miércoles, 9 de febrero de 2011

Biblioteca: ¿sólo digital?


Biblioteca: ¿sólo digital?

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Asunción Trénor
Biblioteca General
Universidad Politécnica de Valencia
 

The Idea of Order: Transforming Research Collections for 21st Century Scholarship, june 2010. Council on Library and Information Resources. <http://www.clir.org/pubs/reports/pub147/pub147.pdf>

Este estudio editado por el CLIR (Council on Library and Information Resources) trata de poner las bases para una buena gestión del nuevo ambiente digital. Ello llevará a una reconceptualización de  la universidad moderna y por supuesto de las bibliotecas universitarias.
El estudio tiene 6 apartados: La idea del orden, ¿Puede una biblioteca nueva ser totalmente digital?, Lo que cuesta mantener un libro, Grandes proyectos de digitalización y su utilidad…, Conclusiones, Epílogo.
La idea del orden
Charles Henry transmite en este apartado del estudio la idea de Toulmin que ya nos advierte en 1972 que los conceptos mutan de generación en generación (“Human understanding: The Collective Use and Evolution of concepts”). Pero existen grandes diferencias  hoy en los procedimientos de la educación superior desde que Toulmin publicó su trabajo hasta el día de hoy: con comunicaciones extremadamente rápidas, así como con la existencia de  recursos y herramientas digitales cabe preguntarse si el conocimiento/ entendimiento humano se produce de forma diferente.
Una colección reciente de ensayos “Understanding Knowledge as a Commons: From Theory to Practice” estudia cómo ha cambiado la forma de crear, compartir y preservar el conocimiento al pasar de medios analógicos a digitales. Podemos hablar de un “hipercambio” (Charlotte Hess y Elinor Ostrom) en las relaciones entre autores/editores/lectores, así como más interrelación entre distintas materias, formas diferentes de comunicación entre los académicos etc.
¿Puede una nueva biblioteca ser totalmente digital? (CLRI)
Lisa Spiro y Geneva Henrry concluyen que esta posibilidad depende de que exista una masa crítica de material bibliográfico en digital, que esté producida por autores reputados y que sea fiable. También de que se tenga la infraestructura necesaria y que esté garantizado el acceso al material al cabo del tiempo. Además habrá que resolver temas de derechos de autor.
El objetivo de la biblioteca digital es obtener una mayor calidad de los servicios así como innovación en los mismos. Incluso las bibliotecas que funcionan hace tiempo sufren presiones para decantarse por colecciones digitales: por motivos de espacio, por motivos económicos o porque los investigadores aprecian la rapidez y facilidad de acceso.
a.-inconvenientes
Sin embargo hay inconvenientes: la masa crítica de material es pequeña, los libros electrónicos no han conseguido implantarse (no coincide lo que ofertan los editores con las verdaderas necesidades de las bibliotecas ver p.12). Mark Nelson (2008) de EDUCASE considera que los obstáculos se resolverán en 5 años. Se supone que en el 2020 el 40% de las monografías académicas serán en formato digital. Además las editoriales universitarias tienen problemas para adaptarse a la publicación en soporte electrónico (necesitan de inversión, plantilla adecuada e infraestructura). Sin embargo un estudio reciente de la Association of Learned Professional and Scholarly Publishers constata que el 62.3% de las editoriales universitarias está editando ya libro electrónico.
Otro aspecto a considerar son las limitaciones de los lectores de e-books como son: la facilidad de búsqueda en el texto, la posibilidad de hacer anotaciones y la funcionalidad de tocar-pantalla, que son todavía insuficientes. También hay problemas con el tema de las citas puesto que los libros-e no están paginados (p.16). No se pueden ver bien fotos, diagramas y tablas y es prematuro considerar el envío de libros-e a dispositivos móviles. Pero hay proyectos en marcha como el INKE (Implementing New Knowledge Environments) que estudian cómo crear nuevos entornos de lectura digital más provechosos. Sigue habiendo problemas con la gestión de los derechos digitales: número de páginas a imprimir, préstamo interbibliotecario etc. En lo referente a licencias debería existir un único modelo de licencia. Sin embargo las revistas e- están totalmente introducidas en el mundo de la investigación y la docencia. La mayoría de bibliotecas universitarias ya se decantan por comprarlas sólo en soporte electrónico.
b.-resistencia de los usuarios
Existe una cierta resistencia por parte de los usuarios a la biblioteca “totalmente digital”, entre los usuarios académicos: los economistas y los de ciencias puras han sido los más rápidos en apuntarse a los materiales digitales.
En una encuesta de la UC Merced Library del 2009 los estudiantes pedían que se compraran más libros en papel. En un estudio de la Univ. de Illinois del 2009 el 26.5% de los estudiantes predecían que sólo en papel y el 11.5% sólo electrónicos. Sin embargo el “print on demand” puede ser una solución. Un informe de ITHAKA  del año 2009 pone de manifiesto que los usuarios de revistas electrónicas temen que los backfiles no estén completos respecto al formato papel. Además prefieren que se les cite en medios en papel. Por último preocupa que los más jóvenes sólo acudan a Google y nunca a la biblioteca.
c.- resistencia de los bibliotecarios
Los bibliotecarios pueden presentar cierta reticencia al entorno digital porque conlleva cambios en sus tareas y procedimientos: deben ser conocedores de nuevos estándares, de las diferentes opciones de compra, preocuparse por la preservación del material y los proyectos que están en marcha (LOCKSS, CLOCKSS, Portico…) etc. Importante es también el tema de los metadatos asociados a los objetos digitales y a la posibilidad de preservarlos (PREMIS Preservation Metadata: Implementation Strategies).
d.- implicaciones económicas e impacto en la calidad de la enseñanza
El  gasto en material-e aumenta cada año y casi todo es para la adquisición de revistas electrónicas. La plantilla sea quizás menor pero más técnica. Habrá menos catalogación exhaustiva, los registros se comprarán a los agentes o en caso de registros muy completos con metadatos de calidad se hará cooperativamente. Algunas instituciones han calculado su ROI (return on investment), pero es difícil medir el impacto que el gasto en productos bibliográficos tiene sobre la calidad de la investigación y docencia de la institución.
El OA (open Access) está tomando ímpetu y los investigadores en ciencias e ingenierías están siendo los primeros en adoptarlo. Resulta un ahorro incluso cuando las instituciones deben proporcionar fondos para mantener los repositorios y las revistas que lo requieran. La ciberinfraestructura también es costosa: más ordenadores, más software (minería de textos, creación de multimedia…), más redes robustas y que lleguen a todos, más dispositivos de lectura electrónica. Todo ello necesita de más informáticos.
e.- recomendaciones
Este informe se ha elaborado pensando en la creación de una nueva biblioteca universitaria de investigación en EE.UU. que abarque prácticamente todas las disciplinas exceptuando las propias de las facultades de leyes, empresariales y medicina. Se estudian una serie de casos en universidades ya existentes y las recomendaciones que se obtienen son las siguientes: definir la misión, ser flexible a la hora de ofrecer acceso a la información, colaborar con otras instituciones para compartir recursos y conocimiento, desarrollar nuevos modelos de servicio, replantear las tareas de los bibliotecarios, construir servicios que faciliten la colaboración y la interactuación, planificar para la conservación.
Anson, C; Cornell, R.2009. E-Book collections. SPEC kit, 313 Washington: Association of research Libraries.
http://www.arl.org/bm~doc/spec-313-web.pdf
Ball, Rafael.2009. E-books in Practice: The Librarian’s Perspective. Learned Publishing 21 (1):18-22http://alpsp.publisher.ingentaconnect.com/content/alpsp/lp/2009/00000022/00000001/art00004
Caplan, Priscilla.2009. Understanding PREMIS. Washington: Library of Congress.
http://www.loc.gov/standards/premis/understanding-premis.pdf
¿Cuánto cuesta mantener un libro?
Se estudia el coste de mantener un libro en papel (espacio, limpieza, control climático, adquisición, proceso técnico, acceso al mismo si está en almacén…) y también la conveniencia de mantenerlo “en perpetuidad” como parece que ha sido la tónica aceptada por todas las bibliotecas hasta hoy.
Y se compara el coste que todo lo anterior supondría con la posibilidad de digitalización y mantenimiento del material en soporte digital o mixto durante un tiempo determinado. Una sencilla tabla (tabla3) que aparece en la p.101 del informe nos muestra lo  anterior tras los cálculos sobre costes que se han ido proponiendo.
Schonfeld,R.C.; Housewright, R. 2009 “Print Collections Management in the Wake of Digitization”. New York: ITHAKA
http://www.ithaka.org/ithaka-s-r/research/what-to-withdraw/What%20to%20Withdraw%20-%20Print%20Collections%20Management%20in%20the%20Wake%20of%20Digitization.pdf
Proyectos de digitalización a gran escala y su utilidad para las humanidades contemporáneas
El CLIR (Council on Library and Information Resources) comenzó en el 2007 un proyecto para evaluar los beneficios y las limitaciones que supondría académicamente la provisión de textos digitalizados a gran escala para las humanidades.
Se deben tener presentes: la difícil disponibilidad de libros posteriores a 1923, la calidad deficiente en el escaneado, la calidad y cantidad de metadatos, la facilidad de búsqueda en el texto (el OCR es muchas veces poco fiable).
Impacto económico en las bibliotecas: habrá que confeccionar presupuestos que contemplen el gasto del escaneado, procesamiento y mantenimiento de las colecciones digitalizadas
Hasta el momento parece que pequeños proyectos de digitalización tienen más calidad que los de más alcance porque proporcionan más posibilidades de hacer minería de textos que las que proporcionan los proyectos grandes. También habrá que tener presente que no se puede desestimar la falta de infraestructura de algunos países para acceder a este tipo de material.
Se recomienda que los académicos participen en los proyectos de digitalización, así como que haya más cooperación internacional en los proyectos de envergadura y más desarrollo de la necesaria arquitectura digital para que sea posible crear un ambiente que soporte nuevas metodologías, desarrollos y descubrimientos.
Conclusión  
Para muchas bibliotecas universitarias la reducción de costes en el procesamiento y almacenaje de los materiales supone una oportunidad y un desafío. No hay modelos a seguir pero aunque las revistas en soporte electrónico se han impuesto, no parece que lo mismo vaya a ocurrir con los libros.
También la digitalización de libros antiguos no está del todo clara, aunque en estos casos los libros en soporte digital deben ser un complemento a sus versiones en papel y las universidades deben ver como una obligación servir a sus usuarios haciéndoles accesibles estos fondos si se considera procedente.
Epílogo
La Andrew Mellon Foundation patrocinó un estudio del CLIR que estudiaba la pertinencia de la “cloud library” o “biblioteca en la nube” en claro paralelismo al “cloud computing”, sería una biblioteca que proporcione copias digitales de fondos de otras bibliotecas.
En este estudio se contemplan las políticas, procedimiento, logística e infraestructura necesaria para un prototipo de “biblioteca en la nube”. Se vio la necesidad de racionalizar los grandes repositorios  de monografías en papel, y también la creación de consorcios que permitan un trabajo compartido.
En resumen: el futuro pasa por repensar el modelo actual de instituciones que compiten entre ellas para producir un sistema que manteniendo la identidad e independencia de cada institución proporcione servicios y funciones que hagan la enseñanza y la investigación más efectivas, eficientes y elegantes.  

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