El objetivo de promover que los ciudadanos se dirijan por correo electrónico al médico de cabecera es evitar visitas innecesarias al ambulatorio, con lo que se podrían ahorrar hasta unos 1.200 millones de euros anuales, según un reciente estudio, al tiempo que se permite a los médicos dedicar su horario de consulta a los pacientes que más pueden necesitar ese contacto directo.
La idea puede parecer brillante, pero diversas entidades han mostrado su desacuerdo con la iniciativa. Para la British Medical Association, los niveles de calidad de la atención médica se pondrían en peligro porque los médicos tendrían que dedicar gran parte del día a atender los correos electrónicos que reciban. En opinión del General Medical Council, además se pondría en riesgo la confidencialidad de los pacientes, ya que no resultaría difícil que una persona se hiciera pasar por otra con el fin de obtener información personal.
Entre las voces críticas también están, además de los que hablan de «deshumanización» de la sanidad pública, quienes advierten la inexactitud con la que una persona se refiere a sus síntomas, lo que obligaría a un largo diálogo por Internet con el médico que colapsaría su atención.
ENFERMEDADES CRÓNICAS
El Gobierno está llevando a cabo además un plan piloto con seis mil enfermos crónicos, con diabetes e insuficiencia cardiaca, a los que se les ha entregado aparatos de medición. Así ellos pueden controlarse la tensión, las pulsaciones y los niveles de glucosa y dar cuenta al médico de su situación. En función de la información recibida, el doctor puede responder con consejos o concertando una visita. Un informe del Gobierno estima que el Servicio de Salud podría ahorrar 1.200 millones de euros al año.
Autor: Emili J. Blasco |
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