Los científicos han identificado esas variaciones genéticas tras estudiar a 300 niños que alcanzaron con sólo 10 años a los cien kilos de peso. El estudio se presenta en la revista científica «Nature». Los resultados de esta investigación tiene implicaciones médicas y también sociales. Recientemente, las autoridades británicas y también las españolas han criminalizado a padres de hijos obesos por no vigilar su alimentación. En el caso británico, se ha descubierto que tenían la alteración genética que les impulsa a comer sin parar. Quizá haya una explicación genética para la obesidad del niño gallego cuya tutela ha asumido la Xunta de Galicia.
POCO FRECUENTE
Los autores del estudio buscaban supresiones (delecciones) o copias extra de segmentos de ADN. Encontraron varias supresiones raras que podían promover el exceso de peso. La alteración más prevalente ocupa una región que incluye el gen SH2B1, que se conoce por participar en la señalización de la insulina. Los individuos con esta supresión siempre tienen sensación de hambre y comen sin parar. Además poseen una mayor resistencia a la insulina.
La obesidad es un trastorno heredable pero las asociaciones genéticas que se han conocido sólo contribuyen a un pequeño porcentaje en el índice de masa corporal. |
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