Aunque escribió la tesis sobre la relación entre el facultativo y su paciente, al médico de familia Enrique Gavilán le interesa "desde siempre" el fenómeno de la medicalización de la vida cotidiana.
Pregunta. ¿Le parece el estudio de los antidepresivos para la menopausia un ejemplo de medicalización?
Respuesta. Sí. Se trata, además, de un tema muy controvertido, ya que se propone tratar un trastorno natural con un mercado muy amplio, del que sólo un pequeño porcentaje sufre sofocos realmente molestos. Hay que tener en cuenta, además, que el estudio sobre la Iniciativa de la Salud de la Mujer, de los Institutos Nacionales de la Salud de EE.UU., descartó ya uno de los supuestos remedios a la menopausia, la terapia de sustitución hormonal. El trabajo demostró que, lejos de reducir el riesgo de enfermedades asociadas al fenómeno, como las fracturas óseas, aumentaba el riesgo de otras más graves como las patologías cardiovasculares. Desde entonces se ha estado buscando una alternativa y más ahora, que parece que se ha olvidado lo que sucedió.
P. Pero, existiendo fármacos que pueden resolver las molestias de la menopausia, aunque sean pequeñas, ¿por qué no utilizarlos?
R. Hay que tener en cuenta que todos los tratamientos tienen sus riesgos, no son inocuos. Los antidepresivos, por ejemplo, tienen como efectos adversos el insomnio o el descenso del deseo sexual, entre otros. En cualquier caso, se trata de hacer un balance entre beneficios y riesgos y estudiar, además, los costes para el sistema nacional de salud. Yo no digo que no se prescriban medicamentos a ninguna mujer menopáusica, quizás se podría considerar un tratamiento para ese 9% de mujeres a las que los sofocos les afectan negativamente a la calidad de vida.
P. ¿Considera usted que los médicos son conscientes de este fenómeno?
R. Está comprobado. Hay que hacer un poco de autocrítica y los médicos hemos contribuido a la medicalización; de hecho, yo diría que somos los mayores medicalizadores. Hemos tendido a tratar dentro del ámbito sanitario lo que no debía estar metido ahí, excepto en el caso de que existan complicaciones médicas. De esta manera, aumentamos nuestro poder y nuestra consideración social. Lo que sucede es que ahora está más enfocado en la administración de medicamentos.
P. Varios médicos, la mayoría con blogs, están tratando de cambiar esta mentalidad...
R. Afortunadamente, ahora hay una corriente que está intentando desmitificar estas prácticas, pero aún no ha calado, en parte porque se trata de un fenómeno complejo. Si conseguimos que el nivel de crítica ahonde... Pero entre cuatro gatos no es posible.
P. ¿Y los pacientes, son también culpables?
R. Bueno, los pacientes piensan: "Si ahora hay medios, es porque será bueno". Se ha contemplado la medicalización como un avance. En cualquier caso, no hay un único culpable, ni los médicos, ni la industria ni la administración. Todos estamos, en parte, implicados. Y ese fenómeno contribuye a una mayor exigencia de los servicios para que respondan a muchas cuestiones, algunas de las cuales no vamos a poder resolver nunca. Un ejemplo es la longevidad. Por mucho que queramos, nunca vamos a vivir 180 años, de algo moriremos.
Autor: A. I. |
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