Las ‘TIC/TAC’: de las tecnologías de la información y comunicación a las tecnologías del aprendizaje y del conocimiento
12 enero, 2011 | Por Roser Lozano en Notas ThinkEPI 2011 |
MI ANTERIOR nota ThinkEPI, “Bibliotecas y bibliotecarios: en búsqueda de la innovación perdida”, concluía que la innovación requiere diversidad de perspectivas, experiencias y conocimientos, abogando por perder el miedo a “los otros”, explorar nuevas ideas y nuevos colectivos profesionales con los que poder colaborar.
Actualmente, plantear que colaborar es sinónimo de trabajar en red bibliotecaria es un planteamiento demasiado encorsetado para la sociedad tan compleja en la que vivimos. Trabajar en red es imprescindible, ya lo sabemos, pero no suficiente. Hemos de salir fuera, acercarnos a otros colectivos profesionales y entrar en su propio debate, en su proceso de “innovación”. Es la única forma de enriquecer la nuestra.
Estos “otros” colaboradores con los que buscar sinergias, explorar nuevas ideas, servicios y aflorar talentos trabajando transversalmente son imprescindibles para renovar nuestra imaginación, creatividad y aprender desde perspectivas diferentes. Pueden ser otros servicios públicos, instituciones, industria y agentes culturales, otros colectivos profesionales, etc.
Hasta ahora, el colectivo profesional de informáticos era el que se nos planteaba como el más cercano a nuestra profesión. El binomio “información+TIC”, es decir, “bibliotecario+informático”, se ha ido tejiendo a lo largo de muchos años y ha estado en la base de toda la innovación en nuestra profesión.
El II Plan estratégico de Rebiun 2007-2010, afirma que “este es un período también para idear nuevas formas de convergencia o confluencia profesionales con otros servicios relacionados, en especial los servicios informáticos. Independientemente de que se pueda llegar o no a casos de integración real, es fundamental fomentar la cultura de la colaboración, participar en proyectos comunes y establecer canales permanentes o formales de cooperación1.
1. Las “TIC/TAC”: un nuevo debate y una nueva perspectiva de colaboración
Hasta ahora, cuando hablábamos de la competencia informática o digital, nos referíamos a tecnologías de la información y comunicación (TIC), y todo el interés, especialmente de las bibliotecas escolares y universitarias, se centraba en dotar a los estudiantes y a los profesores de formación para dominar estas tecnologías. Mucha tecnología, pero en el fondo muy poca metodología.
Es en el entorno educativo donde aparece el concepto TAC ( tecnologías del aprendizaje y del conocimiento). Las TAC tratan de orientar las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) hacia unos usos más formativos, tanto para el estudiante como para el profesor, con el objetivo de aprender más y mejor. Se trata de incidir especialmente en la metodología, en los usos de la tecnología y no únicamente en asegurar el dominio de una serie de herramientas informáticas. Se trata en definitiva de conocer y de explorar los posibles usos didácticos que las TIC tienen para el aprendizaje y la docencia. Es decir, las TAC van más allá de aprender meramente a usar las TIC y apuestan por explorar estas herramientas tecnológicas al servicio del aprendizaje y de la adquisición de conocimiento2.
Personalmente, creo que en este nuevo movimiento tiene mucho que ver el actual paradigma tecnológico provocado por las herramientas 2.0 y la “democratización tecnológica” desencadenada por ellas. La web 2.0 ha creado multitud de herramientas tecnológicas con infinidad de usos potenciales por explorar, sin necesitar ser un usuario experto informativamente hablando.
La necesidad de dotar a los usuarios de conocimientos tecnológicos puramente informáticos se está desplazando para dar mucha más importancia a la vertiente metodológica, es decir, en poner el acento en sus usos y en saber qué se puede hacer con tanta tecnología de por medio. Implica conocer la tecnología pero además saberla seleccionar y utilizar adecuadamente para la adquisición de conocimientos y en función de las diferentes necesidades y perfiles.
El tema sobre las “TIC/TAC” está creando debate actualmente en el ámbito educativo. Los detractores del término TIC dicen que esas siglas no se ajustan a todos los usos tecnológicos que van más allá de la información y la comunicación sobre todo en el mundo educativo.
Aseguran que el modelo “TIC” es excesivamente informático, instrumentalista y poco motivador para aquello que los profesores y estudiantes (y me atrevo a extender a ciudadanos) actuales necesitan, y que pueden aprender a utilizar. Incluso vinculan el “modelo TIC” con la sociedad del siglo XX y el modelo “TAC” con la del siglo XXI.
En realidad lo que se plantea es cambiar el “aprendizaje de la tecnología” por el “aprendizaje con la tecnología”, enfoque éste orientado totalmente al desarrollo de competencias metodológicas fundamentales como el aprender a aprender3.
En algunos entornos educativos se empieza a hablar ya del “área TIC/TAC” para referirse a ambas funciones (informática+pedagógica) interrelacionadas. Y este cambio de paradigma adquiere mucha importancia para el bibliotecario, puesto que el binomio tradicional bibliotecario+informático se amplia como mínimo con el pedagogo, sobre todo en bibliotecas escolares y universitarias, y especialmente en el entorno de los centros de recursos para el aprendizaje y la investigación que actualmente se están implantando y a los que los servicios pedagógicos de la universidad pueden aportar mucho.
2. Del las TIC a las TAC. Del acceso a la información al aprendizaje permanente
El debate “TIC/TAC” del entorno educativo tiene mucha importancia para el ámbito bibliotecario, y no únicamente para las bibliotecas escolares y universitarias, sino también para las bibliotecas públicas.
En todas las bibliotecas se han ido introduciendo -y de forma muy efectiva- nuevas funciones y servicios mucho más vinculados con el aprendizaje permanente, con el “aprender a aprender”, que con el simple acceso a la información. El objetivo común es facilitar al ciudadano unas competencias básicas que le permitan ser autónomo informacionalmente: las bibliotecas públicas con planes de formación de usuarios, de alfabetización informacional y amplias ofertas de talleres formativos; las bibliotecas escolares vinculando mucho más la biblioteca a los procesos de docencia y aprendizaje, y las universitarias experimentando nuevos modelos de servicios integrales y transversales como son los centros de recursos para el aprendizaje y la investigación.
Por tanto, coincidiremos que tanto bibliotecas escolares, públicas y universitarias, cada una desde su propio terreno, participan en objetivos comunes como son el empeño en la formación de ciudadanos bien formados e informados, que sepan desenvolverse con éxito en la sociedad del conocimiento y con competencias para el aprendizaje a lo largo de toda la vida.
Todas ellas dan cada vez más importancia a la formación y el aprendizaje de competencias ofreciendo a los ciudadanos servicios integrales que le ayuden a ser más autónomo informacionalmente hablando.
Si el ciudadano ha de ser un “aprendiz” toda la vida, aprenderá también “a través y con sus bibliotecas” en su diferentes etapas y facetas vitales: con “su” biblioteca escolar, con “su” biblioteca pública y con “su “ biblioteca universitaria, si se da el caso.
Hace tiempo que ya no se deberían priorizar las bibliotecas únicamente como un servicio de acceso a la información, sobre todo desde que han perdido este monopolio. Actualmente circula mucha más información fuera de la biblioteca que dentro. Y también circula mucha más “información y orientación al usuario” lateralmente en la red entre amigos, compañeros y conocidos, que en las consultas reales entre usuario y bibliotecario.
Y este cambio de paradigma lo están experimentando todas las bibliotecas. El binomio “aprendizaje y conocimiento” son actualmente dos conceptos que van ganando terreno en todas las bibliotecas y sustituyendo al de “acceso a la información”. En este sentido, el nuevo modelo de servicio bibliotecario (que son los centros de recursos para el aprendizaje y la investigación que están desarrollándose en las universidades españolas), es un laboratorio fantástico de exploración de nuevas posibilidades, de nuevas formas de organización, y de sinergia entre colectivos profesionales diversos, y donde el debate TIC/TAC también tiene su espacio.
Estaremos atentos y veremos si el debate TIC/TAC, promovido especialmente en el ámbito educativo por el colectivo de pedagogos, se queda sólo en un debate por un cambio de nomenclatura o implica un cambio profundo en la forma de plantear la relación “ usuarios+servicios+tecnología” que puede conllevar otros muchos otros cambios en el protagonismo tecnológico.
Referencias bibliográficas
2. Vivancos, Jordi. “La competència digital i les TAC”. Gener, 2009. [Presentación].
3. Balagué, Francesc. “Las TIC TAC en educación. ¿Lo hacemos? ¿Porqué? ¿Cómo?”. [Presentación].
Cómo citar este artículo:
Lozano, Roser. “Las ‘TIC/TAC’: de las tecnologías de la información y comunicación a las tecnologías del aprendizaje y del conocimiento”. Anuario ThinkEPI, 2011, v. 5, pp. ¿¿-??.
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