ROBERTO CASAZZA
Los bibliotecarios salieron del silencio
Miércoles 30 de Noviembre de 2011 | El experto opina que hay que reimpulsar la enseñanza de la lectura.
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ampliar | VITAL. Casazza sacó del letargo a los que trabajan con los libros y todos participaron activamente. LA GACETA / FOTO DE ANALIA JARAMILLO
"En 370 a.C., Platón dice -en Fedro- que en realidad la escritura era un invento muy dañino para la humanidad porque haría que los hombres, por confiar en la escritura, abandonaran el cultivo de la memoria, lo cual ha sucedido. Las bibliotecas son apéndices de la memoria, reservorios magníficos de la experiencia del pasado, y son también una herramienta de construcción de la memoria del porvenir". Roberto Casazza, quien da esta definición, vino de la Biblioteca Nacional a dictar un taller sobre la especialidad. Él es -entre otras cosas- director del Programa Nacional de Catalogación, Restauración y Estudio histórico-crítico de la bibliografía colonial argentina. "No cualquier reunión de libros es una biblioteca, sino que es un todo ordenado que permite comprender la totalidad de la experiencia humana", completa.
Una "Historia del Perú", impresa en Sevilla en 1571 ¡con carátula escrita a pluma!, y otros bien conservados libros de 1700 son tesoros que muestra a LA GACETA Carmen del Valle Quieta de Saientz, directora de la Biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras. "Esta capacitación se organiza por primera vez y en 2012 vendrán otros expertos: Matilde Tagle de Cuenca, de la Universidad de Córdoba, y Alejandro Parada , de la UBA", informa. Sobre el presente de los fondos bibliográficos en Argentina, Casazza opina que a lo largo de la historia ha habido esfuerzos por reunir colecciones y bibliotecas.
"Sin embargo, nuestro país está en deuda en materia bibliotecológica: en general no se han seguido políticas sistemáticas. Hace 200 años, en pleno proceso revolucionario, Mariano Moreno se toma un tiempo para crear la Biblioteca Pública de Buenos Aires con una fundamentación maravillosa: en tiempos de guerra los pueblos necesitan más que nunca prestar atención a las bibliotecas; de otro modo se embrutece la juventud y no hay un desarrollo viable e integral de la sociedad -recuerda-. Están esos dos caminos: el de crear y el del olvido. De todos modos el panorama es alentador; en el siglo XX se crearon escuelas de bibliotecología en todo el país y se han ido formando bibliotecarios. Se están creando maestrías en la UBA y en otros espacios. Todo esto se imbrica con la presencia del universo digital y de la preservación. Además estamos asistiendo a una revolución tecnológica que nos está dando herramientas que nos permiten avanzar pese a la lejanía de los países centrales".
Educadores
María Inés Silva, bibliotecaria de la Escuela de Cine, está entusiasmada: "en nuestro caso hay dos tipos de formato, el papel y el filmico", detalla. "En la Escuela de Agricultura y Sacarotecnia, a la biblioteca abierta se suman la hemeroteca, videoteca, mapoteca y el sector de lectura docente -explica María Elena Martínez-. La tarea del bibliotecario no es tan sólo dar información sino que pasa a ser un educador; constantemente en contacto en los alumnos. La principal misión del bibliotecario es darse al usuario".
Nativos digitales
Casazza estima que hay que impulsar seriamente la enseñanza de la lectura entre los nativos digitales; sobre todo hay que desarrollar la capacidad de concentración y de imaginación que la violencia de la cultura visual difumina. "Los niños del siglo XIX recreaban los sonidos de los animales por medio de los libros y distinguían el mono y el tigre antes de verlos en el zoológico -advierte-. Hoy en día para todo basta un doble click y el acceso global audiovisual termina atrofiando la imaginación, que es una herramienta importantísima para el desarrollo del hombre. A la compu hay que tratar de limitarla a lo que es útil".
Una "Historia del Perú", impresa en Sevilla en 1571 ¡con carátula escrita a pluma!, y otros bien conservados libros de 1700 son tesoros que muestra a LA GACETA Carmen del Valle Quieta de Saientz, directora de la Biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras. "Esta capacitación se organiza por primera vez y en 2012 vendrán otros expertos: Matilde Tagle de Cuenca, de la Universidad de Córdoba, y Alejandro Parada , de la UBA", informa. Sobre el presente de los fondos bibliográficos en Argentina, Casazza opina que a lo largo de la historia ha habido esfuerzos por reunir colecciones y bibliotecas.
"Sin embargo, nuestro país está en deuda en materia bibliotecológica: en general no se han seguido políticas sistemáticas. Hace 200 años, en pleno proceso revolucionario, Mariano Moreno se toma un tiempo para crear la Biblioteca Pública de Buenos Aires con una fundamentación maravillosa: en tiempos de guerra los pueblos necesitan más que nunca prestar atención a las bibliotecas; de otro modo se embrutece la juventud y no hay un desarrollo viable e integral de la sociedad -recuerda-. Están esos dos caminos: el de crear y el del olvido. De todos modos el panorama es alentador; en el siglo XX se crearon escuelas de bibliotecología en todo el país y se han ido formando bibliotecarios. Se están creando maestrías en la UBA y en otros espacios. Todo esto se imbrica con la presencia del universo digital y de la preservación. Además estamos asistiendo a una revolución tecnológica que nos está dando herramientas que nos permiten avanzar pese a la lejanía de los países centrales".
Educadores
María Inés Silva, bibliotecaria de la Escuela de Cine, está entusiasmada: "en nuestro caso hay dos tipos de formato, el papel y el filmico", detalla. "En la Escuela de Agricultura y Sacarotecnia, a la biblioteca abierta se suman la hemeroteca, videoteca, mapoteca y el sector de lectura docente -explica María Elena Martínez-. La tarea del bibliotecario no es tan sólo dar información sino que pasa a ser un educador; constantemente en contacto en los alumnos. La principal misión del bibliotecario es darse al usuario".
Nativos digitales
Casazza estima que hay que impulsar seriamente la enseñanza de la lectura entre los nativos digitales; sobre todo hay que desarrollar la capacidad de concentración y de imaginación que la violencia de la cultura visual difumina. "Los niños del siglo XIX recreaban los sonidos de los animales por medio de los libros y distinguían el mono y el tigre antes de verlos en el zoológico -advierte-. Hoy en día para todo basta un doble click y el acceso global audiovisual termina atrofiando la imaginación, que es una herramienta importantísima para el desarrollo del hombre. A la compu hay que tratar de limitarla a lo que es útil".
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