LAS PALABRAS COMO ARMA
23 de Febrero de 2011 | escrito por Julio Mayol | clasificado en Profesión
Se sienta. Me mira. El gesto es seco. La mirada cruzada. La voz grave. Le cuesta empezar a hablar:
- Me siento engañado por usted.
Al escuchar eso, el cerebro me frena en seco. ¿Qué significa? No sé qué decir. Ni siquiera es la paciente. Es un familiar de la paciente. Ella no ha venido a la consulta.
- Siento una gran amargura y tenía que venir a decírselo. No tenía que haberla operado. Usted lo sabía y me mintió. No imagina cómo lo está pasando mi madre. Y todo por su culpa. Tenía que haberla dejado.
Esas palabras son un arma. Ha venido a hacerme daño. Dispara donde no tengo defensa. Al corazón. Quiere que sienta lo que él siente.
No valen las explicaciones, no valen los argumentos. Sabe tan bien como yo que no es cierto. Pero no me quiere escuchar. Sólo escucha sus propias palabras. Siente dolor y no parará hasta ver como me retuerzo con el mismo sufrimiento.
Eso hiere. Y mucho. Se te van quedando los sentimientos al aire, en carne viva.
Va en mi sueldo, pero tengo unas cuantas cicatrices que no dejan de doler.
PD: If I can see it, then I can do it, If I just believe it, there’s nothing to it…
Etiquetas: consulta, dolor, paciente, palabras, sufrimiento
No hay comentarios:
Publicar un comentario