Seguro que la famosa frase de “El que tiene boca se equivoca” no salió de la meditación de ningún genio, científico, político o artista, aunque sea completamente cierta. Yo mismo, como cualquiera de vosotros habréis podido comprobar, no estoy exento de dejar escapar algún gazapo gramatical o incluso conceptual en cuanto me acercan un micro a menos de 12 millas terrestres. Los nervios, entre otras circunstancias, es lo que tienen…
Pero claro, yo no soy un genio histórico precisamente. Otra cosa es que inmortales como Galileo o Einstein hubiera, como humano, haber podido metido la pata alguna vez. En este sentido, el físico y periodista británico Michale Brooks, colaborador de la revista NewScientist y del diarioDaily Telegraph acaba de hacer pública una lista con lo que él ha considerado los 8 grandes errores de los científicos de la historia. Por supuesto es una valoración algo personal e intransferible con la que no todos debemos estar de acuerdo. Aquí van algunas de sus, denominadas, chapuzas científicas…
Además de mencionar el fracaso en el arranque del Gran Colisionador de Hadrones de Ginebra, donde hasta una miguita de pan dejada caer por un pájaro puso en jaque un proyecto de miles de millones de euros, Brooks menciona la confusión de Galileo sobre el origen de las mareas, dándole más peso a la atracción del Sol que a la Luna. Pero claro, estábamos a principios del siglo XVII. Por otro lado, a principios del siglo XIX el doctor Stubbins Ffirth tuvo la suerte milagrosa de que La fiebre amarilla, enfermedad vírica, tenga que ser transmitida directamente en sangre por mosquitos ya que, dicho médico, pensando que no era una enfermedad contagiosa, sino producto del estrés, no se le ocurrió otra cosa que beberse (has oído bien) un trago de vómito negro de un enfermo con dicha enfermedad tropical…
El físico británico Lord Kelvin, famoso por establecer la escala absoluta de las temperaturas, con el 0 a -273ºK, tuvo que tragarse sus palabras al asegurar que los rayos X, descubiertos por casualidad por el físico alemán Wilhelm Röntgen a finales del XIX, no eran más que un burdo engaño absurdo sin utilidad alguna… Precisamente, éste descubrimiento ha sido recientemente catalogado por el Instituto Smithsonian como el invento del siglo…
En esta lista de gazapos, ni el genio de todos los genios, Albert Einstein, parece escaparse. Al parecer, en 1917 se fió de la opinión, errónea, de los astrónomos de la época que le aseguraron que el Universo era estable; no estaba en expansión. Afortunadamente, no impidieron la publicación de sus mejores fórmulas…
Dejando en el tintero otros errores que no comentaré, quería dejar para el final un gazapo gordo, gordo, gordo… ¡y caro! En 1999, la NASA lanzó la sonda Mars Climate Orbiter. Un fallo de comunicación de principiantes con los ingenieros de la multinacional Lockheed Martin -no sé si el apellido tuvo algo que ver…-, les hizo confundir las mediciones realizadas en metros con pulgadas y pies. El resultado, la sonda calculó mal la distancia con el planeta rojo. 60 km nada menos y, claro, se estrelló y con ello, los millones de dólares del proyecto…
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