El trabajo habla de un alto numero de bebes seguidos por largo tiempo. Hay seguimiento de 10 años comparando formulas con hierro alto vs formulas con hierro bajo de los 6 A LOS 12 MESES DE EDAD EN NIÑOS SANOS Y A TERMINO.
No es que el hierro per se sea malo. Es el EXCESO de hierro en niños a termino por demás saludables. Los que tenían PREVIAMENTE niveles bajos de hemoglobina les fue muy bien con la formula con hierro alto.
Una vez mas hay que INDIVIDUALIZAR la terapéutica y ver si nuestro paciente en particular en un momento particular necesita mas o menos hierro, mas o menos proteína, mas o menos algún nutriente en particular.
Habría que preguntarse porque no compararon a ambos grupos con el Estándar de Oro: Leche Materna. Recuerden que estudio habla de una intervención entre los 6 y los 12 meses de edad. Lo ideal a esa edad sera siempre la leche materna mas una buena ablactancia. Si el bebe amamantado necesita hierro extra pues darle LO QUE NECESITA, no mas, no menos.
Y siendo el periodo de máxima susceptibilidad al daño neurológico la segunda mitad del embarazo y los primeros 6 meses de vida... es interesante ver que intervenciones de micronutrientes mas allá de ese periodo aun tienen efecto en el neurodesarrollo de manera importante.
No he podido conseguir el articulo completo pero refieren que se dio formula con alto hierro a bebes que a los 6 meses tenían 12.8 o mas de hemoglobina versus los que tenían 10.5 o menos de hemoglobina. Y de los 835 bebes que completaron el estudio, solo se ha estudiado a 473 (56.6%) bastante aceptable para 10años prospectivamente hablando.
Sin embargo cuando vamos a analizar cuantos bebes tenían niveles altos de hemoglobina era el 5.5% de la muestra (26 bebes) versus el 18.4% (87 bebes) que tenían bajos niveles de hemoglobina.
Saludos,
Jorge
Artículo original:
Iron-Fortified vs Low-Iron Infant Formula: Developmental Outcome at 10 Years
Betsy Lozoff, MD; Marcela Castillo, PhD; Katy M. Clark, MA; Julia B. Smith, EdD
Archives of Ped & Adolescent Medicine. Published online November 7, 2011 (Cortesia RIMA Nestlé)
En un nuevo estudio realizado en Chile, bebés con altos niveles de proteínas de hemoglobina en sangre alimentados con formula fortificada con hierro tuvieron menor rendimiento en test cognitivos y de memoria que aquellos alimentados con fórmula reducida en hierro.
En este estudio, los autores del estudio escriben que la mayoría de los bebés no mostró daño alguno del desarrollo debido al uso de la fórmula fortificada.
Y a los que comenzaron con bajos niveles de hemoglobina, una molécula rica en hierro de los glóbulos rojos, les fue mejor en el largo plazo si habían recibido el mineral extra.
A pesar de que el bajo rendimiento en los test fue "totalmente inesperado", la autora principal del estudio, doctora Betsy Lozoff, dijo que "ocurrió en una proporción muy pequeña de niños... Sería muy cautelosa al respecto".
La deficiencia de hierro es un problema global de salud pública y puede retrasar el desarrollo cerebral de los niños.
En Estados Unidos, a los bebés se les debe realizar un análisis de sangre para medir el nivel de hierro en el primer año de vida y detectar toda deficiencia del mineral.
A partir de los nuevos resultados, otros expertos en nutrición sostienen que si ese nivel es más alto que el valor considerado normal, los padres que utilizan fórmula deberían optar por un producto con algo de hierro, pero no demasiado.
Los resultados surgen de un estudio realizado en Santiago de Chile entre 1991 y 1994, en el que los autores analizaron los niveles de hemoglobina de bebés de 6 meses de edad. Los que no estaban anémicos recibieron al azar fórmula con bajo contenido de hierro o rica en hierro hasta el año de vida.
La formula rica en hierro contenía 12,7 mg del mineral por litro, que es casi la misma proporción del producto fortificado con hierro que se comercializa en Estados Unidos (en Europa, la fórmula contiene apenas la mitad).
Una década más tarde, el equipo de Lozoff reunió a 473 niños de los 835 bebés originales para hacerles una serie de test cognitivos, de coordinación y de memoria.
En general, los niños que habían sido alimentados con hierro extra tuvieron un rendimiento levemente más bajo que el otro grupo, incluidos los test de coordinación mano-ojos y razonamiento espacial.
Cuando el equipo dividió a los niños según el nivel de hemoglobina previo a recibir la formula, halló que el hierro extra había actuado como refuerzo en los niños con niveles inicialmente bajos de la proteína de los glóbulos rojos, pero estuvo asociado con un menor rendimiento cognitivo en los niños que inicialmente tenían gran cantidad de hemoglobina en el organismo.
Por ejemplo: en los niños que habían nacido con altos niveles de hemoglobina, el coeficiente intelectual promedio a los 10 años fue de 83 puntos en el grupo alimentado con fórmula fortificada, comparado con 95 puntos en el grupo alimentado con fórmula con bajo contenido de hierro.
El equipo advierte que los resultados parten de una pequeña cantidad de niños (entre 11 y 13 en cada grupo) y que la mayoría de los bebés estudiados tenían niveles normales o bajos de hemoglobina.
Quizás hay algo en estos niños que les confiere estos altos nivele de hemoglobina.
Otra explicación sería que "habría algo tóxico en el consumo de altos niveles de hierro".
¿QUE DEBERIAN HACER LOS PADRES?
Dado el tamaño de la muestra y que los resultados de los test a los 10 años de edad no fueron el objetivo inicial del estudio, deberían hacerse más estudios antes de sacar conclusiones sobre los posibles efectos adversos del exceso de hierro en la dieta de los bebés.
Por ahora, se recomienda los padres conversar con el pediatra sobre el nivel de hierro del bebé. Y si ya no lo alimentan con lactancia materna exclusiva, deberían tratar de determinar cuál sería el mejor tipo de fórmula.
Considero que seria muy prematuro preocuparse por la cantidad de hierro que ingiere un bebé sólo a partir de estos resultados.
Iron-Fortified vs Low-Iron Infant Formula: Developmental Outcome at 10 Years
Betsy Lozoff, MD; Marcela Castillo, PhD; Katy M. Clark, MA; Julia B. Smith, EdD
Archives of Ped & Adolescent Medicine. Published online November 7, 2011 (Cortesia RIMA Nestlé)
En un nuevo estudio realizado en Chile, bebés con altos niveles de proteínas de hemoglobina en sangre alimentados con formula fortificada con hierro tuvieron menor rendimiento en test cognitivos y de memoria que aquellos alimentados con fórmula reducida en hierro.
En este estudio, los autores del estudio escriben que la mayoría de los bebés no mostró daño alguno del desarrollo debido al uso de la fórmula fortificada.
Y a los que comenzaron con bajos niveles de hemoglobina, una molécula rica en hierro de los glóbulos rojos, les fue mejor en el largo plazo si habían recibido el mineral extra.
A pesar de que el bajo rendimiento en los test fue "totalmente inesperado", la autora principal del estudio, doctora Betsy Lozoff, dijo que "ocurrió en una proporción muy pequeña de niños... Sería muy cautelosa al respecto".
La deficiencia de hierro es un problema global de salud pública y puede retrasar el desarrollo cerebral de los niños.
En Estados Unidos, a los bebés se les debe realizar un análisis de sangre para medir el nivel de hierro en el primer año de vida y detectar toda deficiencia del mineral.
A partir de los nuevos resultados, otros expertos en nutrición sostienen que si ese nivel es más alto que el valor considerado normal, los padres que utilizan fórmula deberían optar por un producto con algo de hierro, pero no demasiado.
Los resultados surgen de un estudio realizado en Santiago de Chile entre 1991 y 1994, en el que los autores analizaron los niveles de hemoglobina de bebés de 6 meses de edad. Los que no estaban anémicos recibieron al azar fórmula con bajo contenido de hierro o rica en hierro hasta el año de vida.
La formula rica en hierro contenía 12,7 mg del mineral por litro, que es casi la misma proporción del producto fortificado con hierro que se comercializa en Estados Unidos (en Europa, la fórmula contiene apenas la mitad).
Una década más tarde, el equipo de Lozoff reunió a 473 niños de los 835 bebés originales para hacerles una serie de test cognitivos, de coordinación y de memoria.
En general, los niños que habían sido alimentados con hierro extra tuvieron un rendimiento levemente más bajo que el otro grupo, incluidos los test de coordinación mano-ojos y razonamiento espacial.
Cuando el equipo dividió a los niños según el nivel de hemoglobina previo a recibir la formula, halló que el hierro extra había actuado como refuerzo en los niños con niveles inicialmente bajos de la proteína de los glóbulos rojos, pero estuvo asociado con un menor rendimiento cognitivo en los niños que inicialmente tenían gran cantidad de hemoglobina en el organismo.
Por ejemplo: en los niños que habían nacido con altos niveles de hemoglobina, el coeficiente intelectual promedio a los 10 años fue de 83 puntos en el grupo alimentado con fórmula fortificada, comparado con 95 puntos en el grupo alimentado con fórmula con bajo contenido de hierro.
El equipo advierte que los resultados parten de una pequeña cantidad de niños (entre 11 y 13 en cada grupo) y que la mayoría de los bebés estudiados tenían niveles normales o bajos de hemoglobina.
Quizás hay algo en estos niños que les confiere estos altos nivele de hemoglobina.
Otra explicación sería que "habría algo tóxico en el consumo de altos niveles de hierro".
¿QUE DEBERIAN HACER LOS PADRES?
Dado el tamaño de la muestra y que los resultados de los test a los 10 años de edad no fueron el objetivo inicial del estudio, deberían hacerse más estudios antes de sacar conclusiones sobre los posibles efectos adversos del exceso de hierro en la dieta de los bebés.
Por ahora, se recomienda los padres conversar con el pediatra sobre el nivel de hierro del bebé. Y si ya no lo alimentan con lactancia materna exclusiva, deberían tratar de determinar cuál sería el mejor tipo de fórmula.
Considero que seria muy prematuro preocuparse por la cantidad de hierro que ingiere un bebé sólo a partir de estos resultados.