Artículo de revisión
enfermedades mentales / Adicciones / Tabaco
12/jul/2001 Anales de Psiquiatría. 2001 Ene;17(1)
La autoeficacia como método de deshabituación tabáquica.
Autor-es: A. Pérez Trullén, L. Clemente Jiménez, M. A. Hernández Mezquita, C. Morales Blánquez.
Resumen
El estado de salud de un individuo depende, en gran parte, de uno mismo y está influido de forma muy significativa por el estilo de vida y por el medio ambiente en el que se desenvuelve (20). La Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que en la década de los años 90, había en el mundo 1.100 millones de fumadores (37).
Dado que un importante porcentaje de personas, que en los EE.UU. alcanza el 50% (34), mueren de forma prematura debido a enfermedades prevenibles y evitables, y que el tabaquismo activo y pasivo es una de las principales causas de morbimortalidad (8,35), es lógico pensar que existe interés y consenso acerca de facilitar el cese desde las consultas de atención primaria (2) debido al contacto estrecho y mantenido del mismo, especialmente de estos profesionales con sus pacientes. Éste debe realizarse de forma continuada y dinámica, ya que como demostraron Aleixandre y cols. (1), los efectos positivos derivados de las intervenciones terapéuticas decaen con el tiempo y dan lugar a una gran variabilidad individual en los resultados. Por ello, deben incorporarse nuevas estrategia para que estos efectos perduren en el tiempo.
La teoría cognoscitiva y dentro de la misma el concepto de autoeficacia, está teniendo cada vez mayor aplicación en la prevención y tratamiento del tabaquismo, al igual que en otros tipos de drogodependencias (24,25). Existen estudios como el de Marlatt y cols. (33) que demuestran mediante un análisis de regresión múltiple, que el factor con mayor peso para lograr el abandono del hábito tabáquico o para reducir el consumo de cigarrillos es la autoeficacia, por encima de otros factores como la percepción de un elevado riesgo para la salud en la conducta de fumar o las características previas del consumo de tabaco.
Una de las facetas de la vida humana en las que la autoeficacia tiene diversas aplicaciones es la salud. Los conceptos de salud y enfermedad han evolucionado en los últimos años desde un modelo biológico a un enfoque holístico. Desde esta perspectiva, la salud y la enfermedad son el resultado de la interacción de factores biológicos y sociales. En este modelo biopsicosocial enfatiza tanto la mejoría del estado de salud como la prevención de las enfermedades (18), asumiéndose que niveles elevados de autoeficacia ayudan al control de numerosas enfermedades y procesos adictivos.
El objetivo de esta revisión es intentar responder a una serie de cuestiones: ¿qué es y qué aplicación tiene la autoeficacia?; ¿qué valor pronóstico tiene la autoeficacia en el cese del tabaquismo?, y ¿qué medidas son efectivas para elevar el nivel de autoeficacia, y así facilitar a los fumadores el abandono de su adicción?
Dado que un importante porcentaje de personas, que en los EE.UU. alcanza el 50% (34), mueren de forma prematura debido a enfermedades prevenibles y evitables, y que el tabaquismo activo y pasivo es una de las principales causas de morbimortalidad (8,35), es lógico pensar que existe interés y consenso acerca de facilitar el cese desde las consultas de atención primaria (2) debido al contacto estrecho y mantenido del mismo, especialmente de estos profesionales con sus pacientes. Éste debe realizarse de forma continuada y dinámica, ya que como demostraron Aleixandre y cols. (1), los efectos positivos derivados de las intervenciones terapéuticas decaen con el tiempo y dan lugar a una gran variabilidad individual en los resultados. Por ello, deben incorporarse nuevas estrategia para que estos efectos perduren en el tiempo.
La teoría cognoscitiva y dentro de la misma el concepto de autoeficacia, está teniendo cada vez mayor aplicación en la prevención y tratamiento del tabaquismo, al igual que en otros tipos de drogodependencias (24,25). Existen estudios como el de Marlatt y cols. (33) que demuestran mediante un análisis de regresión múltiple, que el factor con mayor peso para lograr el abandono del hábito tabáquico o para reducir el consumo de cigarrillos es la autoeficacia, por encima de otros factores como la percepción de un elevado riesgo para la salud en la conducta de fumar o las características previas del consumo de tabaco.
Una de las facetas de la vida humana en las que la autoeficacia tiene diversas aplicaciones es la salud. Los conceptos de salud y enfermedad han evolucionado en los últimos años desde un modelo biológico a un enfoque holístico. Desde esta perspectiva, la salud y la enfermedad son el resultado de la interacción de factores biológicos y sociales. En este modelo biopsicosocial enfatiza tanto la mejoría del estado de salud como la prevención de las enfermedades (18), asumiéndose que niveles elevados de autoeficacia ayudan al control de numerosas enfermedades y procesos adictivos.
El objetivo de esta revisión es intentar responder a una serie de cuestiones: ¿qué es y qué aplicación tiene la autoeficacia?; ¿qué valor pronóstico tiene la autoeficacia en el cese del tabaquismo?, y ¿qué medidas son efectivas para elevar el nivel de autoeficacia, y así facilitar a los fumadores el abandono de su adicción?
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