (MDI) del hombro es una afección compleja y rara. Se
cree que la incidencia de MDI es baja, aunque es difícil establecer la
incidencia exacta debido a las variaciones en los criterios de
diagnóstico de MDI a lo largo de los años. Neer y Foster (1) publicaron
una descripción temprana del MDI en 1980, que sirvió para resaltar los
MDI como una entidad diferente de las inestabilidades unidireccionales
estructurales traumáticas. La característica diagnóstica clave del MDI
se describió como inestabilidad del hombro en dos o más direcciones (1).
Sin embargo, desde entonces ha habido diferencias en la literatura con
respecto a la definición y clasificación exacta del MDI. Hay varias
razones para las discrepancias en la definición. El MDI puede
presentarse con una amplia variedad de síntomas, que van desde dolor
aislado en el hombro con el movimiento hasta inestabilidad
multidireccional franca (2). Además, algunos pacientes pueden subluxar o
luxar la articulación glenohumeral de forma voluntaria. Estos pacientes
confunden el diagnóstico clínico ya que a menudo son asintomáticos y
aún pueden demostrar una subluxación o dislocación significativa (3). La
decisión de incluir a estos pacientes dentro del diagnóstico de MDI es
actualmente controvertida ya que la literatura ha demostrado que los
dislocadores voluntarios pueden no responder tan bien a la intervención
quirúrgica como los no voluntarios.
También puede resultar complicado determinar
una definición clara de MDI debido a su superposición intuitiva con la
laxitud o hiperlaxitud ligamentosa generalizada. Si bien puede existir
una asociación entre el MDI y la laxitud ligamentosa generalizada (4),
estos términos no deben usarse indistintamente. La laxitud ligamentosa
generalizada puede ser fisiológica o estar asociada con trastornos del
tejido conectivo como el síndrome de Marfan, el síndrome de
Ehlers-Danlos y el síndrome de hipermovilidad articular benigna (5).
Estos pacientes pueden identificarse clínicamente utilizando los
criterios de Beighton o si presentan una rotación externa ≥85° (6, 7).
Si estos pacientes son asintomáticos, no se debe considerar que tienen
MDI, a pesar de la aparente laxitud de la articulación en dos o más
direcciones. En la actualidad existe una distinción en evolución entre
laxitud ligamentosa generalizada asintomática, inestabilidad unilateral
en el contexto de laxitud ligamentosa generalizada y MDI (4).
Se han descrito varias clasificaciones para el
MDI, pero ninguna clasificación particular parece ser universalmente
aceptada. La clasificación de inestabilidad de Rockwood (8) se centró en
la presencia de una etiología traumática y el aspecto volitivo de la
dislocación. Rockwood agrupó las subluxaciones traumáticas (sin una
luxación franca) como tipo 1 y las luxaciones francas traumáticas como
tipo 2. Los pacientes con MDI se agruparon en tipo 3 – subluxación
voluntaria MDI sin trauma y tipo 4 – subluxación involuntaria
atraumática. Thomas y Matsen (9) clásicamente dividieron la
inestabilidad del hombro en una de dos categorías amplias: cirugía
traumática, unilateral, de Bankart (TUBS) y de desplazamiento capsular
inferior atraumático, multidireccional, bilateral, de rehabilitación
(AMBRI). Si bien los pacientes con AMBRI demostraron muchas de las
características de un paciente con MDI, incluido cierto grado de laxitud
de la cápsula, no se estableció la definición exacta de un paciente con
MDI. Vale la pena señalar que la descripción de Thomas y Matsen del
grupo de pacientes AMBRI era conceptual en ese momento y no se basaba en
datos publicados (9). Gerber y Nyffeler (10) en 2002 fueron uno de los
primeros en incluir explícitamente un subgrupo de hiperlaxitud
multidireccional en la inestabilidad anterior. Posteriormente, en 2010,
Kuhn (11) publicó un nuevo sistema de clasificación para la
inestabilidad del hombro, denominado clasificación FEDS (frecuencia,
etiología, dirección y gravedad) y omitió intencionalmente el MDI en la
clasificación. Kuhn describió el concepto de MDI como un concepto
erróneo y sin consenso y optó por centrarse en la dirección principal de
la inestabilidad. Además, la clasificación FEDS no incluyó el dolor
como signo secundario de inestabilidad sutil. La variabilidad de estos
sistemas de clasificación existentes dificulta la determinación de las
modalidades y resultados de tratamiento ideales. De hecho, McFarland et
al. (12) encontraron que las variaciones en los criterios para el
diagnóstico de MDI afectaron significativamente la distribución de
pacientes con el diagnóstico y que el uso de pruebas de laxitud resultó
en una sobreestimación de los pacientes con MDI. Además, Warby et al.
(13) realizaron una revisión sistemática del tratamiento conservador
versus quirúrgico de pacientes con IDM y encontraron un alto nivel de
heterogeneidad de los participantes. Por lo tanto, actualmente existen
altos niveles de heterogeneidad en torno a la definición y clasificación
de los IDM.
Este estudio tuvo como objetivo realizar una
revisión sistemática para identificar y resaltar la variabilidad de la
definición de MDI en la literatura existente y proponer una
clasificación estandarizada para mejorar la investigación clínica
futura.
Una variedad de inestabilidades se agrupan bajo
la inestabilidad multidireccional (MDI) del hombro. Esto dificulta la
comprensión de su proceso de diagnóstico, presentación y tratamiento
debido a la falta de consenso basado en evidencia. Esta revisión tiene
como objetivo proponer una clasificación novedosa para los subtipos de
MDI.
Conclusión: MDI se define como inestabilidad
sintomática de la articulación del hombro en dos o más direcciones. Un
sistema de clasificación integral que considere el trauma predisponente y
la presencia de hiperlaxitud puede proporcionar una evaluación más
precisa de los diversos subtipos existentes de MDI.
Housset V, Ho SWL, Lädermann A, Phua SKA,
Hui SJ, Nourissat G. Multidirectional instability of the shoulder: a
systematic review with a novel classification. EFORT Open Rev. 2024 Apr
4;9(4):285-296. doi: 10.1530/EOR-23-0029. PMID: 38579775; PMCID:
PMC11044084.
El tumor tenosinovial de células gigantes (TGCT) es un grupo de
lesiones típicamente benignas que surgen de la membrana sinovial de las
articulaciones, las bolsas y las vainas tendinosas. Según su patrón de
crecimiento y curso clínico, se dividen en tipos localizados y difusos.
Es causada predominantemente por una mutación en las células estromales
de la membrana sinovial que conduce a la sobreexpresión del factor
estimulante de colonias 1 que recluta células que expresan CSF1R del
linaje de fagocitos mononucleares en la masa tumoral. Las lesiones
contienen principalmente células sinoviales y similares a histiocitos
acompañadas de un número variable de células gigantes multinucleadas,
células mononucleares, células espumosas, células inflamatorias y
depósitos de hemosiderina. El estándar de oro para detectar y monitorear
la enfermedad es la resonancia magnética, donde se puede apreciar mejor
la acumulación característica de hemosiderina, pero es un examen
histológico el más concluyente. El tratamiento principal es la resección
quirúrgica de todo el tejido patológico, pero la radio y la
quimioterapia también son opciones viables para ciertos grupos de
pacientes.
Una revisión sistemática
de los estudios sobre el sistema de diagnóstico y clasificación
utilizado en las lesiones sindesmóticas inestables, agudas, aisladas y
tratadas quirúrgicamente: un llamado a favor de una definición uniforme
de las lesiones sindesmóticas
Faltan #estándares de diagnóstico/definición uniforme para las #lesionessindesmóticas agudas y aisladas El
objetivo de este estudio EFORT #OpenReviews fue realizar una revisión
sistemática de los sistemas de clasificación y diagnóstico. #sindesmosis #lesióndelpie #traumacirugía #syndesmosis #footinjury #traumasurgery
Las lesiones sindesmóticas ocurren en el
20% de los casos de fractura de tobillo y en aproximadamente el 17% de
todos los esguinces de tobillo (1, 2, 3, 4). Las lesiones sindesmóticas
aisladas se denominan esguinces de tobillo alto. Estas cifras aumentan
hasta el 30% en los deportes de alto impacto (5). En consecuencia, los
cirujanos ortopédicos se enfrentan con frecuencia a lesiones
sindesmóticas y deben evaluar su estabilidad.
El complejo sindesmótico se compone de tres
ligamentos principales, el ligamento tibioperoneo anteroinferior
(AiTFL), el ligamento interóseo (LIO) y el ligamento tibioperoneo
posterior-inferior (PiTFL) (Fig. 1A) (6). Se asemeja a una fijación de
tres puntos del peroné a la tibia que garantiza la estabilidad de la
mortaja ósea (Fig. 1B) (7). El PiTFL representa aproximadamente el
40-45%, el AiTFL el 35% y el IOM aproximadamente el 20-25% de la
estabilidad de la articulación tibioperonea distal (DTFJ) (8). El
mecanismo de lesión más común es la rotación externa en dorsiflexión del
pie. El complejo sindesmótico se rompe con mayor frecuencia de
anterior a posterior. Biomecánicamente, una rotura aislada del AiTFL
conduce a un aumento de la traslación anteroposterior del peroné,
mientras que una rotura del AiTFL y la LIO produce además una
inestabilidad rotacional. Sólo una rotura completa de los tres
ligamentos (AiTFL, IOL y PiTFL) provoca una inestabilidad multiplanar
del DTFJ y conduce a una diástasis franca (9).
El diagnóstico y la clasificación de las
inestabilidades de dos ligamentos (roturas de AiTFL y LIO) y
multiplanares (roturas de AiTFL, LIO y PiTFL) siguen siendo un desafío
(1, 10). Se han propuesto diversas pruebas clínicas y diagnósticas, que
van desde radiografías simples, resonancias magnéticas, hasta diferentes
pruebas de esfuerzo. Se ha publicado un número similar de sistemas de
clasificación diferentes, utilizando diferentes combinaciones de pruebas
clínicas y diagnósticos. Sin embargo, hasta el día de hoy, nos falta un
algoritmo de diagnóstico uniforme y un sistema de clasificación para
las lesiones sindesmóticas. Una lesión sindesmótica inestable y no
tratada cambiará significativamente el área de contacto tibioastragalino
y la presión de contacto (11), lo que nuevamente resulta en
inestabilidad crónica, mal resultado funcional y artritis postraumática
(12, 13). Teniendo en cuenta estas consecuencias eventualmente
irreversibles, resulta evidente que debemos acordar un algoritmo de
diagnóstico y un sistema de clasificación basados en evidencia.
Los autores sólo conocen una revisión
sistemática sobre la clasificación y el diagnóstico. Esto se publicó
hace 7 años como una declaración de consenso de ESSKA-AFAS (que
significa Sociedad Europea de Traumatología Deportiva, Cirugía de
Rodilla y Artroscopia – Tobillo y Pie Asociados) (14). Se centraron
predominantemente en la combinación de lesiones sindesmóticas y
deltoides. Aún así, hay que tener en cuenta que el complejo sindesmótico
estabiliza la mortaja ósea del tobillo, es decir, el peroné hasta la
tibia, y el complejo del ligamento deltoideo en la parte medial del
tobillo. Por lo tanto, para las lesiones sindesmóticas aisladas, todavía
falta una clasificación uniforme y estándares de diagnóstico, incluidos
los valores de corte.
El objetivo del presente estudio fue realizar
una revisión sistemática de los sistemas de clasificación y diagnóstico
aplicados para calificar y diagnosticar la inestabilidad sindesmótica en
estudios que informan el resultado de lesiones sindesmóticas aisladas y
agudas tratadas quirúrgicamente. Los sistemas de clasificación y
diagnóstico aplicados se discutieron con la literatura actual y se
propuso un enfoque de diagnóstico con la mejor evidencia.
Hasta el día de hoy, faltan estándares de
diagnóstico y una definición uniforme para las lesiones sindesmóticas
agudas y aisladas. El objetivo del presente estudio fue realizar una
revisión sistemática de los sistemas de clasificación y diagnóstico
actualmente aplicados y proponer un enfoque de diagnóstico con la mejor
evidencia.
Conclusión Las clasificaciones y
diagnósticos actuales de las lesiones sindesmóticas son heterogéneos y a
menudo no pueden atribuirse a los ligamentos lesionados. Se presenta un
algoritmo de diagnóstico basado en evidencia basado en diagnósticos no
invasivos y una clasificación basada en la anatomía para la
inestabilidad sindesmótica aguda.
Spindler FT, Böcker W, Polzer H, Baumbach
SF. A systematic review of studies on the diagnostics and
classification system used in surgically treated, acute, isolated,
unstable syndesmotic injury: a plea for uniform definition of
syndesmotic injuries. EFORT Open Rev. 2024 Jan 9;9(1):16-24. doi:
10.1530/EOR-23-0097. PMID: 38193495; PMCID: PMC10823566.
Los
índices de inflamación sérica y de líquido sinovial se pueden utilizar
para diagnosticar la infección de la articulación periprotésica en
pacientes con artritis reumatoide, para los cuales el recuento de
glóbulos blancos del líquido sinovial es el mejor índice de detección.
La infección de la articulación
periprotésica (PJI) es una de las complicaciones más graves después del
reemplazo total de la articulación (TJR), con una incidencia global del 1
% al 2 %.1 La TJR puede aliviar los síntomas del dolor y mejorar la
función articular y la calidad de vida en pacientes que tienen artritis
reumatoide (AR) avanzada.2,3 Sin embargo, debido a la disfunción inmune
en pacientes con AR y su uso de fármacos antirreumáticos modificadores
de la enfermedad (FAME),4,5 la tasa de infección después de TJR en
pacientes con AR puede ser de tres a tres. veces mayor que la de los
pacientes con osteoartritis (OA), con tasas de infección del 4,2% y
1,4%,6 respectivamente. De hecho, la AR se considera un factor de riesgo
independiente para la IAP.7 Las pautas para el diagnóstico de PJI
emitidas por la Sociedad de Infecciones Musculoesqueléticas (MSIS)
definen los umbrales de diagnóstico de PCR sérica, VSG, recuento de
glóbulos blancos (WBC) del líquido sinovial y porcentaje de neutrófilos
polimorfonucleares (PMN%).1 Sin embargo, está claro que los pacientes
con enfermedades reumatoides no fueron incluidos en el trabajo de
investigación para formular las directrices. Especialmente cuando la
enfermedad de AR está en etapa activa, los índices inflamatorios
anteriores estarán en un estado anormal independientemente de la
infección, debido a la respuesta inflamatoria de los propios pacientes
con AR. Por lo tanto, la aplicación del umbral de diagnóstico de IAP
convencional para pacientes con AR puede llevar a un diagnóstico
erróneo, lo que lleva a un tratamiento incorrecto.8 El enfoque actual de
la investigación sobre el diagnóstico de IAP incluye marcadores como la
alfa-defensina.9-11 Sin embargo, la PCR , VSG, leucocitos del líquido
sinovial y % de PMN son índices clásicos para diagnosticar IAP, que son
económicos y convenientes de operar, por lo que es de gran importancia
clínica establecer los umbrales de estos índices de detección comunes
para el diagnóstico de IAP en pacientes con AR. Analizamos
retrospectivamente los datos clínicos de inflamación sérica y los
índices de líquido sinovial en pacientes con AR y OA que se habían
sometido a una artroplastia total de rodilla (ATR) y/o de cadera (ATC).
El propósito de este estudio fue determinar los umbrales óptimos y la
eficacia diagnóstica de PCR preoperatoria, VSG, leucocitos del líquido
sinovial y % de PMN en el diagnóstico de IAP postoperatoria en pacientes
con AR, e investigar si las pruebas combinadas de serología y sinovial
Los índices de líquidos pueden mejorar la eficacia diagnóstica.
Investigar los umbrales óptimos y la
eficacia diagnóstica de los índices serológicos y de detección de
líquido sinovial comúnmente utilizados para diagnosticar la infección de
la articulación periprotésica (PJI) en pacientes con artritis
reumatoide (AR). Las directrices para el diagnóstico de infección
articular periprotésica (PJI) emitidas por la Sociedad de Infecciones
Musculoesqueléticas (MSIS) definieron los umbrales diagnósticos de los
índices de detección de líquido sinovial y serológicos comúnmente
utilizados en la clínica. Sin embargo, está claro que los pacientes con
enfermedades reumatoides no fueron incluidos en el trabajo de
investigación para formular las directrices. Nuestro objetivo fue
investigar los umbrales óptimos y la eficacia diagnóstica de los índices
serológicos y de detección de líquido sinovial comúnmente utilizados
para diagnosticar IAP en pacientes con artritis reumatoide (AR). Los
valores de corte óptimos de nivel de PCR, VSG, recuento de glóbulos
blancos (WBC) en el líquido sinovial y porcentaje de neutrófilos
polimorfonucleares (PMN%) para el diagnóstico de IAP en pacientes con AR
son todos más altos que los de los pacientes con osteoartritis, y sus
valores óptimos Los valores de corte se pueden utilizar como índices
auxiliares importantes para un diagnóstico claro de IAP en pacientes con
AR. En comparación con otros índices, los leucocitos del líquido
sinovial tienen un fuerte poder de predicción y una menor tasa de
diagnóstico erróneo, lo que podría ser el mejor índice de detección para
identificar si los pacientes con AR tienen IAP. La prueba de
diagnóstico índice combinada puede mejorar la especificidad y el valor
predictivo positivo del diagnóstico de IAP en pacientes con AR. La
combinación de múltiples índices de detección puede proporcionar una
base de referencia para el diagnóstico temprano y preciso de RA-PJI. Actualmente
no existe un estándar de oro ni pautas diagnósticas relevantes para el
diagnóstico de IAP en pacientes con AR como referencia en la práctica
clínica, y hay pocos estudios relevantes en el país y en el extranjero.
Sin embargo, la PCR, la VSG, los leucocitos del líquido sinovial y el %
de PMN son índices clásicos para el diagnóstico de IAP, que son
económicos y convenientes de operar, por lo que es de gran importancia
clínica establecer los umbrales de estos índices de detección comunes
para el diagnóstico de IAP en pacientes que tiene AR. Fue un estudio
retrospectivo unicéntrico con un tamaño de muestra limitado y sesgo de
selección, y las conclusiones deben ser verificadas en mayor profundidad
mediante muestras grandes y multicéntricas. Los índices de
inflamación sérica y de líquido sinovial se pueden utilizar para
diagnosticar RA-PJI, para los cuales los leucocitos del líquido sinovial
son el mejor índice de detección. La combinación de múltiples índices
de detección puede proporcionar una base de referencia para el
diagnóstico temprano y preciso de RA-PJI.
Los datos de 348 pacientes que tenían AR u
osteoartritis (OA) y que previamente se habían sometido a una
artroplastia total de rodilla (ATR) y/o una artroplastia total de cadera
(ATC) (incluyendo AR-PJI: 60 casos, AR-no-PJI: 80 casos ; OA-PJI: 104
casos, OA-non-PJI: 104 casos) se analizaron retrospectivamente. Se
utilizó una curva característica operativa del receptor para determinar
los umbrales óptimos de PCR, VSG, recuento de glóbulos blancos (WBC) del
líquido sinovial y porcentaje de neutrófilos polimorfonucleares (PMN%)
para diagnosticar RA-PJI y OA-PJI. La eficacia diagnóstica se evaluó
comparando el área bajo la curva (AUC) de cada índice y aplicando los
resultados de la prueba diagnóstica del índice combinado. Para la
predicción de PJI, los resultados de los índices serológicos y de
líquido sinovial fueron diferentes entre los grupos RA-PJI y OA-PJI. El
valor de corte óptimo de PCR para diagnosticar AR-PJI fue 12,5 mg/l, VSG
fue 39 mm/hora, leucocitos en líquido sinovial fue 3.654/μl y PMN% fue
65,9%; y los de OA-PJI fueron 8,2 mg/l, 31 mm/hora, 2.673/μl y 62,0%,
respectivamente. En el grupo RA-PJI, la especificidad (94,4%), el valor
predictivo positivo (97,1%) y el AUC (0,916) de los leucocitos del
líquido sinovial fueron mayores que los de los otros índices. Los
valores de corte óptimos de WBC y PMN% del líquido sinovial para
diagnosticar RA-PJI después de ATC fueron significativamente más altos
que los de ATR. La especificidad y el valor predictivo positivo del
índice combinado fueron del 100%.
Wang Y, Li G, Ji B, Xu B, Zhang X,
Maimaitiyiming A, Cao L. Diagnosis of periprosthetic joint infections in
patients who have rheumatoid arthritis. Bone Joint Res. 2023 Sep
14;12(9):559-570. doi: 10.1302/2046-3758.129.BJR-2022-0432.R1. PMID:
37704202; PMCID: PMC10499527.
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Una definición de PJI
debe reconocer las limitaciones de las pruebas existentes y la necesidad
de interpretarlas en el contexto clínico. La definición de EBJIS
propone un enfoque de tres niveles, que se puede aplicar ahora con
pacientes de todo el mundo.
El
diagnóstico de infección articular periprotésica (IAP) puede ser
difícil. Todas las pruebas diagnósticas actuales tienen problemas con la
precisión y la interpretación de los resultados. Se han propuesto
muchas pruebas nuevas, pero no hay consenso sobre el lugar de muchas de
ellas en la vía diagnóstica. Los intentos anteriores de desarrollar una
definición de PJI no han sido universalmente aceptados y no existe una
definición estándar de referencia.
La definición presenta un
enfoque novedoso de tres niveles para el diagnóstico, basado en la
evidencia más sólida, que será útil para los médicos en la práctica
diaria.
McNally M, Sousa R, Wouthuyzen-Bakker M,
Chen AF, Soriano A, Vogely HC, Clauss M, Higuera CA, Trebše R. The EBJIS
definition of periprosthetic joint infection. Bone Joint J. 2021
Jan;103-B(1):18-25. doi: 10.1302/0301-620X.103B1.BJJ-2020-1381.R1. PMID:
33380199; PMCID: PMC7954183.
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La
inestabilidad posterior del hombro se reconoce cada vez más en las
poblaciones de pacientes jóvenes activos. El diagnóstico de la
inestabilidad posterior puede ser un desafío porque los pacientes suelen
presentar una queja de dolor sin antecedentes de luxación o
subluxación. Además, un desgarro del labrum posterior no siempre se
visualiza claramente en estudios de imágenes avanzados. Como tal, el
examen físico es fundamental para el diagnóstico.
Presentamos
una simple maniobra de examen físico para el diagnóstico de
inestabilidad posterior del hombro sintomática. La prueba del pulgar
intenta replicar un procedimiento de bloqueo óseo posterior, lo que
ayuda a restablecer la estabilidad y aliviar el dolor. El examinador
coloca su pulgar sobre la línea de la articulación glenohumeral
posterior mientras el paciente eleva activamente hacia adelante el brazo
afectado por encima de la cabeza. La mejoría del dolor y la estabilidad
con esta maniobra es diagnóstica de inestabilidad posterior del hombro
sintomática.
Esta
prueba aumenta las maniobras de examen físico actuales para ayudar a
diagnosticar correctamente la inestabilidad posterior del hombro.
Boileau P, Van Steyn PM, Czarnecki M,
Teissier S, Gasbarro G, Galvin JW. The Thumb Test: A Simple Physical
Examination Maneuver for the Diagnosis of Symptomatic Posterior Shoulder
Instability. Arthrosc Tech. 2022 Sep 21;11(9):e1613-e1616. doi:
10.1016/j.eats.2022.05.007. PMID: 36185110; PMCID: PMC9520018.