Cuando el índice de estas lipoproteínas está por debajo de las cifras recomendables (<40 mg/dl en varones y <50mg/dl en mujeres) aumenta el riesgo de síndrome metabólico.
Un estudio publicado en el último número de la Revista Española de Cardiología,publicación oficial de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), advierte sobre la importancia de prestar atención al colesterol HDL, ya que, si se encuentra por debajo de las cifras deseables (<40 mg/dl en varones y <50mg/dl en mujeres), favorece la aparición del síndrome metabólico y, en consecuencia, de enfermedad cardiovascular y de diabetes tipo 2, el tipo más común.
El síndrome metabólico es la conjunción de varias anomalías propias del metabolismo relacionadas entre sí, como la hipertensión, la obesidad (especialmente la abdominal) y los elevados niveles de glucosa, triglicéridos y de colesterol HDL. Todos estos componentes, cuando se presentan asociados, representan un riesgo elevado de enfermedad cardiovascular.
En este sentido, en un estudio realizado por seis hospitales españoles (Hospital Universitario Dr. Peset, de Valencia; Hospital Universitario Gregorio Marañón, de Madrid; el Hospital Universitario Puerta del Mar, de Cádiz; Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, de Santander, y el Hospital Universitario de Bellvitge y el Hospital del Mar, de Barcelona), en colaboración con el departamento de Medicina de la Universidad de Valencia y el departamento Médico de Abbot Healthcare, se muestra que el síndrome metabólico tiene una elevada prevalencia entre los pacientes con cardiopatía isquémica, especialmente entre las mujeres, y que los componentes más frecuentes son el cHDL bajo, la hiperglucemia y la hipertensión arterial.
Concretamente, más de la mitad (el 50,9%) de los 574 pacientes analizados presentaban síndrome metabólico, la hiperglucemia se daba en un 85% de los casos y el cHDL bajo, en un 80%. De los 292 pacientes coronarios con síndrome metabólico, el 66% eran mujeres. El estudio muestra, además, que al extraer la muestra a los pacientes con diabetes, el principal componente era el cHDL bajo, que también se daba en el 86% de los pacientes no diabéticos, con lo que se perfila como el principal factor de riego causante del síndrome metabólico.
Un problema en aumento
El síndrome metabólico se ha convertido en un auténtico problema de salud pública en los últimos años, ya que su prevalencia ha ido en aumento en todo el mundo, especialmente entre las mujeres, en las que el síndrome metabólico se ha convertido en un importante marcador de riesgo cardiovascular, sobre todo entre las de más edad, con mayor prevalencia de obesidad y con diabetes tipo 2.
Además, según muestran diversos estudios comparativos realizados recientemente, el síndrome metabólico aparece cada vez en edades más jóvenes y ya se da entre el 15 y el 25% de la población general. De hecho, se calcula que en los últimos 25 años la edad media en la que se presenta ha bajado de los 50 a los 35 años y obedece principalmente al sedentarismo y a la dieta inadecuada. Aunque en este estudio se muestra una mayor prevalencia del síndrome metabólico entre las mujeres, éste, en población general, continúa siendo más común entre los varones.
Por otro lado, cada vez hay una mayor evidencia de que en pacientes con síndrome metabólico o con diabetes tipo 2, el tratamiento debe centrarse ya no sólo en bajar las cifras de LDL, sino también en aumentar las de HDL.
Según el Profesor Antonio Hernández Mijares, coordinador del estudio, miembro del Departamento de Medicina de la Universidad de Valencia y jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Universitario Dr. Peset de Valencia, “a pesar de que hemos conseguido llegar a reducir el colesterol malo a los valores indicados en todas las guías clínicas gracias al tratamiento con estatinas, sigue habiendo entre la población una importante prevalencia de enfermedad cardiovascular, debido a lo que denominamos 'riesgo residual' y que es provocado principalmente por poseer bajos niveles de colesterol bueno. Para incrementar el colesterol HDL no disponemos de fármacos tan eficaces y resulta imprescindible un verdadero cambio en el estilo de vida, evitar el tabaco, el sedentarismo y seguir una alimentación equilibrada”.
Fuente de Interes:
Sociedad Española de cardiologia
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