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Según una experta filóloga mexicana, los jóvenes de hoy usan entre 300 y 1500 palabras para comunicarse; en el caso de hablantes cultos, suelen emplear alrededor de cinco mil vocablos, aunque su conocimiento pasivo de voces sea de 10 mil ó 12 mil.
"Y no sólo la carencia de lectura, sino de comprensión de la misma, así como estrategias inapropiadas, son motivos del pobre vocabulario", aseguró Aurelia Vargas Valencia, experta de la Universidad Autónoma de México.
"Nuestro país padece no sólo un déficit de lectura, sino una carencia acentuada en el nivel de comprensión. El bajo índice de estas habilidades se presenta por igual en niños, jóvenes y adultos",agregó Vargas Valencia, directora del Instituto de Investigaciones Filológicas (IIFL) de la UNAM.
"Hoy se habla de seis millones de personas analfabetas, pero creo que el número se incrementa si consideramos que hay una cantidad mayor de funcionales; me refiero a aquellas personas que, aunque saben leer, no comprenden adecuadamente los contenidos", precisó.
La docente atribuyó la responsabilidad de esta problemática a las técnicas de enseñanza de la lengua. "Los métodos actuales nos conducen a una forma mecánica de aprendizaje y conocimiento de la lengua española, porque pretendemos que el estudiante lea rápido y de manera irreflexiva".
AL PIE DE LA LETRA
Para la investigadora y docente en letras clásicas, es importante no imponer la lectura a los niños. "Hay que comenzar por leerles en voz alta y acompañarlos con afecto en el proceso de adquirir el gusto por ella. La enseñanza clásica siempre ha sido predicar con el ejemplo", dijo.
Y también propuso que la lectura inicie con lo ejemplar, lo clásico, el canon de los autores reconocidos universalmente.
"Me permito mencionar autores en los que han mostrado interés: comenzar por Homero y Virgilio, o los escritores de tragedia como Esquilo, Sófocles y Eurípides, o de comedia como Aristófanes. Lo mismo pasa con autores de poesía amorosa como Ovidio, o de epigramas como Marcial, de fábulas como Esopo y Fedro", enumeró.
"En Europa, aunque también de forma disminuida, aún prevalece el cultivo de las humanidades clásicas, fundamento de las actuales, pero aquí la perdimos a lo largo del siglo XX. Así es que no es leer por leer, sino lo que se debe. No es sólo lo cuantitativo y lo mecánico, sino lo cualitativo", expresó.
SIN LECTURA NO HAY VOCABULARIO
Una de las consecuencias manifiestas es la pobre inclusión de palabras en el vocabulario de los jóvenes. La académica lamentó la siguiente cifra al contrastarla con las más de 80 mil palabras del idioma español.
"Aunque es difícil hacer un cálculo preciso sobre la cantidad de un estudiante de nivel medio, contamos con datos que fluctúan entre 300 y 1500 palabras, aunque hay que distinguir entre el número de voces que se emplean y el conocimiento pasivo de las mismas. En el caso de hablantes cultos, por ejemplo, los trabajos tradicionales de léxico señalan que suelen emplear a
www.neomundo.com.ar / Fuente: Boletín UNAM-DGCS-667
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