SOCIEDAD / LEIRE PAJÍN
«El debate de la eutanasia no se ha agotado con la ley de muerte digna»
Ha pasado de ser la diputada más joven de la historia de la democracia a ministra tricéfala al frente de Sanidad, Política Social e Igualdad. A quien desconfíe de su valía le pide «tiempo»
Día 28/11/2010
Apenas tiene año y medio para demostrar que su nombramiento servirá para mucho más que continuar el camino trazado por sus predecesores. La ley de muerte digna y las medidas sobre violencia de género aprobadas en el último Consejo de Ministros son solo una muestra de que también habrá tiempo para ideas nuevas.
—¿Era necesaria la ley de muerte digna? La ley de autonomía del paciente y el plan de cuidados paliativos ya recogen todos los derechos de los enfermos terminales.
—Prácticamente todas las comunidades autónomas tenían intención de legislar en esta materia. Necesitábamos una legislación estatal para garantizar los mismos derechos a todos los ciudadanos. Para dar seguridad a los profesionales que deben prestar los mejores tratamientos en los últimos días de vida y para respetar la voluntad de pacientes y familiares.
—¿Se abandona el debate de la eutanasia?
—No. No soy partidaria de abandonar ningún debate. Hay encuestas del CIS que han preguntado recientemente a los ciudadanos sobre este tema, con una abrumadora mayoría a favor de este debate, pero estamos hablando de cosas diferentes.
—¿Descarta una legislación que la autorice?
—Entre las prioridades legislativas del Gobierno están los cuidados paliativos y no está la eutanasia. Pero el debate no se ha agotado aquí, con la ley de muerte digna. El debate está en la sociedad y bienvenido sea.
—Fuera de declaraciones institucionales, su nombramiento no ha sido muy bien recibido por el colectivo médico. Véndales su proyecto.
—Ya me dirigí a ellos en mi toma de posesión. Dije de una forma muy clara que a los que no me conocían cómo trabajaba les pedía tiempo. Mi experiencia en este mes en el que me he reunido con ellos ha sido positiva. Ha habido una gran receptividad.
—Hoy (por el viernes) el alcalde de Valladolid vuelve a dedicarle atención. Dice que no tiene formación para ser ministra de Sanidad y ha pedido que comparen su currículum con el de sus homólogas europeas.
—El alcalde de Valladolid no me merece ni un segundo más de mi atención.Pero le diré que el ministro de Sanidad más valorado de este país ha sido Ernest Lluch y no era médico. No tengo más que decir.
—¿De verdad cree que se puede aprobar un pacto por la Sanidad?
—No solo lo pienso, sino que seguiré en ese empeño porque creo que tenemos muchas cosas en común que nos pueden llevar a él.
—Y entretanto ¿cómo se mantiene a flote el sistema sanitario? La Organización Mundial de la Salud dice que se despilfarra hasta el 40% del gasto sanitario.
—En ese informe, la OMS pone a España como ejemplo por tener un sistema que garantiza el acceso universal. En un momento de crisis, tenemos la obligación de racionalizar el gasto y todas las medidas van en esa dirección. Desde la monodosis para que un ciudadano no tenga que comprarse una caja de medicamentos cuando se le prescriben unas cuantas píldoras, hasta la llamada factura en la sombra para que todos sepan lo que cuesta ir al médico. Y también todas las medidas de ahorro farmacéutico. España ya ha reflexionado todo lo que dice la OMS y lo está incorporando a sus actuaciones.
—Estará conmigo en que la factura en la sombra es una cuestión simbólica y le recuerdo que el programa de monodosis fracasó en Galicia.
—No es lo mismo aplicar la monodosis en un territorio en concreto que en toda España a la vez, con todo un programa de acción. La factura en la sombra es simbólica pero es una medida que sensibiliza al ciudadano.
—La OMS también propone subir impuestos del tabaco, el alcohol y penalizar la comida más insana. ¿Apoyaría una medida similar?
—En estos momentos no está encima de la mesa subir más impuestos, pero ese debate no lo descarto y no me parece descabellado.
—Entraremos en un bar el 2 de enero y no habrá humo, ¿se lo cree?
—Si no me lo creyera no habría llevado a cabo esa ley, que además tiene un gran consenso parlamentario. Nuestra determinación es que no haya humo en los sitios cerrados.
—Pero las inspecciones para vigilar su cumplimiento quedarán en manos de las comunidades.
—Cada uno tiene sus competencias, pero el hecho de que tenga gran consenso parlamentario quiere decir que todos los partidos con independencia de donde gobernemos la cumpliremos. En segundo lugar, el Estado también tiene sus mecanismos para hacer cumplir la ley.
—Hay quien le augura un fracaso estrepitoso por ser tan radical.
—Quiero recordar que en otros países europeos se han puesto en marcha desde el principio normativas muy similares a la nuestra y no hubo ningún problema. Todos los estudios nos indican que tampoco habrá una repercusión económica negativa.
—Eso aún no se sabe.
—Eso es lo que ha ocurrido en otros países europeos. Todos tuvieron el mismo debate que nosotros. Hemos escuchado a los hosteleros pero una vez que se da un paso de salud pública no se puede dar marcha atrás.
—Primero era la ley que prohibía fumar en espacios cerrados y ahora se plantea prohibir fumar en la cola del cine. ¿Estamos sociológicamente preparados?
—No quiero debatir sobre algo que no se ha producido. Ni hablar sobre supuestos que confunden a la ciudadanía. Hoy la ley es muy razonable.
—Después de la del tabaco, ¿habrá una ley del alcohol?
—No está en cartera. Sí le digo que habrá más campañas de sensibilización en materia de alcohol y jóvenes.
—¿Tiene el Gobierno un plan B por si el Constitucional no avala la ley del aborto?
—El Gobierno ha desarrollado una ley que cree claramente constitucional, si no no la hubiera aprobado. El tribunal dictaminará lo que crea conveniente.
—¿Y si decidiera que no lo es?
—Ese supuesto no se ha producido.
—El año pasado vimos a los titulares de Educación y Sanidad muy preocupados por la educación sexual en los colegios. ¿Cómo se hará?
—Se ha impulsado ya, pero de forma desigual entre comunidades. Hay que decir que la responsabilidad no es solo de la escuela, también de la familia y de la sociedad.
—Como ciudadana ¿está satisfecha con la ley de dependencia?
—Soy muy consciente de que queda camino por recorrer. También de que ya hemos cubierto las necesidades de 650.000 personas en solo tres años, pero acabamos de poner un nuevo pilar del estado del bienestar.
—¿Cómo se recortarán los tiempos?
—Estamos haciendo todo lo que está en nuestra mano. Ahora evaluaremos la ley. Va a ser una gran oportunidad para debatir con las comunidades y mejorar los servicios.
—Era excepcional que las familias recibieran una ayuda por hacerse cargo de sus dependientes y ya casi es la norma.
—Eso debemos contrastarlo. Tenemos un modelo mixto y no creo que sea la mayoría. La evaluación nos permitirá saber si han funcionado bien las prestaciones.
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