Envejecer en Chile
El envejecimiento es un proceso universal, individual, constante, irreversible asincrónico y deletéreo.
En el último cuarto del siglo XX se produjo en todo el planeta una importante baja de la mortalidad, la que se expresó en un aumento de la esperanza de vida al nacer, llegando a alcanzar en la actualidad los 71 años en América Latina, mientras en continentes como África esta alcanza sólo los 49 años.
En nuestro país uno de cada diez personas pertenece al grupo Adulto Mayor (personas que tienen 60 años o más), y se espera que esta proporción en el año 2025 aumente de uno en cada cinco, concentrándose más en la población femenina.
Uno de los parámetros que miden el estado de salud en la última etapa evolutiva del hombre es la funcionalidad, la cual incluye el estado físico o funcionalidad física, la funcionalidad psíquica, y la funcionalidad social – familiar.
Funcionalidad en el adulto mayor
La funcionalidad física se asocia íntimamente con la autovalencia, y es la cualidad más valorada por un adulto mayor. Según el CENSO del año 2002, los adultos mayores autovalentes alcanzaban el 32 % de la población Chilena, demostrando que, el 68% de los adultos mayores tienen algún grado de dependendencia. Además se estima que existen 26.854 adultos mayores institucionalizados en hogares de ancianos, y que la tasa de adultos mayores que viven solos aumenta cada año, menoscabando la funcionalidad social y familiar. La necesidad de una vida social y el tener un rol en la familia le entrega un invaluable sentido a la vida de un adulto mayor, y se asocia a una mejor salud y calidad de vida.
La pensión mensual de un adulto mayor en es de $75.000 (menores 70 años) y $82.000 (mayores 70 años), y FONASA es casi la única alternativa para acceder a la atención de salud, mientras un 67% de la población general está en FONASA, en la población adulto mayor esta cifra se eleva al 93%, debido a la dificultad de mantenerse en una ISAPRE, con un baja pensión y además la elevación de los cobros en las prestaciones a medida que el usuarios envejece.
Chile es un país que está envejeciendo. Los profesionales dedicados a la kinesiología geriátrica comparados a otras áreas como traumatología o kinesiología respiratoria, son escasos. Frente a este panorama surge la necesidad de crear equipos de salud capacitados, que contribuyan a la obtención de una mayor autonomía y autovalencia, y de esta forma facilitar la inclusión de los adultos mayores a la sociedad, elevando su autoestima y reafirmado su rol en la familia, y a través de ello asegurar un envejecer digno este segmento creciente de la población.
Fuentes
Censo 2002
Fundación Las Rosas
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