Posted: 26 Feb 2011 03:54 AM PST Una de las tesis más polémicas de la teoría de la singularidad es aquella que afirma que en el momento en que las máquinas alcancen la capacidad de almacenaje y procesamiento de la información de cualquier cerebro humano (1.25TB de datos, a unos 100 teraflops por segundo), es posible que surja alguna forma de conciencia artificial. Más allá de esta controvertida cuestión, la noticia de actualidad está en la popularización de algunos avances en inteligencia artificial. Y es que la computadora IBM de Watson está al 80% del potencial de computación humano, con 80-teraflop y 1TB de memoria (que para los que compartáis conmigo la dificultad por entender valores tan altos, significa 220 millones de páginas de texto o 111 DVDs.) Así equipada, la máquina se batía en duelo y vencía, hace pocos días, a los concursantes de un conocido programa en EEUU, Jeopardy, respondiendo en menos de 3 segundos a las preguntas sobre cultura general que formulaba el presentador. Son muchos los detalles en la web acerca del proceso, que no hacen más que recordarnos lo complejo de nuestros cerebros. Uno de ellos es que el algoritmo original precisaba un solo procesador y tardaba 2 horas en escanear la memoria completa de Watson para encontrar una respuesta, así que los técnicos de IBM añadieron tantos CPUs como para que la respuesta tardara solo 3 segundos. Son varios los antecedentes, uno de los más conocidos el de IBM Deep Blue desafiando a un Kasparov que era entonces campeón mundial de ajedrez. Se trataba entonces de un problema matemático, muy distinto del actual. Con Watson no se trata de resolver una cuestión limitada a un espacio bien definido, se trata dealgo mucho más complicado, de lidiar con la ambigüedad, con la naturaleza contextual del lenguaje. Se imaginan ya muchas aplicaciones de la inteligencia artificial de Watson, algunas interesantes en salud, así que os recomiendo si queréis saber más, un libro que profundiza en el tema. Reflexionando acerca del tema surge una vieja idea, que repetíamos también al hablar de cómo Internet estaba acelerando nuestro desarrollo cognitivo: si hay algo más potente que una sinapsis (la conexión entre dos neuronas), es la conexión entre dos personas, si hay algo más grande que la inteligencia individual, es la inteligencia que, entre todos, podemos alcanzar. Recuerdo, creo que en un libro de Daniel Pink (“The Whole new mind”), la historia del hombre que murió exhausto en una carrera contra una máquina. Físicamente, tal y como sabían luditas y neoluditas (cuando quemaban las máquinas que habían de dejarles sin trabajo durante la revolución industrial), teníamos la batalla perdida. No es así en el caso de la inteligencia, que se beneficia ampliamente de la cualidad social cuando aparece y provoca maravillas tan diversas como las que podéis ver en los vídeos que he decidio incluir en una presentación próxima: Inteligencia colectiva, colaboración en estado puro…. También inteligencia colectiva, colaboración en estado puro…. aunque tome la forma de ciencia, de tecnología: En fin… sería correcto decir, así, que en paralelo a la revolución social que vivimos en los países árabes, Febrero de 2011 debería ser recordado también como momento en que la inteligencia colectiva, puesta, como diría Kevin Kelly en “What Technology wants”, al servicio de una tecnología que es desde los inicios de la historia, la fuerza motriz de la evolución, vence por primera vez a la individual. La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar. Eduardo Galeano |
sábado, 26 de febrero de 2011
IBM Watson alcanza el 80% de la inteligencia individual: más cerca de la utopía.
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