Los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares, la condición de ser varón o tener un trabajo ruidoso pueden estar vinculados a las deficiencias auditivas en adultos de mediana edad, según un informe publicado en Archives of Otolaryngology-Head & Neck Surgery.
Los autores de la investigación estiman que al menos 29 millones de estadounidenses padecen una discapacidad auditiva. "Las estimaciones epidemiológicas de base poblacional oscilan entre el 20,6 por ciento en los adultos de 48 a 59 años y el 90 por ciento en los mayores de 80", señaló el autor principal, Scott D. Nash, de la Facultad de Medicina y Salud Pública de la Universidad de Wisconsin, en Estados Unidos. "Esta patología está asociada a una mala calidad de vida, a las dificultades de comunicación, a las alteraciones de la vida diaria, a la demencia y a las disfunciones cognitivas".
Los investigadores analizaron los datos recolectados en el Estudio Beaver Dam Offspring, un informe epidemiológico del envejecimiento, que incluyó a 3.285 personas de edades comprendidas entre los 21 y los 84 años. Evaluaron la discapacidad auditiva en base a un promedio de más de 25 decibelios en el nivel de audición de ambos oídos. Además, también analizaron el reconocimiento de las palabras en niveles de sonido diferentes y con voces masculinas y femeninas.
"La discapacidad auditiva fue mayor en los participantes con niveles educativos más bajos y en los que trabajaban en ocupaciones ruidosas", explicó Nash. Otros factores que influyeron fueron los problemas cardiovasculares o el uso de estatinas. Nash tuvo en cuenta que los participantes del estudio presentaron un historial familiar cuya probabilidad para desarrollar problemas de audición era elevada y que éstas pueden constituir una enfermedad hereditaria.
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