sábado, 16 de abril de 2011

Cómo un trastorno de la marcha puede generar problemas más serios


Cómo un trastorno de la marcha puede generar problemas más serios



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Hace unos días en una conversación mediante twitter con @pbarrosoto (*) surgió una propuesta por su parte para que os hiciera un artículo sobre cómo influye la forma de caminar en dolores, sobreesfuerzos articulares y otros problemas que pueda sufrir la persona. El tema es algo complicado de enfocar, puesto que los problemas que aparezcan van a depender de la persona, del tipo de trastorno de la marcha y del orígen del trastorno. Sin embargo voy a tratar de dar una visión global, con la idea principalmente deconcienciar a nivel de prevención de problemas más serios que se pueden derivar de una forma incorrecta de caminar.

(*) Patricia Barroso (@pbarrosoto) es la Terapeuta Ocupacional responsable del estupendo blog Cosas de Terapeuta Ocupacional, recomendable tanto para profesionales como para estudiantes y personas que necesiten informarse y conocer más sobre discapacidad y accesibilidad. 

¿Qué es un trastorno de la marcha?

¡Uf! Muy complicado contestar algo así (más en tiempo de vacaciones que estamos ;). Hay profesiones que se dedican casi en exclusiva a estudiarlos, así que no puedo más que ofrecer una idea general, para que nos situemos en el tema que quiero tratar. Para hablar de un trastorno de la marcha (o marcha patológica) primero tendríamos que conocer la marcha normal.

En este vídeo se muestra un personaje de animación realizando una marcha normal, fisiológica. Esta forma de caminar tiene una serie de características y fases: balanceo de la pelvis, movimiento coordinado de brazos, forma de apoyar el pie, alineación de la espalda, posición de la cabeza y los hombros...
Hay muchas formas de que no se haga una marcha fisiológica, haciendo entonces una marcha patológica. Normalmente se debe a trastornos como parkinsonismos, ataxia, secuelas de A.C.V., artrosis severa, artritis reumatoide, alteraciones sensoriales... pero también podemos hacer una marcha incorrecta (no podríamos llegar a llamarla patológica) por tener una mala postura al caminar (hombros caídos, espalda encorvada, no realizar el balanceo de brazos, apoyo incorrecto de los pies...) y esto es más frecuente de lo que pensamos.
Que aprendamos a caminar de pequeños y luego lo hagamos como un proceso automático no quiere decir que sea sencillo; es más,ni siquiera quiere decir que lo hagamos bien.

¿Qué problemas puede ocasionar un trastorno de la marcha?

Voy a dividir este apartado en dos:
  • Marcha incorrecta: Aquella que llevan a cabo sujetos sanos o con lesiones agudas -esguince, fractura, recuperación post-operatorio de rodilla...
  • Marcha patológica: Aquella que realizan sujetos que han sufrido lesiones o procesos crónicos que cursan con disminución de la capacidad para caminar: parkinsonismos, ataxia, secuelas de ACV, artrosis severa, artritis reumatoide, alteraciones sensoriales...

Al caminar, diferentes músculos se activan en momentos concretos para realizar su acción. Se requiere una determinada posición de las articulaciones y segmentos del cuerpo para que la marcha sea fluida y correcta. Cualquier fallo o problema en algún momento de la marcha (mala forma de apoyar el pie, insuficiente balanceo de los brazos, incorrecta posición de la espalda...) puede generar, si se mantiene, una serie de dolencias.
En deportistas es fundamental cuidar la forma de caminar y correr, puesto que un apoyo incorrecto del pie o una mala realización de la zancada puede provocar daños a nivel de tobillo, rodilla u otras articulaciones así como sobrecargas o incluso roturas musculares.

Marcha incorrecta. Ejemplos de formas incorrectas de apoyar el pie:


Supinación excesiva (tendencia a apoyar el borde externo del pie)

Pronación excesiva (tendencia a apoyar el borde interno)

No hace falta sufrir una patología grave para realizar una marcha incorrecta. Incluso sujetos perfectamente sanos la realizan, con el riesgo de dañar diferentes articulaciones, principalmente del pie, tobillos y rodillas, así como provocar sobrecargas y dolores musculares. Si la postura incorrecta afecta también a pelvis, columna vertebral, hombros, cuello... también pueden aparecer dolores de espalda.
Es muy típico por ejemplo en lesiones de tobillo o rodilla, donde el sujeto camina cojeando o utilizando muletas o bastones de forma incorrecta (así se usan correctamente los bastones) y termina sufriendo contracturas musculares en las piernas, dolores en la pierna sana o también dolores de espalda u otras regiones, como le pasó a Hugh Laurie de tanto interpretar la exagerada cojera del Dr.House.
En definitiva: Es muy importante buscar remedios para atajar estos problemas antes de que se vuelvan irreversibles. Existen centros donde se realizan estudios biomecánicos de la marcha para corregir los problemas de una forma poco adecuada de caminar, aunque el propio sentido común también puede señalarnos en ocasiones si estamos haciendo algo bien o no. En el deporte existen zapatillas especiales para corregir apoyos incorrectos del pie (pronación o supinación excesivas, como se ven en los vídeos). De todas formas, lo primero es tomar conciencia de nuestra postura (en esto influye mucho la información propioceptiva) y acudir a profesionales sanitarios especializados para  que realicen un estudio, nos valoren y se tomen medidas antes de que sea tarde.

Marcha patológica y sus complicaciones.

Cuando la forma incorrecta de caminar se debe a procesos crónicos, irreversibles, lo que principalmente se busca es la función: que la persona sea capaz de desplazarse utilizando los medios que sean necesarios.

En este vídeo aparecen distintas marchas patológicas, debidas a diferentes problemas: dolor articular, rigideces, acortamientos, secuelas de A.C.V. (minuto 2:45 aproximadamente), etc.

En estos casos el principal objetivo es utilizar los medios que haga falta para que la persona obtenga la mayor autonomía posible: órtesis, ayudas técnicas (bastones, andadores, sillas de ruedas...), etc. El uso de estos dispositivos genera un esfuerzo extra que sufren los músculos y articulaciones: realizar todo el esfuerzo con el lado más fuerte y apoyar el peso del cuerpo en un bastón, apoyar incorrectamente el pie afecto debido a que no se puede controlar, balanceos excesivos que alteran el equilibrio pero son necesarios para mover la pierna dañada, hombros que sufren el esfuerzo de el uso de bastones o muletas...
Es un tema excesivamente amplio como para tratarlo en un artículo (o en 50). No obstante, quiero que la visión que permanezca sea la que siempre he tenido desde el primer artículo de tufisio.net: la importancia de la prevención y la detección precoz de problemas para ponerles freno antes de que sean intratables. En líneas generales se podría decir que, ya que no se puede corregir la marcha en busca de la marcha fisiológica normal, habría que realizar ejercicios activos para ganar fuerza, resistencia, equilibrio y elasticidad en todo el cuerpo. Esto ayudará a reducir los efectos negativos de la marcha forzada a la que obligan las limitaciones existentes. Corregir otros problemas asociados (deficiencia visual, auditiva...) así como calzado y ropa cómoda ayudará a reducir el esfuerzo a la hora de caminar.
Entiendo que el texto es un poco general, aunque creo que es un comienzo para buscar soluciones más específicas. Animo a Patricia y a los demás lectores a que dejen sus opiniones, críticas y sugerencias para ampliar el tema y hacerlo más completo :)

¡Un saludo!

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