Para llegar a esta conclusión, los investigadores de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos), dirigidos por James Fowler, analizaron las semejanzas genéticas y la interconexión de las relaciones humanas utilizando dos estudios independientes de salud estadounidenses. Estas bases de datos contenían información detallada de varias secuencias del genoma de los individuos y también de sus redes sociales.
Los autores analizaron marcadores genéticos específicos dentro de la relaciones sociales de un individuo y descubrieron que los seres humanos tienden a forjar amistades con personas con las que comparten dos de los seis marcadores evaluados.
UNIDOS POR EL ALCOHOL
Los resultados del estudio mostraban de forma clara que la unión de los grupos humanos en función de su base genética excede la que sería esperable sólo por criterios de estratificación poblacional o de localización en la misma área geográfica. Por ejemplo, los investigadores descubrieron que los individuos que portaban el marcador DRD2 -asociado con el alcoholismo- tendían a ser amigos de otros positivos en DRD2, mientras que quienes carecían del gen lo eran de los individuos negativos para este marcador.
Por otro lado, las personas que portaban un gen asociado con una personalidad abierta tienden a ser amigos de quienes carecen de ese gen. Y aquellos predispuestos genéticamente para ser líderes, tienden a unirse con individuos cuyo ADN está asociado con ser seguidores.
Autor: Miguel G. Corral |
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