"Estudios recientes han demostrado que dormir una hora adicional por la noche ayudaría a controlar la obesidad infantil, manteniendo un índice de masa corporal más bajo, y estar menos expuestos a la obesidad los cinco años posteriores. Además, se ha constatado que solo una hora más de sueño disminuiría hasta un 36% la posibilidad de que los niños sufran sobrepeso", apunta Empar Lurbe.
Una de las causas es que dormir poco aumenta la producción de ghrelina, una hormona conocida como la del crecimiento porque anima a comer más, y disminuye la de la leptina, otra que tiene el efecto contrario, porque reduce el apetito. Y tiene otra causa más obvia, pero que no se puede ignorar: si se duerme poco se tiene menos ganas de hacer ejercicio. La relación tiene un ejemplo numérico claro: la tasa de niños obesos o con sobrepeso en España (alrededor del 30%) se corresponde con la de los que duermen mal.
Para combatirlo, los estudios recomiendan que los adultos duerman de seis a ocho horas al día, y los niños, 10. Que no haya televisiones en los dormitorios ni leer en la cama; no realizar actividades que impliquen atención excesiva, como ver una película, una hora antes de acostarse y no tomar excitantes (café, té, tabaco) desde las cinco de la tarde.
Autor: E. De B. |
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