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lunes, 18 de noviembre de 2024

Dieta para la prevención y el tratamiento de la sarcopenia

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 Dieta para la prevención y el tratamiento de la sarcopenia

Resumen

La sarcopenia es una enfermedad geriátrica que se caracteriza por una pérdida progresiva de la masa y la fuerza del músculo esquelético, con un mayor riesgo de consecuencias adversas para la salud (p. ej., caídas, discapacidad, internamiento, reducción de la calidad de vida, mortalidad). Actualmente no existen remedios farmacológicos para prevenir el desarrollo de la sarcopenia, detener su progresión o impedir sus consecuencias negativas para la salud. Las estrategias más eficaces para contrarrestar la sarcopenia se basan en la adopción de hábitos de vida más saludables, incluida la adherencia a dietas de alta calidad y la actividad física regular. En esta revisión, se resume el papel de la nutrición en la prevención y el tratamiento de la sarcopenia. Se presta especial atención a los regímenes dietéticos de gran éxito actuales y a los agentes utilizados para contrarrestar el desgaste muscular relacionado con la edad, junto con sus supuestos mecanismos de acción. Se discuten cuestiones relacionadas con el diseño y la implementación de estrategias nutricionales eficaces, centrándose en las preguntas sin respuesta sobre el momento más adecuado de las intervenciones nutricionales para preservar la salud y la función muscular en la vejez. También se ofrece una breve descripción sobre las nuevas tecnologías que pueden facilitar el desarrollo e implementación de planes de nutrición personalizados para contrastar la sarcopenia.

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Diet for the prevention and management of sarcopenia – Metabolism – Clinical and Experimental

Aspectos destacados

  • La sarcopenia se asocia con un mayor riesgo de caídas, discapacidad y muerte.
  • La nutrición y el ejercicio son las únicas estrategias disponibles para contrarrestar la sarcopenia.
  • ​​La adopción de una dieta de alta calidad es una estrategia de por vida para preservar la salud muscular.
    • Las proteínas y la leucina favorecen el trofismo muscular y preservan la masa magra hasta la vejez.
    • Las nuevas tecnologías pueden ayudar a adaptar los planes nutricionales a las necesidades de las personas mayores.

En conclusión, la identificación y corrección temprana de la desnutrición son elementos clave para prevenir y controlar la sarcopenia. En un futuro cercano, el uso de estrategias de nutrición de precisión y la difusión de tecnologías de salud digital permitirán pasar de recomendaciones dietéticas basadas en la población y de “talla única” a un enfoque dietético específico para frenar la pérdida de masa muscular, preservar la independencia y fomentar la calidad de vida en la vejez.

Introducción
Sarcopenia es el término acuñado para definir una afección relacionada con la edad que se caracteriza por una pérdida suprafisiológica de masa y fuerza muscular [1]. La sarcopenia aumenta el riesgo de resultados negativos para la salud, como caídas, hospitalización, institucionalización, discapacidad y muerte [2,3]. La sarcopenia también puede afectar el pronóstico de otras enfermedades crónicas, como el cáncer [4,5], la diabetes [6] y la insuficiencia cardíaca [7]. Debido a su relevancia clínica, la sarcopenia fue reconocida en 2016 como una entidad nosológica independiente con un código de la Clasificación Internacional de Enfermedades-10 [8].
A lo largo de los años se han propuesto varias definiciones operativas de sarcopenia, con algoritmos de diagnóstico que varían según la relevancia atribuida a los parámetros de fuerza/función [1,9,10]. Independientemente de las peculiaridades de cada definición, todas identifican la insuficiencia muscular como el sustrato biológico de la sarcopenia. Según los últimos criterios de diagnóstico del Grupo de Trabajo Europeo sobre Sarcopenia en Personas Mayores 2 (EWGSOP2) [11], la baja fuerza muscular es el elemento cardinal de la sarcopenia, la baja cantidad o calidad muscular es necesaria para confirmar el diagnóstico y el bajo rendimiento físico sirve como indicador de la gravedad de la enfermedad. La prevalencia de sarcopenia y sarcopenia grave varía entre el 10% y el 27% y entre el 2% y el 9%, respectivamente, con diferentes distribuciones por sexo según la definición utilizada [12].
Desde un punto de vista fisiopatológico, la sarcopenia puede considerarse una enfermedad geriátrica prototípica caracterizada por perturbaciones a múltiples niveles, desde procesos
subcelulares dentro de los miocitos esqueléticos hasta factores sociales y ambientales [13–15]. Durante el envejecimiento, la homeostasis del tejido muscular esquelético se altera debido a un desequilibrio entre los procesos anabólicos y catabólicos, lo que resulta en la pérdida de miofibras y su reemplazo parcial por tejido graso y fibroso [16,17].
La reducción en tamaño y número afecta principalmente a las fibras tipo II. Esto ocurre a través de efectos sinérgicos de diferentes procesos, como la pérdida progresiva de neuronas motoras, la transición de isoformas de miosina de rápidas a lentas (cambio de fibras tipo II a tipo I) y el agotamiento de células satélite [16,18,19]. Se han descrito alteraciones en la mayoría de los “señales biológicas del envejecimiento”, incluyendo inflamación crónica, disfunción mitocondrial, disbiosis, senescencia celular y macroautofagia defectuosa, en adultos mayores con sarcopenia [20–22]. En este contexto, una red de detección de nutrientes desregulada juega un papel relevante. Esto implica un eje somatotrófico alterado, resistencia a la insulina y perturbaciones en la red de receptores de tirosina quinasas y cascadas de señalización intracelular a través de las cuales la hormona de crecimiento (GH) y el factor de crecimiento de insulina-1 (IGF-1) regulan las vías anabólicas musculares y el metabolismo celular general [23,24]. La regulación de la plasticidad y el trofismo muscular se atribuye a las acciones antagónicas de la diana mecanicista de la rapamicina (mTOR), que estimula la síntesis de proteínas, y la proteína quinasa activada por AMP (AMPK), que inhibe a mTOR y promueve el catabolismo (Fig. 1). El papel de la díada mTOR-AMPK en el envejecimiento del músculo esquelético es complejo y multifacético. Durante el envejecimiento, la hiperactivación de mTOR puede perjudicar la síntesis de proteínas musculares (MPS) y desencadenar la degradación de proteínas musculares (MPD) [24]. Esto está corroborado por la evidencia preclínica que muestra que los inhibidores de mTOR, como la rapamicina, previenen la pérdida muscular relacionada con la edad [25]. Además, las intervenciones antienvejecimiento bien reconocidas, como la restricción calórica, activan la AMPK para inducir varios procesos celulares, incluida la autofagia y la biogénesis mitocondrial, que son fundamentales para la preservación del músculo en la vejez [26].

La evidencia preclínica y clínica sugiere que una comunicación cruzada alterada entre el músculo y otros tejidos y órganos (p. ej., grasa, hueso, hígado) tiene un papel significativo en el desarrollo y progresión de la sarcopenia [27–29]. La comunicación cruzada entre el músculo y los órganos está mediada por moléculas específicas de los tejidos (p. ej., mioquinas, adipoquinas, osteoquinas, hepatoquinas) que actúan de manera autocrina, paracrina y endocrina para influir en varios procesos asociados con el desgaste muscular [30]. Sin embargo, el papel de las biomoléculas individuales en la patogénesis de la sarcopenia aún debe dilucidarse.
Una revisión exhaustiva de los factores biológicos subyacentes a la sarcopenia está más allá del alcance de este manuscrito y hay revisiones exhaustivas disponibles que exploran este tema en detalle [16,30,31].
La polifarmacia, el uso de múltiples medicamentos concurrentes, es muy frecuente en adultos mayores y está asociada con múltiples resultados negativos para la salud [32]. Existe una relación bidireccional entre la polifarmacia y la sarcopenia, según la cual fármacos específicos, incluidos los glucocorticoides, los quimioterapéuticos y los betabloqueantes, pueden inducir debilidad y atrofia muscular, mientras que la reducción de la masa y la calidad muscular pueden influir en la distribución y el metabolismo de los fármacos [33,34].
Por último, otros factores no biológicos, como la depresión, el aislamiento social (p. ej., vivir solo, falta de actividades sociales) y los factores ambientales (p. ej., seguridad del vecindario, acceso al transporte público), se asocian con un mayor riesgo de sarcopenia [14,15].
Las intrincadas relaciones entre esos supuestos factores causales y la comprensión incompleta de la contribución individual de cada mecanismo celular a la patogenia de la sarcopenia han dificultado la identificación de intervenciones farmacológicas eficaces para prevenir o controlar la afección. Los cambios en la masa muscular y la fuerza/función muestran trayectorias similares, aunque no superpuestas, a lo largo del tiempo, con un aumento brusco y un pico en la adultez joven, un descenso lento de los 40 a los 45 años y una caída pronunciada más adelante en la vida [35,36]. De ello se desprende que las estrategias para contrarrestar la sarcopenia deben iniciarse temprano y continuar durante toda la vida. No es sorprendente que las intervenciones más eficaces para contrarrestar la sarcopenia dependan de la adopción de estilos de vida saludables, incluido el consumo de dietas de alta calidad y la participación en rutinas de actividad física [37]. En esta revisión, se resume el conocimiento actual sobre el papel de la nutrición en la prevención y el tratamiento de la sarcopenia. El enfoque se centra en las recomendaciones nutricionales actuales para contrarrestar el desgaste muscular relacionado con la edad, junto con los mecanismos de acción de los principales agentes dietéticos. Se discuten cuestiones relacionadas con el diseño y la implementación de estrategias nutricionales efectivas, incluida la definición de su mejor momento para preservar la homeostasis y la función muscular en la vejez. Por último, explicamos brevemente las tecnologías emergentes y cómo podrían utilizarse para crear e implementar estrategias dietéticas individualizadas para combatir la sarcopenia en personas mayores.

Diet for the prevention and management of sarcopenia – PubMed

Diet for the prevention and management of sarcopenia – Metabolism – Clinical and Experimental

Calvani R, Picca A, Coelho-Júnior HJ, Tosato M, Marzetti E, Landi F. Diet for the prevention and management of sarcopenia. Metabolism. 2023 Sep;146:155637. doi: 10.1016/j.metabol.2023.155637. Epub 2023 Jun 21. PMID: 37352971.

Copyright: © 2023 The Authors. Published by Elsevier Inc.