Los científicos extrajeron unas células llamadas espermatogonias, una etapa intermedia en la maduración de los espermatozoides. Cultivándolas en el laboratorio, lograron convertirlas en células madre pluripotentes, capaces de generar distintos tejidos del organismo. En este caso, obligaron a los precursores celulares a diferenciarse como células beta pancreáticas, las que integran las isletas del páncreas donde se produce la insulina.
Para probar la funcionalidad de las células, los investigadores las trasplantaron a ratones diabéticos inmunodeficientes, que pueden recibir cualquier tejido extraño sin rechazarlo. A continuación comprobaron que las células injertadas no sólo mostraban todas las características de las células beta normales, incluyendo la producción de insulina, sino que además eran capaces de contrarrestar en los animales una hiperglucemia similar a la diabetes humana de tipo 1 (dependiente de insulina). Los investigadores han presentado los resultados de su trabajo en el 50º congreso de la Sociedad Americana de Biología Celular, que se celebra en Filadelfia (EE.UU.).
TRASPLANTE SIN RECHAZO
Según el director del estudio, Ian Gallicano, su trabajo es el primer paso hacia una estrategia de trasplante de tejido pancreático a los pacientes diabéticos que no produciría rechazo, ya que "el trasplante sería autólogo, es decir, las células procederían del propio paciente y se reconocerían como propias". Aunque hoy se emplea el trasplante en ciertos casos de diabetes, el método está limitado por la disponibilidad de órganos donados y por el rechazo.
Gallicano aclaró que "los aspectos fundamentales podrían aplicarse fácilmente a los equivalentes femeninos, los ovocitos". |
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