Se trata de un radiotelescopio de 25 metros de diámetro, denominado CCAT, que se instalará en Atacama, a 5.612 metros de altura, en el cerro de Chajnantor (en los Andes), junto a la planicie donde se está instalando ya el radiotelescopio más avanzado del mundo, el ALMA. Ambos instrumentos serán complementarios: el CCAT verá amplias regiones del cielo, mientras que el ALMA explotará su gran capacidad de enfocar con altísima resolución objetos y zonas; para entender su explotación científica conjunta cabe pensar en el objetivo de gran angular y el teleobjetivo, que los fotógrafos utilizan para captar una escena amplia, el primero, y para ver bien los detalles, el segundo.
También en Chile estarán dos futuros telescopios ópticos gigantes: el europeo de 40 metros ELT y el MGT estadounidense, de 24,5 metros, y actualmente funcionan en el país andino seis grandes observatorios de este tipo del rango de ocho a diez metros de diámetros, europeos y estadounidenses e internacionales. El CCAT está actualmente en fase de diseño y se espera inicial la construcción en 2013 para que esté terminado en 2017.
El CCAT observará cientos de miles de galaxias primitivas, de hace entre 10.000 y 12.000 millones de años, así como estrellas que se formaron cuando habían pasado sólo unos 500 millones de años desde la gran explosión inicial. Funcionará en el rango milimétrico y submilimétrico, es decir, en longitudes de onda más grandes que el infrarrojo, pero inferiores a las ondas radio. Según sus promotores, el futuro observatorio será el instrumento más grande y más sensible de este tipo. Su coste se estima en 110 millones de dólares (unos 80,5 millones de euros), de los que un tercio son aportados directamente por la Fundación Nacional para la Ciencia (NSF), principal institución estadounidense de ciencia básica, y el resto corresponde a los socios. La Universidad de Cornell ha anunciado recientemente una donación privada de 11 millones de dólares realizada por el industrial estadounidense Fred Young para el nuevo telescopio en Chile.
Un comité de la NSF dictaminó el verano pasado que este observatorio es una de las prioridades de la astronomía. "Con una amplia agenda científica, el CCAT permitirá investigar la evolución de las galaxias a lo largo del tiempo, la formación de conjuntos galácticos, la gestación de estrellas en la Vía láctea, la formación y evolución de planetas extrasolares y la naturaleza de objetos en la región externa de nuestro Sistema Solar", concluye el informe del comité.
El CCAT es un proyecto lanzado inicialmente por dos instituciones docentes estadounidenses, la Universidad de Cornell y el Instituto de Tecnología de California (Caltech), y de ahí sus iniciales inglesas, que corresponden a Cornell Caltech Atacama Telescope. Pero luego se han unido al proyecto otros socios: la Universidad de Colorado, un consorcio de centros canadienses liderados por laUniversidad de British Columbia, instituciones británicas lideradas por el Centro de Tecnología Astronómica y las universidades alemanas de Colonia y Bonn. No ha hecho falta cambiar las iniciales del proyecto, que ahora corresponden a Cerro Chajnantor Atacama Telescope.
La radiación milimétrica y submilimétrica es difícil de detectar con instrumentos instalados en la Tierra porque la absorbe fácilmente el agua de la atmósfera y no llega al suelo. Por ello es un sitio óptimo la cresta andina, un lugar extremadamente seco, estable y a gran altura. El CCAT estará en el cerro de Chajnantor, 600 metros por encima del plano del mismo nombre donde se está ya montando el gran proyecto internacional ALMA (Europa, EE.UU. y Japón).
El Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA, siglas inglesas de Gran Conjunto Milimétrico/submilimétrico de Atacama) es un programa del Observatorio Europeo Austral (ESO), junto con EE.UU. y Japón. El observatorio estará formado por 66 antenas de 12 metros de diámetro que abarcarán una superficie de hasta 16 kilómetros de amplitud máxima, de manera que, a efectos de observación astronómica, funcionarán sintonizadas, como si fuera una única superficie receptora. Las antenas, aportadas por los socios, ya se están montando en los talleres adjuntos al centro de control del radiotelescopio, situado a 2.900 metros de altura, cerca de San Pedro de Atacama. Varias de ellas ya están instaladas en Chajnantor. El coste del proyecto asciende a 950 millones de euros. |
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