Pregunta. ¿Cuándo se convertirá en una realidad al alcance de los pacientes este proyecto?
Respuesta. Tenemos que hablar de, al menos, una década. Se trata de algo a largo plazo y no creo que esté listo en menos de cinco años. Durante un tiempo vamos a trabajar «in vitro», es decir, tan sólo a nivel de laboratorio y todo muy experimental. Tenemos que probar poco a poco la efectividad y la seguridad de cada paso antes de dar el salto a probar en modelos humanos. Primero hay que observar en animales y más tarde en personas.
P. Ponen al corazón como ejemplo en la presentación del laboratorio, ¿habrá espacio para otros «repuestos»?
R. Claro que está previsto que se reproduzca este modelo en otros órganos. Pero, como los responsables en España de esta iniciativa, igual nuestros homólogos en EE.UU. -la doctora Doris Taylor- tenemos una formación de base en cardiología, el corazón es la víscera que mejor y con más detalle conocemos, por eso hemos empezado con ella.
P. ¿Podría poner algún otro ejemplo?
R. Contamos con personal investigador que conoce otros órganos. También dentro del proyecto contemplamos la posibilidad de riñones, páncreas e hígados, entre otros. Y hemos de decir que el corazón es el órgano más complicado.
P. ¿Cuál sería el que menos tiempo tardaría en «crearse»?
R. No soy un especialista en ese campo, pero creo que el más sencillo y rápido es el hígado.
P. Una vez estandarizado el proceso, ¿cuánto tiempo llevaría la fabricación de un órgano?
R. Con el corazón tardamos entre tres y cuatro días en «descelularizar» y casi ocho semanas en «recelularizarlo» con las células madre del futuro receptor. En otros órganos este proceso se puede reducir a un día en el primer caso y a menos de cuatro semanas en el segundo paso. En total, entre dos y tres meses.
P. ¿Qué ventajas tendrá este nuevo sistema para los futuros receptores de un trasplante?
R. En realidad, dentro de unos años, cuando esto sea posible, una persona esperará menos de lo que tarda un trasplante hoy en día en recibir el nuevo órgano. Además, contará con la seguridad de que tendrá sus propias células, lo que disminuye y borra las posibilidades existentes de rechazo.
P. ¿Se elimina al donante de la cadena de los trasplantes?
R. Ya no dependeremos tanto, pero no será prescindible. |
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