Más de seis millones y medio de españoles sufren migrañas o cefaleas. Intensos dolores de cabeza que llevan a una desagradable sensación nauseabunda, a evitar la luz, a alejarse de los ruidos y, en general, del mundo que le rodea, ya que los pacientes se aíslan hasta que el tormento se vaya de su cabeza. ¿Quién no ha experimentado alguna vez una de estas sensaciones? Según datos de laSociedad Española de Neurología, publicados en la revista «Cephalgia», entre un 12 y un 15 por ciento de la población sufre de forma permanente este desorden neurológico crónico y debilitante que mina la capacidad humana para llevar a cabo cualquier actividad. Una dramática situación para los afectados que también tiene una factura en las arcas de la seguridad social, ya que el absentismo laboral que provoca cuesta cada año más de 2.000 millones de euros en España y, al mismo tiempo, genera la pérdida de 20 millones de jornadas laborales al año.
Según datos de la Asociación de Pacientes con Cefalea (Aepac), más de la mitad de los enfermos de migrañas recurren a la automedicación, porque creen que no es necesario acudir al médico. Esta «fea» costumbre conduce en la mayoría de los casos al abuso de analgésicos, que termina con la cronificación de la enfermedad. Sin embargo, desde la Aepac también se critica que esto ocurre dado que existen dificultades de acceso al especialista, al que sólo llega el ocho por ciento de los enfermos. Además, también reclaman mayor nivel de información y mejores tratamientos, ya uno de cada seis afectados, según una encuesta de Aepac, no se encuentra satisfecho con la gestión de la migraña por parte del facultativo. Por su parte, Samuel Díaz Insa, coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología (SEN), asegura que por ello «es vital que el paciente consulte siempre a su neurólogo porque sólo con un tratamiento adecuado, el enfermo mejorará en gran medida la calidad de vida».
NOVEDADES EN EL BOTIQUÍN
No todos son malas noticias para las migrañas, ya que cuenta con nuevas armas para combatirlas. La última en llegar: la toxina botulínica. Más allá de su famosa utilidad en los retoques estéticos, la FDA (la agencia de regulación de medicamentos estadounidense) en EE.UU. ha aprobado recientemente su uso en pacientes que no responden a los tratamientos actuales. De momento, en Europa, su homóloga, la EMEA, no se ha pronunciado. Este tratamiento consiste en la inyección peri craneal en 15 o 30 puntos de bótox tipo A cada tres meses. Carece de efectos secundarios y es compatible con el resto de fármacos, «lo que supone un gran paso en esta dolencia», apunta Díaz.
Aunque no todos los especialistas se muestran tan optimistas ante los beneficios de la toxina. Exuperio Díez Tejedor, jefe de Neurología del Hospital Universitario de La Paz de Madrid, advierte de que «existe una gran controversia en cuanto al uso de esta sustancia, ya que hay pacientes que responden bien y otros en los que no hay resultados optimistas». Por su parte Jesús Porta Etessam, neurólogo delHospital Clínico San Carlos de Madrid, asegura que «puede ser una buena opción porque es un tratamiento con un buen perfil frente a los efectos secundarios».
Pero, si esto no funciona, o existen dudas, también se puede acudir a la estimulación magnética para combatir las migrañas. Un estudio, publicado en «The Lancet», recoge la creación de un sistema de estimulación magnética de la parte trasera de la cabeza para luchar contra el dolor sin los fármacos como espada. Se trata de un objeto que cabe en una mano y que suministra una cadena magnética que proporciona alivio al dramático estadio de dolor del afectado de forma no invasiva y no agresiva para el organismo. Las pruebas realizadas por expertos de la facultad Albert Einsten de Nueva York, dirigidos por el profesor Richard B. Lipton, constataron que este dispositivo puede desbaratar los procesos eléctricos en el cerebro relacionados con la migraña.
La cirugía también tiene su papel frente a las cefaleas más persistentes. «Se trata de colocar de forma subcutánea un neuromodulador que se introduce en el nervio occipital y que controla por radiofrecuencia el bloqueo de las señales de los nervios», explica Díez. Asimismo, Porta manifiesta que «también tratamos los puntos miofasciales con punción limpia y somos punteros en los bloqueos de los nervios (el occipital mayor y el supraorbitario) como tratamiento de la migraña que es realmente eficaz».
En los tiempos que corren, el estrés que generan los problemas económicos lleva a una intensificación de la migraña, que pasa de ser leve a moderada, e incluso a grave, hasta el punto de convertirse en una dolencia crónica. «Se sabe que en aproximadamente entre un tres y un quince por ciento de pacientes con migraña episódica (que sufren crisis de forma ocasional) la cefalea se vuelve crónica después de unos cuatro o diez años de evolución. Entre los factores que se asocian a la cronificación destacan: el abuso de analgésicos para tratar el dolor, la obesidad, el consumo de cafeína, la hipertensión arterial o el hipotiroidismo», apunta Pablo Irimia, neurólogo de la Clínica Universidad de Navarra.
Pese a que el origen de este tipo de cefaleas puede hallarse en la huella genética, recientes estudios apuntan a las alteraciones del sueño, el estrés, la ansiedad o las frecuentes visitas al médico como principales desencadenantes de esta patología. Entre los culpables genéticos, se puede mencionar el Tesk, un gen que controla la sensibilización de los nervios del dolor en el cerebro. El descubrimiento, publicado en «Nature Medicine», explica porqué personas de una misma familia pueden a veces padecer cefaleas y ayudará a buscar nuevos mecanismos para combatirla. Además, en «Nature genetics» otro trabajo mostró que una ligera variación del ADN en el cromosoma 8 eleva el riesgo de sufrir la enfermedad en un 20 por ciento. Aarno Plotie, director del centro genético del Instituto británico Wellcome Trust Sanger, declara que «este vínculo es común a varios tipos de cefaleas y también a algunas formas raras de las mismas».
VIGILAR LOS HÁBITOS
Dado que se conoce la existencia de una base genética, «la migraña tiene múltiples desencadenantes y por tanto en una persona predispuesta genéticamente esos desencadenantes generan la crisis pueden influir los hábitos de vida deben ser adecuados para evitar la aparición de las crisis de dolor», explica Irimia. De hecho, un estudio de la Universidad de Cinccinnati, publicado en «Neurology» concluyó que los hábitos tóxicos en los jóvenes adolescentes elevan el riesgo de sufrir cefaleas.
La investigación demuestra que, como el estrés, factores como el tabaco, el alcohol y la ausencia de actividad física deben tenerse en cuenta, ya que tienen hasta cuatro veces más de posibilidades de padecer este tipo de patologías. Hacer ejercicio de manera regular puede tener un efecto beneficioso sobre la frecuencia, intensidad y duración del dolor de cabeza. Para Porta, miembro del equipo investigador que dirige Andrew D, Hershey, miembro de la Academia americana de Neurología, «los adolescentes que descuidan su alimentación tienen hasta un 40 por ciento más de posibilidades de sufrir dolores de cabeza». El trabajo también acusó al tabaco, ya que produce alteraciones en los niveles de óxido nitroso.
Con el fin de evitar a llegar a tales extremos en los que se precisan cirugía e intervenciones agresivas, los neurólogos diseñan terapias preventivas para los casos más graves, aquellos en los que los pacientes sufren cefaleas más de 180 días al año. «Disponemos de muchos tratamientos preventivos lo que nos permite individualizar el tratamiento, desde naturales como el magnesio y la riboflavina, hasta otros como el topiramato o los betabloqueantes. En un pequeño registro reciente, que presentamos el año pasado en la reunión de nuestra sociedad estudiamos un nuevo betabloqueante, el nebivolol con un mejor perfil de efectos secundarios», añade Porta.
Autor: Pilar Pérez |
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