sábado, 25 de diciembre de 2010

El ejercicio de la profesión de especialistas en información y documentación: ¿avanzamos algo?

El ejercicio de la profesión de especialistas en información y documentación: ¿avanzamos algo?

LA PRÁCTICA DIARIA de la profesión en un campo tan exigente como la consultoría estratégica permite que afloren, de vez en cuando, reflexiones sobre la situación profesional y la percepción de la misma desde otros campos.
1. Introducción
Recientemente he asistido al evento anual de IBM-ECM Roadshow (enterprise content management). El evento de carácter comercial, donde principalmente asisten clientes y “partners” de la aplicación ECM de IBM (Filenet) resultó muy interesante, y colateralmente me suscitó algunas reflexiones sobre el devenir de nuestra profesión que me gustaría compartir.
Escuchando a los comerciales contar cuáles son las novedades del último año y las que están por venir del apabullante portfolio de productos que se integran en la plataforma, me reencontré con cosas que aprendí y estudié en el campo teórico hace tiempo y que ahora se venden en forma de aplicaciones informáticas comerciales que ofrecen funcionalidades reales para la gestión de la información y los documentos en las organizaciones.
Sólo como un ejemplo, cuando nos describían las funciones del nuevo producto de la plataforma, Content analytics, me encontré de frente con… Ranganathan. La aplicación, que realiza búsquedas semánticas, es capaz de extraer descriptores de un contenido (textual, de momento no queda más remedio) y separarlos en distintas “facetas”.
Las facetas que se utilizaban de ejemplo tampoco se diferenciaban demasiado de las facetas de Ranganathan: Personalidad, Materia, Energía, Espacio y Tiempo. Seguramente este famoso matemático y bibliotecario indio, que no alcanzó a ver la explosión de los ordenadores ya que murió en 1972, estaría encantado de ver cómo se ha convertido en un gurú para las tecnologías de la información.
2. ¿Y hay alguien más…?
Entiendo que las investigaciones de Ranganathan se considerarían hoy I+D+i, y que cuando una empresa las utiliza para desarrollar los productos que piensa vender estaríamos hablando de transferencia de tecnología.
Y se me ocurría pensar si entre nuestros investigadores de las Facultades de Documentación habría alguien trabajando en algo que en un futuro pudiera “venderse” o implantarse en una aplicación informática. No pretendo hacer un análisis en profundidad del estado de la investigación en nuestras universidades, pues otros lo hacen con mucho más conocimiento de causa; pero cuando leo las revistas, asisto a congresos o participo en jornadas profesionales me quedo siempre con la sensación de que algo no va bien.
Evidentemente existen honrosas excepciones, pero la innovación y el riesgo no parecen tener mucha cabida en nuestros horizontes. Todas las novedades nos vienen del campo de las tecnologías de la información, y nosotros nos limitamos a entenderlas, describirlas minuciosamente y, en el mejor de los casos, proponer aplicaciones para las mismas.
3. ¡Y viva la multidisciplinariedad!
Pero lo malo es que ante este panorama es común encontrarnos con las “quejas” sobre el intrusismo de los informáticos, que han copado las tecnologías de la información sin dejarnos sitio para desarrollar nuestra disciplina o disciplinas. En el campo que yo más trabajo (la gestión de los documentos electrónicos como evidencias de las actividades de las organizaciones), esto se produce no sólo en la investigación, sino muchas veces en la aplicación práctica.
Sólo hay que repasar las ponentes del interesante seminario de Informática El Corte Inglés (Iecisa), “V Foro de tecnología documental y workflow”, sobre el tema para darse cuenta de que difícilmente serían reconocidos como profesionales de nuestro ámbito.
Pareciera que estamos ante la paradoja de que la explosión de la sociedad de la información en vez de favorecer la importancia y la presencia de los que nos autodenominamos profesionales de la información y la documentación, empuja para marginarnos entre los hoy estrechos muros de nuestras bibliotecas, centros de documentación y archivos.
Y así, generalizando, y a pesar de estar en campo abonado a la innovación nuestra profesión es percibida por los demás como profundamente “conservadora” en sus planteamientos y actitudes.
Cuando me encuentro a los (no muchos) profesionales que han conseguido ser de verdad reconocidos desde otros ámbitos como líderes y elementos activos de alguna de las tendencias o aplicaciones (muchas) en las que se manifiesta el desarrollo de la sociedad de la información siempre reflexiono sobre qué tienen en común.
La respuesta es siempre la misma: visión amplia, acercamiento multidisplinar y complementariedad con los desarrolladores de aplicaciones informáticas. Y esto requiere del desarrollo de habilidades y competencias que deberían ser un denominador común para nuestra profesión.
Reconocer que no lo son y que se necesita hacer un esfuerzo para poder integrase y liderar equipos multidisplinares es, desde mi punto de vista, el primer paso para avanzar.
4. Un posible ejemplo a seguir
Hace algún tiempo descubrí que estas reflexiones tan personales, que ya compartía con algunos profesionales españoles, también representaban una corriente de opinión en otros países. Mejor aún fue conocer que nuestros colegas de LAC (Library and Archive of Canada) habían decidido que, para poder ejercer su liderazgo en materias de información y documentación en el Gobierno de Canadá, tenían que empezar por crear un nuevo estilo de profesionales.
Utilizan como material un manifiesto de 12 puntos elaborado por un grupo de profesionales, y que está publicado en el blog de Steve Bailey.
En este caso se trataba de los records managers, pero se basaba en un Manifiesto anterior de bibliotecarios, publicado por Laura Cohen:
A pesar de que no son muy recientes, creo que siguen manteniendo su vigencia intacta, no sólo por lo que dicen sino por la mirada distinta que representaron en su momento.
5. Referencias
Ranganathan. Wikipedia entry.
Tejada Artigas, Carlos Miguel. “La profesión de información y documentación en 2009”. Anuario ThinkEPI, 2010, v. 4, pp. 57-63.
Abadal, ErnestBaiget, Tomás. “Congresos españoles de biblioteconomía y documentación: de la inevitable fragmentación a la necesaria transversalidad”. Anuario ThinkEPI, 2010, v. 4, pp. 64-69.
Cómo citar este artículo:
Bustelo-Ruesta, Carlota. “El ejercicio de la profesión de especialistas en información y documentación: ¿avanzamos algo?”. Anuario ThinkEPI, 2011, v. 5, pp. ¿¿-??.

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