Vía el sitio de RedUSERS me entero de que en la página web de la BBC en inglés publicaron una entrevista a Bret Taylor, el Chief Technology Officer (CTO, o Gerente de Tecnología) de Facebook, quien afirmó algo que me llamó la atención y me parece altamente probable: que –para citar el título de la nota en RedUSERS– “las noticias encabezarán la próxima revolución de las redes sociales“.
Es un hecho casi indiscutible que, a diferencia de lo que pasaba entre 2004 y 2006, hoy el “fenómeno” parece estar marcado por las redes sociales y (de esto hace rato) ya no por los blogs. La meteórica masificación que por aquellos años (vamos: hace apenas un lustro) experimentaban los blogs como herramienta social de comunicación hizo aventurar a más de un ansioso por predecir el futuro que hacia esta época cada internauta tendría su propio blog, y que por lo tanto el tamaño de la blogósfera equivaldría casi al tamaño de Internet (sigue).
En lugar de eso, resulta que los blogs han quedado no sé si como un reducto pero sí como un territorio digital mayoritariamente poblado por periodistas (en ejercicio, amateurs, desocupados y estudiantes) y, más en general, por quienes sienten un placer particular en desarrollar sus ideas por escrito y compartirlas con una comunidad con intereses afines.
Un aspecto que hay que subrayar es que el blogging es una actividad que exige más tiempo y esfuerzo (búsqueda de información, desarrollo de ideas, trabajo analítico y reflexivo, acopio de fuentes y links, etcétera) que la vertiginosa instantaneidad que proponen Twitter y, en menor medida pero con mayor masividad, Facebook. Quizás sea ésta una poderosa (aunque no única) razón que explique por qué los blogs estancaron su masificación y, en cambio, se produjo el explosivo crecimiento de las dos redes más populares del mundo, sumando entre ambas casi 800 millones de usuarios registrados.
Estas redes se han transformado en unas multitudinarias “ágoras” digitales donde todos, casi sin excepción, nos “encontramos” para compartir e intercambiar contenidos de lo más diversos, desde fotos y videos de las vacaciones hasta links de interés, pedidos u ofrecimientos laborales y campañas de marketing o atención al cliente, amén de un extenso etcétera.
Cuantas más cosas se hacen en un lugar, más necesidades aparecen, más oportunidades hay y, por lo tanto, más chances existen de generar negocios. Consecuentemente, más actividades sociales se desarrollan, y más gente se acerca. Esto, que sucede desde hace miles de años en las plazas públicas y mercados al aire libre, está ocurriendo hace al menos dos años en Facebook. Existe ya copioso material, si uno busca un poco, que registra la creciente participación de empresas y marcas en las redes sociales buscando generar nuevos (aunque en ciertos casos no tan nuevos) vínculos con usuarios y consumidores.
Y lo que afirma Taylor me parece muy coherente. Quizás el siguiente nicho de mercado corresponda, efectivamente, a las noticias publicadas y difundidas mediante aplicaciones específicas pensadas según las audiencias a las que se dirijan, desarrolladas para smartphones y presentadas para el “formato Facebook”: ya no es un secreto que el próximo “boom” será el acceso a Internet desde el móvil, y sólo falta que el transcurso del tiempo y el abaratamiento de equipos y planes haga con los teléfonos detercera y cuarta generación lo mismo que en su momento sucedió con los celulares de las dos primeras.
Paréntesis de un párrafo para decir que la asociación entre desarrolladores y empresas no es nueva. De hecho, el Grupo Telefónica efectuó acciones en este sentido: Telefónica de Argentina lo hizo en setiembre pasado cuando lanzó el concurso para desarrollos web para Pymes, Open App, que está teniendomuy buena aceptación; Movistar, por su parte, lo hizo en abril de 2010 cuando presentó la Movistar Developers Plattform, y nuestra casa matriz, en España, anunció hace pocos días el lanzamiento de Blue Vía, una plataforma de desarrolladores de aplicaciones para la web y para smartphones donde se aplica el concepto de revenue sharing, ya que los programadores participarán en los ingresos por las transacciones generadas con los programas y aplicaciones que pongan a disposición del público.
¿Será muy aventurado pensar en los grandes medios masivos invirtiendo en el desarrollo de aplicaciones para smartphones y Facebook (o convocando a programadores para eso mismo, bajo el comentado esquema de “revenue sharing“, por ejemplo) para intentar generar ingresos y paliar así las alicaídas ventas de las ediciones en papel así como rentabilizar las ediciones on-line?
Es un tema que habrá que observar, sin duda. El tiempo nos dirá…
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