En la revista «Science» muestran cómo una combinación de quimioterapia y un fármaco reduce este tumor, en concreto el adenocarcinoma ductal pancreático, una de las formas más agresivas de este tumor digestivo. Lo hace activando el sistema inmune para destruir la envoltura del tumor.
Los logros de esta terapia se han visto en un pequeño grupo de pacientes con cáncer avanzado y sin posibilidades de tratamiento quirúrgico. La terapia detuvo la progresión de la enfermedad y «encogió» sustancialmente el tamaño de los tumores. Todos los pacientes respondieron al tratamiento, aunque recayeron.
Se trata solo del primer paso, pero una de las pocas buenas noticias en el tratamiento de un cáncer que no ha reducido su mortalidad en los últimos cuarenta años. Los científicos que lo han probado confían en que la nueva terapia se pueda aplicar a más enfermos, con rapidez y a un menor coste.
UNA GRATA SORPRESA
Robert Vonderheide, uno de los investigadores que ha participado en el ensayo, dice que los resultados fueron una «gran sorpresa». «Hasta esta investigación pensamos que el sistema inmune necesitaba atacar al tumor directamente para que fuera eficaz. Ahora sabemos que ya no es necesario, basta con atacar a los tejidos densos que están alrededor del tumor», explica. El ejército inmune activado por el fármaco se infiltraba con rapidez y facilitaban la eliminación del tejido tumoral.
Autor: N. R. C. |
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