Revisión de consenso sobre el tratamiento de la fractura periimplantaria de fémur: recomendaciones de los investigadores del Consenso Español Periimplantario (PISCO)
El envejecimiento de la población se ha
convertido en un fenómeno ampliamente conocido en los países
industrializados. En 2030, habrá alrededor de mil millones de personas
de 65 años o más en todo el mundo (1). La creciente esperanza de vida
irá asociada a un aumento de enfermedades crónicas, como la osteoporosis
y las fracturas relacionadas con ella. Por lo tanto, también aumentará
la incidencia de fracturas de las extremidades inferiores alrededor de
dispositivos de fijación preexistentes (2, 3).
Una fractura femoral periimplantaria (PIFF) se define como una fractura femoral en presencia de un implante no protésico preexistente (4, 5). Incluso con la mejora de los implantes, varios informes han demostrado un riesgo potencial de fracturas femorales después de la osteosíntesis debido a cambios en el módulo elástico del hueso, efecto de «aumento de tensión» y mala calidad ósea inherente al proceso de envejecimiento (6, 7). Las fracturas femorales periprotésicas (FFPP) se han estudiado ampliamente y existen diferentes sistemas de clasificación y pautas de tratamiento (8, 9). Existen estrategias de fijación para las fracturas periprotésicas de cadera y rodilla, pero no existe un estándar de atención con respecto a las PIFF (5).
El PIFF es una entidad poco declarada y la evidencia disponible proviene de estudios retrospectivos, informes de casos y opiniones de expertos (5, 10). Aunque algunas técnicas quirúrgicas periprotésicas podrían aplicarse a los PIFF, ambas son entidades diferentes, que deben evaluarse por separado (11). Algunos autores plantearon la hipótesis de que un algoritmo específico para PIFF podría guiar a los cirujanos traumatólogos en el difícil proceso de toma de decisiones, pero estos algoritmos pueden ser complejos y confusos (12). Se han propuesto tres sistemas de clasificación como un intento de abordar la mejor opción de tratamiento (13, 14, 15). El sistema de clasificación de Vergilius se centra en las fracturas alrededor de los clavos trocantéricos (13). Egol et al. propusieron un método para clasificar las fracturas relacionadas con un dispositivo previamente implantado tanto en el miembro superior como en el inferior (14). La clasificación de Videla et al. se está probando mediante un proceso de validación en tres fases, y recientemente se ha publicado la segunda clasificación (15, 16).
El manejo de estas fracturas es un desafío por algunas razones: alteraciones en la anatomía, presencia de dispositivos de fijación por osteosíntesis y fenómenos como protección contra el estrés, osteopenia por desuso y remodelación de la fractura (5). A pesar de los algoritmos y clasificaciones propuestas, el proceso de toma de decisiones aún no está claro y falta sistematización y consenso. Además, estas fracturas no sólo son tratadas por cirujanos traumatólogos especializados en centros de traumatología de nivel I, sino que también son tratadas en centros terciarios por cirujanos ortopédicos generales.
Una fractura femoral periimplantaria (PIFF)
se define como una fractura femoral en presencia de un implante no
protésico preexistente. Existen sistemas de clasificación, pautas de
tratamiento y estrategias de fijación para las fracturas periprotésicas,
pero no existe un estándar de atención con respecto a las PIFF.
El objetivo de los investigadores del Consenso Español de Periimplantes (PISCO) es llegar a un acuerdo sobre las prácticas actuales para el manejo de las PIFF y proponer cuatro principios fundamentales para evaluar el tratamiento quirúrgico y la prevención de estas fracturas.
Esta revisión de consenso se realizó según el método Delphi. Veintidós cirujanos traumatólogos ortopédicos expertos realizaron el consenso y las declaraciones definitivas fueron aprobadas por unanimidad.
Se deben utilizar los principios de fijación biológica en el tratamiento quirúrgico de las fracturas periimplantarias de fémur, que incluyen técnicas de reducción cerradas o mínimamente invasivas. La osteosíntesis debe proteger todo el hueso.
Deben evitarse los espacios entre dos implantes. Si no es posible lograr la superposición de los implantes, se deben utilizar sistemas de fijación entre implantes que abarquen, especialmente en hueso osteoporótico.
Los implantes anteriores deben conservarse durante el tratamiento quirúrgico de las fracturas de fémur periimplantarias. Sólo se deben retirar aquellos implantes que puedan interferir con los objetivos de fijación actuales.
Si el implante anterior está en la región del cuello femoral, entonces se debe mantener la protección del cuello femoral al tratar la fractura periimplantaria, incluso si la fractura del cuello ya ha cicatrizado.
Castillón P, Muñoz Vives JM, Aguado HJ, Capel Agundez A, Ortega-Briones A, Núñez JH; the PISCO Investigators. Consensus review on peri-implant femur fracture treatment: Peri-Implant Spanish Consensus (PISCO) investigators’ recommendations. EFORT Open Rev. 2024 Jan 9;9(1):40–50. doi: 10.1530/EOR-23-0105. PMCID: PMC10823565.
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