Al tener que tratarla con medicamentos de segunda línea, la eficacia es menor y se producen más efectos secundarios. Pero un fármaco en fase II, que actúa de manera distinta a los que existen en la actualidad, podría dar esperanza a estos pacientes.
La promesa, que todavía está en investigación, se llama TMC207 (aunque anteriormente, en los ensayos en ratones, se conocía como R207910). Según publica un equipo de científicos en el último número de 'The New England Journal of Medicine', este medicamento pertenece a la familia de las diariquinolinas y bloquea la acción de la ATP sintasa. Ningún otro producto se había fijado hasta ahora en esta diana.
Para realizar el trabajo, los autores contaron con la participación de 47 personas diagnosticadas recientemente con tuberculosis pulmonar multirresistente, con una edad media de 33 años. 23 de ellas recibieron el nuevo fármaco junto a cinco medicamentos de segunda línea y el resto un placebo más la terapia de segunda línea durante ocho semanas. Y la conclusión a la que han llegado es que el TMC207 mejora la eficacia de los otros fármacos y acelera la eliminación del bacilo tuberculoso de las células pulmonares.
La adherencia al tratamiento fue buena en ambos grupos y los efectos secundarios también fueron similares, con naúseas y dolor en el pecho y las extremidades entre los más comunes. Comparado con el placebo, el TMC207 logró que los pacientes eliminaran el bacilo mucho más rápido y en muchos más casos (un 48% frente a un 9%).
A la vista de los resultados, los investigadores, coordinados por el Centro de Investigación de la Tuberculosis de la Universidad de Stellenbosch y, en Sudáfrica, indican que "la seguridad y la eficacia mostrada en este estudio validan a la ATP sintasa como una nueva diana terapéutica contra la tuberculosis y apuntan al TMC207 como un prometedor fármaco contra las cepas resistentes". No obstante, advierten de que "quedan aún muchos ensayos por hacer".
TRATAMIENTOS NECESARIOS
La tuberculosis mata cada año a 1,7 millones de personas y afecta a 9,2 millones más. De estos fallecimientos, la tuberculosis resistente es responsable de unos 110.000, pero las cifras avanzan cada año. Los números ponen de manifiesto la necesidad de desarrollar nuevos fármacos eficaces contra la enfermedad.
Ante esta urgencia de nuevas opciones terapéuticas, Clifton E. Barry, del Departamento de Tuberculosis de los Institutos de Alergia y Enfermedades Infecciosas de Bethesda (EE.UU.), señala en un editorial que acompaña al estudio que "los resultados del TMC207 suponen un importante avance, no tanto por su eficacia sino por su novedoso mecanismo de acción, que muestra que todavía es posible desarrollar nuevos fármacos frente a la tuberculosis".
Además, la investigación es importante porque se trata, quizás, "del primer ensayo clínico controlado con una población con tuberculosis multirresistente". Realizar ensayos con estos pacientes es difícil por dos motivos fundamentales: "primero, porque se trata de un grupo muy heterogéneo en el que cada uno tiene adaptada la terapia que mejor le va y, segundo, porque probar un fármaco en personas con cepas resistentes podría limitar su uso sólo para esta población y no para el resto".
Aunque queda mucho camino por recorrer, "este estudio demuestra que siempre hay una oportunidad de descubrir nuevas moléculas y nuevas dianas terapéuticas que ofrezcan esperanza a los pacientes con tuberculosis", concluye Barry.
Autor: Isabel F. Lantigua |
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