Revisiones bibliográficas. Documentación científica en Ortopedia y Traumatología, medicina deportiva, artroscopia, artroplastia y de todas las patologías del sistema Músculo-Esquelético
Antecedentes: Una lesión
del ligamento cruzado anterior (LCA) es una afección grave que puede
afectar la carrera de los atletas jóvenes. Existe evidencia limitada
sobre la tasa y el nivel de retorno al deporte (RTS) tras una
reconstrucción del LCA en niños y adolescentes.
Objetivo: Evaluar los
resultados clínicos, el nivel y la tasa de RTS, y los factores
predictivos de RTS tras una reconstrucción del LCA en niños y
adolescentes.
AOSSM Journals @aossmjournals ¿Cuáles son las probabilidades reales de convertirse en un atleta de élite tras una lesión del LCA en deportes juveniles? 🏃♂️ ❌ Un estudio nacional de 20 años revela la verdad, y podría sorprenderte. #MedicinaDeportiva #AtletasJuveniles #AccesoAbierto #SportsMedicine #YouthAthletes
Conclusión: Se pueden
esperar mejoras clínicas duraderas y altas tasas de retorno al deporte
(RTS) tras la reconstrucción del LCA en niños y adolescentes. Además,
los atletas jóvenes aún tienen la oportunidad de competir a un nivel
deportivo de élite tras la reconstrucción del LCA.
El manejo de las lesiones
del ligamento cruzado anterior (LCA) en pacientes jóvenes es complejo,
dada su anatomía, las consideraciones técnicas de la cirugía y su
contexto social, con evidencia limitada de alta calidad.2
Curiosamente, una revisión sistemática reciente indicó que la
reconstrucción del LCA en pacientes con esqueleto inmaduro es un
procedimiento seguro y eficaz que permite una recuperación rápida y una
tasa de retorno al deporte (RTS) de hasta el 89 %.14 A pesar
de las mejoras significativas en diversas medidas de resultados
notificadas por los pacientes tras la reconstrucción del LCA en
pacientes jóvenes, se ha observado una reducción duradera de la función
de la rodilla, especialmente en lo que respecta a la actividad deportiva
y la calidad de vida relacionada con la rodilla. 10 Además, en varios
estudios se han reportado alteraciones del crecimiento y tasas de
revisión de hasta el 28% tras la reconstrucción del LCA en niños y
adolescentes.10,14,20,21,24 Se observaron peores resultados clínicos y
funcionales, y un riesgo casi 4 veces mayor de sobrepeso u obesidad en
pacientes jóvenes entre 3 y 10 años después de una lesión de rodilla, en
comparación con sus pares sanos. 22 Estas graves consecuencias a largo
plazo de las lesiones de rodilla en pacientes jóvenes, que podrían
afectar su salud mental, calidad de vida, actividad física y
posiblemente su carrera deportiva, requieren una atención especial. 12
La reconstrucción del LCA
se considera el tratamiento de elección para pacientes jóvenes con
inestabilidad de rodilla sintomática recurrente, a pesar de la
rehabilitación continua, restricciones deportivas relacionadas con la
rodilla o lesiones concomitantes que requieren tratamiento quirúrgico. 2
A pesar de los alentadores resultados clínicos, la recuperación tras la
reconstrucción del LCA requiere un tiempo considerable, así como
resiliencia física y mental para los atletas jóvenes. 8,13 Aunque se han
observado altas tasas de RTS tras la reconstrucción del LCA en niños y
adolescentes, existe la preocupación de si los atletas jóvenes pueden
seguir compitiendo en deportes de élite después de la reconstrucción del
LCA. Por lo tanto, resulta de gran relevancia clínica investigar más a
fondo las variables de RTS y los factores que influyen en el RTS tras la
reconstrucción del LCA en niños y adolescentes.
El propósito de este
estudio fue evaluar los resultados clínicos, el nivel y la tasa de RTS, y
los factores predictivos del RTS tras la reconstrucción del LCA en
niños y adolescentes. Se planteó la hipótesis de que la reconstrucción
del LCA en niños y adolescentes resultaría en resultados clínicos
satisfactorios, una alta tasa de RTS y la capacidad para competir a
nivel de élite, y que ciertas variables afectan la tasa y el nivel de
RTS.
La localización
anatómica de la degeneración radiográfica es una variable independiente
que influye en el resultado de la artroplastia total de rodilla.
Objetivos Nuestro
objetivo fue determinar si la localización del cambio degenerativo
anatómico podía identificarse como un factor de riesgo independiente que
influyera en el resultado clínico de la artroplastia total de rodilla
(ATR) a los 12 meses de la operación.
Conclusiones La
localización de la afectación compartimental en la artroplastia de
rodilla es un factor independiente que influye en el resultado clínico
de la ATR. Con la adopción de las medidas de resultados informadas por
el paciente (PROM) en los registros de artroplastias, este estudio
respalda la categorización anatómica precisa de la artrosis de rodilla
en los estudios de resultados.
Journal of ISAKOS @J_ISAKOS La
localización de la artrosis de rodilla (medial, lateral, patelofemoral)
afecta los resultados de la artroplastia total de rodilla (ATR). 🦵 🔍 Artrosis lateral: +30,1 puntos OKS de mejora 🔍 Artrosis medial: +28,9 puntos OKS 🔍 Artrosis patelofemoral: Menor mejora
La localización anatómica de la degeneración radiográfica influye en el resultado clínico de la artroplastia total de rodilla.
Los pacientes con
osteoartritis de rodilla, principalmente lateral o medial, son los que
más se benefician de la artroplastia total de rodilla.
Los estudios de resultados y los informes de registros deben incluir los datos radiológicos como variable independiente.
Introducción La
insatisfacción del paciente tras una artroplastia total de rodilla
(ATR), de hasta un 20 % [1-4], ha impulsado la exploración y la
innovación para identificar y abordar las posibles causas. Los factores
relacionados con los implantes y la cirugía incluyen la mejora de los
materiales y el diseño de los implantes, el uso de asistencia
informática en la planificación y ejecución de la ATR, y la
investigación de las filosofías de alineación y equilibrio [5-9]. Queda
por ver cuál de estos factores contribuirá a mejorar la satisfacción del
paciente a largo plazo tras la artroplastia total de rodilla. A pesar
de la heterogeneidad radiográfica de la artrosis de rodilla (OA), la
localización anatómica de la degeneración rara vez se ha estudiado como
factor de riesgo independiente que influya en el resultado clínico tras
una artroplastia de rodilla (ATR). Estudios observacionales previos han
reportado que la gravedad de la degeneración radiográfica influye en el
resultado de la artroplastia [10-13]. Numerosos estudios han abordado el
papel del eje biomecánico de la articulación de la rodilla, la
desalineación patelofemoral [14] y el impacto de la artritis
patelofemoral evidente radiográficamente en la presentación clínica de
pacientes con OA de rodilla [15-17]. A pesar de que previamente se ha
destacado esta laguna en la evidencia, hasta donde sabemos, solo la
serie publicada por Vestergaard et al. [15] intentó correlacionar
directamente la localización preoperatoria de la OA con el resultado
clínico de la ATR.
La hipótesis de este
estudio fue que la localización radiográfica de la OA podría demostrarse
como un factor independiente que influye en el resultado clínico tras
una ATR.
Elliott J, Ahedi H, Parker D. Anatomical
site of radiographic degeneration is an independent variable influencing
outcome of total knee arthroplasty. J ISAKOS. 2024 Jun;9(3):253-257.
doi: 10.1016/j.jisako.2024.01.002. Epub 2024 Jan 5. PMID: 38185248.
Técnica de flexión de
callos tras el alargamiento óseo gradual para la reconstrucción
funcional en casos de pérdida de falange por amputación digital: Dos
informes de casos
Objetivo El objetivo de
este estudio fue presentar la técnica de flexión de callos tras el
alargamiento óseo gradual para la reconstrucción funcional. Se presentan
casos de pérdida de falange segmentaria con amputación incompleta
reimplantada y amputación distal de dedo.
Conclusiones Ambos
pacientes se mostraron satisfechos con la mejora funcional y estética de
sus dedos y retornaron a su trabajo como carpinteros. En ambos casos,
se utilizó un fijador externo, el minifijador de Ilizarov, ya que ofrece
una flexibilidad relativamente alta.
JHS GO @JHSGlobalOnline Técnica
de flexión de callos tras el alargamiento óseo gradual para la
reconstrucción funcional en casos de pérdida de falange por amputación
digital: Dos informes de casos #FijadorExterno #TraumatismoDeDedo #AlargamientoÓseo #JHSGO #CirugíaDeMano #AccesoAbierto
Relevancia clínica La
adopción de esta técnica implica múltiples procedimientos quirúrgicos,
pero finalmente produce resultados estéticos y funcionales razonables.
Proponemos su uso como la técnica de elección para dedos amputados o
pérdida ósea grave por traumatismo.
Matev1,2 es reconocido por
su capacidad para la reconstrucción del pulgar y ha desarrollado
diversos métodos para el alargamiento por distracción digital. Sawaizumi
reportó el alargamiento óseo de una falange distal amputada utilizando
el minifijador de Ilizarov.3
En casos de amputación
digital asociada a lesiones traumáticas, hemos reportado previamente el
índice de consolidación de las falanges y los metacarpianos.4
Además, hemos reportado que no solo el alargamiento óseo, sino también
la expansión tridimensional del primer espacio interdigital, es posible
con el uso del minifijador de Ilizarov en pacientes con contracturas
postraumáticas de la articulación carpometacarpiana del pulgar o con
lesiones postraumáticas de tejidos blandos.5
En este estudio, basándonos
en estas experiencias, demostramos que es posible doblar callos
manualmente, como si fueran de arcilla, utilizando una bisagra entre las
unidades del minifijador de Ilizarov en pacientes que se han sometido a
un alargamiento gradual de la falange proximal, antes de que la fusión
ósea se complete.
El ángulo de flexión se
determinó con referencia al rango de movimiento (ROM) preoperatorio de
la articulación metacarpofalángica (MP), especialmente para permitir una
dorsiflexión suficiente. En uno de los dos casos descritos, con
amputación completa del dedo medio izquierdo, doblamos el callo en su
base mediante un alargamiento gradual de las falanges proximales.
En el otro caso, con
amputación incompleta, mantuvimos la longitud del dedo con un alambre,
asumiendo que la transposición ósea se produce en dos etapas en el
momento de la reimplantación inicial.
Tras confirmar la
supervivencia del dedo amputado, iniciamos la transposición ósea con el
minifijador de Ilizarov para restaurar la longitud del dedo. En este
caso, el flexor profundo de los dedos aún estaba presente, y antes de la
cirugía, planificamos la reconstrucción de la articulación
interfalángica distal (IFD) con la superficie articular de la falange
distal y la superficie articular de la falange proximal tras la
transposición ósea.
Tras completar el
alargamiento óseo del dedo afectado y antes de completar la
consolidación ósea, doblamos el callo mediante la fijación de una
bisagra entre los fijadores externos central y periférico a través del
callo.
La flexión del callo se
realizó a nivel del espacio interdigital proximal en lugar de en la
articulación interfalángica proximal normal. En comparación con la
fijación articular realizada a nivel interfalángico proximal, se
considera que este método proporciona un arco más amplio y una
apariencia menos prominente, además de facilitar la flexión del dedo
para tocar la palma.
El propósito de este
artículo fue presentar casos de dedos reimplantados con defectos óseos,
etc., en los que incluso la articulación MF por sí sola puede ampliar la
movilidad del dedo lesionado mediante el alargamiento óseo gradual y la
flexión del callo utilizando la bisagra de un fijador externo en la
base de la falange proximal.
(Técnica quirúrgica básica para el uso del minifijador de Ilizarov para el alargamiento óseo gradual)
Primero, describimos el procedimiento quirúrgico básico para el alargamiento óseo gradual de muñones amputados de los dedos.4
Aplicamos el minifijador de
Ilizarov (ARATA) para realizar la distracción de alargamiento del dedo
afectado. El minifijador Ilizarov fue desarrollado por el Centro
Científico Ilizarov en Rusia y se compone de una varilla plana, tuercas,
un perno de fijación que se mueve a lo largo de la varilla y arandelas
ranuradas para fijar los alambres (Fig. 1).
Gotani H. «Callus Bending Technique»
Following Gradual Bone Lengthening for Functional Reconstruction in
Cases of Phalangeal Loss Due to Digital Amputation: Two Case Reports. J
Hand Surg Glob Online. 2024 Aug 24;7(2):292-299. doi:
10.1016/j.jhsg.2024.07.005. PMID: 40182897; PMCID: PMC11963018.
Precisión y consistencia
de la resonancia magnética tridimensional (RM) comparables a las de la
tomografía computarizada tridimensional (TC) en la evaluación de la
inestabilidad glenohumeral: Una revisión sistemática
Objetivo Comparar la
precisión de la resonancia magnética tridimensional (RM) con la de la
tomografía computarizada tridimensional (TC) en la evaluación de la
pérdida ósea glenoidea (GBL).
Arthroscopy Journal @ArthroscopyJ ¿Cómo se evalúa la pérdida ósea glenoidea? #InestabilidadDeHombro #PérdidaÓsea
Conclusiones En estudios
clínicos y en cadáveres, en comparación con la TC 3D, la RM 3D es
precisa y consistente en la evaluación del hueso glenohumeral,
especialmente en la medición de la GBL, y el tiempo de reconstrucción de
la RM 3D es similar al de la TC 3D.
La dislocación de la
articulación del hombro es una ocurrencia frecuente y aproximadamente el
95% de los casos se atribuyen a la dislocación anterior del hombro.
Después de una luxación recurrente del hombro, aproximadamente el 40% de
los pacientes experimentan inestabilidad glenohumeral recurrente y,
entre estos pacientes, hasta el 90% presenta pérdida ósea glenoidea
(GBL).1,2 Además, algunos pacientes también pueden experimentar lesiones
óseas posterolaterales de la cabeza humeral (conocidas como lesiones de
Hill-Sachs) e incluso defectos óseos bipolares.1,3,4 Los procedimientos
para reparar lesiones de tejidos blandos incluyen los procedimientos de
Bankart y Bankart combinados con remplissage, mientras que las
reparaciones óseas se pueden realizar utilizando los procedimientos de
Latarjet, Bristow y Cuistow.1,3 Después de que Yamamoto et al.5
introdujeran el concepto de la trayectoria glenoidea en el hombro, Di
Giacomo et al.6 generalizaron el ancho de la trayectoria glenoidea y lo
compararon con la distancia de las lesiones de Hill-Sachs, y así el tipo
de pérdida ósea se dividió en en pista y fuera de pista.7 Excluyendo
otros factores como los requisitos deportivos y el número de luxaciones,
la gravedad de la GBL y el tipo de La pérdida ósea desempeña un papel
crucial a la hora de determinar los procedimientos adecuados. Por
ejemplo, Provencher et al.8 sugirieron que los pacientes con un
porcentaje de GBL inferior al 13,5 % podrían tratarse mediante el
procedimiento de Bankart; aquellos con porcentajes de GBL entre el 13,5 %
y el 25 % podrían someterse a una reparación de Bankart combinada con
remplissage; y a los pacientes clasificados como fuera de vía o con
porcentajes de GBL superiores al 20 % o al 25 % se les recomendó la
transferencia de bloques óseos. Por el contrario, Gouveia et al.9, en
una revisión sistemática que incluyó 145 estudios, indicó que la
reparación artroscópica de Bankart combinada con remplissage podría ser
más adecuada para personas con GBL inferior al 10 % acompañadas de una
lesión significativa de Hill-Sachs fuera de vía. En conclusión,
identificar con precisión la gravedad de la GBL es de suma
importancia.8,10 Actualmente, existen numerosos métodos para medir la
GBL; Verweij et al.11 informaron 17 medidas diferentes en una revisión
sistemática. Al igual que en otros estudios, el círculo de mejor ajuste
(especialmente el método PICO [paciente/población, intervención,
comparación y resultados] y el método del diámetro del círculo) y el
método del punto desnudo se utilizan con mayor frecuencia.2,4,12 En la
actualidad, no existe un estándar de oro para elegir qué tipo de método
de imagen y mediciones para evaluar la GBL, y el «estándar de oro de
referencia» para la medición de GBL no es exactamente el mismo en cada
estudio.4,11 La reconstrucción tridimensional (3D) puede generar
imágenes sólidas de la articulación glenohumeral, lo que permite una
detección más precisa de defectos sutiles. La tomografía computarizada
(TC) y, especialmente, la TC 3D, actualmente se utilizan ampliamente
entre los investigadores por su conveniencia y precisión.4,12 Verweij et
al.11 también sugirieron que el estándar de oro para mediciones
adecuadas de GBL puede depender de mediciones de volumen 3D en lugar de
mediciones bidimensionales, lo que permitió la consideración simultánea
de la forma de la escápula, la concavidad y la ubicación de los
defectos, y no se vieron afectadas por la inclinación de la escápula.
Por lo tanto, la TC 3D parece ser el «estándar de oro» para medir la
GBL. Sin embargo, debido a la incapacidad de la TC 3D para visualizar
claramente los tejidos blandos, especialmente el manguito rotador y los
tejidos circundantes, así como la exposición a la radiación, los
cirujanos han estado explorando una prueba de imagen alternativa.4,13 La
resonancia magnética (RM) es una técnica comúnmente utilizada para
evaluar las afecciones de los tejidos blandos, especialmente las
lesiones articulares. En particular, los pacientes con inestabilidad
glenohumeral a menudo se someten a RM para determinar la extensión de
las lesiones de los tejidos blandos. En consecuencia, los cirujanos se
interesan en el uso de la RM y la reconstrucción ósea 3D para evaluar la
GBL.14 De hecho, la evaluación de la GBL mediante RM 3D es alentadora.
Lander et al.15 informaron una diferencia del 1,58 ± 1,68 % en la
medición de la GBL mediante RM 3D en comparación con la TC 3D. Lansdown
et al.16 informaron una diferencia entre la RM 3D y la TC 3D para
evaluar la GBL, de 0,38 ± 0,16 % a 2,19 ± 1,65 %, lo cual indica la
precisión de la RM 3D para medir la GBL. Weil et al.2 también informaron
en una revisión sistemática que la RM 3D era precisa y comparable a la
TC 3D, pero no proporcionaron datos objetivos detallados. En resumen,
los estudios existentes indican que la RM 3D es comparable a la TC 3D
para la evaluación de la GBL, pero existe una falta de revisiones
sistemáticas con datos objetivos exhaustivos. El propósito de este
estudio fue comparar la precisión de la RM 3D con la de la TC 3D para
evaluar la GBL. Con base en los resultados de los estudios actuales,
planteamos la hipótesis de que la RM 3D se consideraría una alternativa
viable a la TC 3D para evaluar la inestabilidad glenohumeral.
Liu G, Huang C, Li Y, Jiang S, Lu W,
Yacoub Hassan MH, Essien AE, Pavel V, Xiao W. Accuracy and Consistency
of 3-Dimensional Magnetic Resonance Imaging Is Comparable With
3-Dimensional Computed Tomography in Assessing Glenohumeral Instability:
A Systematic Review. Arthroscopy. 2025 Apr;41(4):1072-1084.e5. doi:
10.1016/j.arthro.2024.03.043. Epub 2024 Apr 9. PMID: 38599537.
Resumen Simple El
osteosarcoma es un tumor óseo maligno primario que produce una matriz
osteoide. La imagenología es crucial para su detección, caracterización y
planificación del tratamiento, aunque puede ser compleja, especialmente
en las etapas iniciales. La radiografía convencional suele ser la
primera modalidad utilizada para detectar hallazgos sospechosos,
mientras que el sistema Bone-RADS ayuda a describir los resultados de la
imagenología y a estratificar el riesgo. La TC proporciona información
detallada sobre la arquitectura ósea y la matriz osteoide, mientras que
la RMN es esencial para evaluar la propagación del tumor a los tejidos
blandos adyacentes, el canal medular, las articulaciones y las
estructuras neurovasculares. Esta revisión incluye ejemplos de casos
clínicos y explora el papel de la inteligencia artificial en la mejora
del diagnóstico del osteosarcoma.
Resumen El osteosarcoma
es un tumor óseo maligno primario que se caracteriza por la producción
de una matriz osteoide. Si bien la histología sigue siendo el estándar
diagnóstico definitivo, la imagenología desempeña un papel crucial en el
diagnóstico, la planificación terapéutica y el seguimiento. La
radiografía convencional sirve como punto de control inicial para la
detección de esta patología, que a menudo presenta dificultades
diagnósticas debido a síntomas vagos e inespecíficos, especialmente en
sus etapas iniciales. Hoy en día, la integración de diferentes técnicas
de imagen permite un diagnóstico y un tratamiento cada vez más
personalizados, cada una de las cuales aporta información única y
complementaria. La radiografía convencional suele iniciar la evaluación
por imagen, y el Sistema de Informes y Datos Óseos (Bone-RADS) de la
Sociedad de Radiología Esquelética (SSR) es una herramienta valiosa para
estratificar el riesgo de lesiones óseas sospechosas. La TC es la
modalidad preferida para evaluar la matriz ósea, mientras que las
gammagrafías óseas y la PET/TC son eficaces para detectar metástasis a
distancia. La RM revela la extensión de la lesión en los tejidos blandos
adyacentes, el canal medular y las articulaciones, así como su relación
con las estructuras neurovasculares y la presencia de lesiones
salteadas. Técnicas avanzadas como la resonancia magnética con contraste
dinámico (DCE-MRI), la resonancia magnética ponderada por difusión
(DWI) y la RM de perfusión ayudan a caracterizar el entorno tumoral y a
evaluar la respuesta al tratamiento. El osteosarcoma comprende diversos
subtipos con diferentes características clínicas y de imagen, algunos de
los cuales son particularmente distintivos, como en el caso del
osteosarcoma telangiectásico. El conocimiento de estas variantes puede
orientar a los radiólogos en el diagnóstico diferencial, que incluye
tanto formas centrales como superficiales, desde tipos muy agresivos
hasta los más indolentes. En esta revisión, presentamos una amplia gama
de casos representativos de nuestra serie de casos hospitalarios para
ilustrar presentaciones de imagen típicas y atípicas. Finalmente,
analizamos los avances y desafíos recientes en la aplicación de enfoques
de inteligencia artificial a la imagenología del osteosarcoma.
Introducción El
osteosarcoma es un tumor óseo primario caracterizado por células
mesenquimales que producen una matriz osteoide [1,2]. Es el cáncer óseo
primario más común que no afecta a las células sanguíneas [1,2]. Aunque
es poco frecuente en la población general, con una tasa de incidencia de
aproximadamente 4 a 5 casos por millón de personas al año (menos del 1%
de todos los casos de cáncer) [1,3], estudios epidemiológicos a gran
escala han revelado un aumento de su incidencia en las últimas décadas
[4]. Tradicionalmente, el osteosarcoma se ha considerado un tumor con
una incidencia bimodal, con un pico primario en niños y adolescentes y
un pico secundario en personas mayores de 80 años [1,4]. Sin embargo,
estudios recientes cuestionan el patrón bimodal típico, sugiriendo en
cambio un único pico de incidencia constante en la segunda década de la
vida [5]. En niños y adolescentes, representa el tumor mesenquimal
maligno primario más común, representando aproximadamente el 80% de
todos los tumores óseos malignos y aproximadamente el 2,4% de todos los
cánceres infantiles [1]. En personas mayores de cincuenta años, el
osteosarcoma representa aproximadamente el 50% de todos los tumores
óseos malignos primarios, con una mayor proporción de osteosarcomas
secundarios [2]. Es más común en hombres que en mujeres, con una
proporción hombre-mujer de aproximadamente 1,5:1 a 2:1 [4]. Aunque
algunos estudios sugieren variaciones en la incidencia entre diferentes
grupos étnicos, con tasas más altas reportadas en poblaciones negras e
hispanas, los datos globales siguen siendo inconsistentes [4]. Los
factores de riesgo para este tumor incluyen exposición previa a
radiación terapéutica, como la causada por tratamiento contra el cáncer,
estatura alta, alto peso al nacer y afecciones como la enfermedad de
Paget o exostosis múltiples hereditarias, que implican un rápido
crecimiento o recambio óseo y también pueden aumentar el riesgo de
desarrollar osteosarcoma [4,6]. Se ha vinculado a varios síndromes de
predisposición al cáncer, como el retinoblastoma hereditario (asociado
con mutaciones del gen RB1) [7,8], el síndrome de Li-Fraumeni
(relacionado con mutaciones del gen TP53) [9,10] y variantes germinales
patogénicas en individuos con osteosarcoma, especialmente en jóvenes
[11].
El osteosarcoma se presenta
con mayor frecuencia cerca de la metáfisis de los huesos largos, en
particular alrededor de la articulación de la rodilla [12]. El fémur es
la zona afectada con mayor frecuencia, representando aproximadamente el
42-46% de los casos, seguido de la tibia (alrededor del 19-24%) y el
húmero (alrededor del 10-12%). En adultos mayores, el osteosarcoma
también puede presentarse en otros huesos, como la pelvis, las costillas
y la mandíbula [2]. La clasificación de tumores de tejidos blandos y
huesos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce varios
tipos de osteosarcomas con diferentes grados de malignidad [13].
Clínicamente, el osteosarcoma se presenta típicamente con dolor profundo
que empeora progresivamente [14]. Otros síntomas pueden incluir una
masa palpable y restricción del movimiento, y en el 5-10 % de los casos,
el tumor puede provocar una fractura patológica.
Las imágenes desempeñan un
papel crucial en la detección, el diagnóstico y la estadificación del
osteosarcoma [12,15,16]. Aunque estos tumores suelen mostrar
características de imagen agresivas, el diagnóstico inicial puede ser
difícil y sutil, especialmente en las primeras etapas, donde pueden
confundirse con lesiones benignas o lesiones con bajo potencial maligno
[14,15]. Los retrasos en el diagnóstico pueden ocurrir porque síntomas
como el dolor localizado o la inflamación a menudo se atribuyen a
afecciones benignas, incluyendo lesiones deportivas o dolores de
crecimiento en pacientes más jóvenes [16]. Si bien la radiografía
convencional suele ser la primera técnica de imagen aplicada al análisis
de tumores óseos como los osteosarcomas, la integración de la
tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética (RM) es esencial
para una caracterización precisa de las lesiones [17]. La tomografía
computarizada (TC) proporciona una evaluación más completa de las
estructuras óseas en comparación con la radiografía convencional,
mientras que la resonancia magnética (RM) es especialmente valiosa para
evaluar la extensión del tumor a los tejidos blandos circundantes [18].
Además, la gammagrafía ósea y la PET-TC desempeñan un papel importante
en la estadificación y la planificación terapéutica [19].
La diversa presentación y
la naturaleza agresiva del osteosarcoma requieren imágenes precisas
tanto para el diagnóstico inicial como para el seguimiento de la
respuesta al tratamiento, dadas las características complejas y
variables del tumor. Por lo tanto, la integración de diversas
modalidades de imagen es crucial para una evaluación exhaustiva del
tumor y una planificación terapéutica eficaz (Tabla 1) [20]. En apoyo de
la evaluación visual por parte de los radiólogos, la aplicación
intensiva de la inteligencia artificial al análisis de imágenes
biomédicas en la última década ha facilitado un cambio de paradigma en
la imagenología oncológica [21]. La radiómica desempeña un papel
prometedor al permitir la extracción de una amplia gama de
características cuantitativas de las imágenes, lo que mejora el
diagnóstico, la caracterización y la predicción de la respuesta
terapéutica del tumor [22,23]. Sin embargo, a pesar de los avances
tecnológicos y metodológicos que han superado algunos de los desafíos
iniciales en la obtención de imágenes del cáncer, en particular en
tumores de pulmón, mama y cerebro [21,24,25,26], en el estudio de los
tumores óseos, la traducción clínica de estos modelos fue bastante
limitada [27]. Por ello, el papel del radiólogo sigue siendo
indispensable. Sin embargo, los radiólogos deben ser conscientes de
estas nuevas oportunidades para contribuir activamente a la atención
sanitaria continua.
Conclusiones Los
osteosarcomas son tumores óseos primarios poco frecuentes, pero
agresivos, que requieren un diagnóstico preciso y un estudio de imagen
completo para un tratamiento eficaz. Aunque poco comunes, son los
tumores óseos malignos más frecuentes en niños y adolescentes, lo que
resalta la necesidad de una detección temprana. La clasificación
Bone-RADS ayuda a los radiólogos en la estratificación inicial del
riesgo de lesiones óseas, a menudo detectadas incidentalmente durante
estudios radiográficos. Los avances en imagenología, en particular la
resonancia magnética y la tomografía computarizada (TC), son
fundamentales para el diagnóstico, la estadificación y el seguimiento de
la supervivencia global, ofreciendo información detallada sobre las
características tumorales y guiando el tratamiento. Tecnologías
emergentes como la inteligencia artificial en radiómica y radiogenómica
son prometedoras para mejorar las capacidades diagnósticas, aunque su
aplicación clínica sigue limitada por los datos y los desafíos
metodológicos. A pesar del progreso tecnológico, la experiencia de los
radiólogos sigue siendo esencial para interpretar imágenes complejas y
garantizar resultados óptimos para los pacientes.
Cè M, Cellina M, Ueanukul T, Carrafiello
G, Manatrakul R, Tangkittithaworn P, Jaovisidha S, Fuangfa P, Resnick D.
Multimodal Imaging of Osteosarcoma: From First Diagnosis to Radiomics.
Cancers (Basel). 2025 Feb 10;17(4):599. doi: 10.3390/cancers17040599.
PMID: 40002194; PMCID: PMC11852380.
Licensee
MDPI, Basel, Switzerland. This article is an open access article
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Attribution (CC BY) license (https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/).
Objetivos El objetivo de
este estudio fue evaluar las diferencias en el perfil clínico y las
características basales entre pacientes con fractura de cuello femoral
(FNF) y fractura trocantérea (FT). El objetivo secundario fue explorar
las posibles diferencias en los resultados clínicos y la mortalidad.
Conclusión Según este
estudio, los pacientes de edad avanzada con FT presentan un estado basal
comparativamente inferior al de los pacientes con FNF. Sin embargo, los
pacientes con FT presentan una menor incidencia de complicaciones
postoperatorias. No se observaron diferencias en las tasas de mortalidad
a los 30 días ni al año entre los pacientes con ambos tipos de
fracturas femorales proximales.
Bone & Joint Open @BoneJointOpen Los
pacientes de edad avanzada con fracturas trocantéreas presentaron un
estado basal comparativamente inferior al de los pacientes con fractura
de cuello femoral, pero estos últimos mostraron una menor incidencia de
complicaciones postoperatorias. #BJO
Los pacientes de edad
avanzada con fracturas trocantéreas presentaron un estado basal
comparativamente inferior al de los pacientes con fractura de cuello
femoral, pero estos últimos mostraron una menor incidencia de
complicaciones postoperatorias.
No se observaron
diferencias en las tasas de mortalidad entre los pacientes con ambos
tipos de fracturas femorales proximales, incluso después de corregir los
factores de confusión.
Con base en este estudio,
se puede debatir si las fracturas femorales proximales siguen siendo una
sola enfermedad/etiología o si deberían dividirse en fracturas de
cuello femoral y fracturas trocantéreas.
Introducción Las fracturas de cadera y las cirugías posteriores son frecuentes en la población de edad avanzada.1
Las fracturas femorales proximales se clasifican en dos grupos
principales según su localización anatómica: fractura de cuello femoral
(FNF) y fractura trocantérea (FT) (Figura 1).2 La FNF no
desplazada o marginalmente desplazada (tipos 1 y 2 de Garden) se trata
habitualmente con tornillos deslizantes de cadera. La FNF desplazada en
la población de edad avanzada (Garden tipo 3 y 4) generalmente se trata
con prótesis, como hemiartroplastia (HA) o artroplastia total de cadera
(THA).3 La ATC es la opción de elección para pacientes más jóvenes que
se caracterizan por un estilo de vida físico activo y un historial
médico restringido.4 Para el TF de la cadera, la osteosíntesis es la
opción principal. Estos pueden ser implantes extramedulares (tornillo
deslizante de cadera) o fijación intramedular (clavado
cefalomedular).3,5
En la literatura se
describen diferentes tasas de distribución de FNF y TF.6-10 La
prevalencia de FNF en todas las fracturas de cadera se sitúa entre el 25
% y el 57 %.6-11 Se sabe que los pacientes con TF son mayores,7,10
tienen un historial médico más extenso10 y presentan con mayor
frecuencia enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) que los
pacientes con FNF.12 Se sabe que los pacientes con FNF presentan con
mayor frecuencia enfermedad cerebrovascular que los pacientes con TF.10
Además, las diferencias entre estos dos tipos de fracturas no se han
estudiado exhaustivamente. Sigue sin estar claro si los pacientes con
FNF y los pacientes con TF pueden considerarse iguales en cuanto a
características basales, resultados clínicos y tasas de mortalidad.
El objetivo de este estudio
fue evaluar el perfil clínico y las posibles diferencias en las
características basales entre pacientes con FNF y pacientes con TF en
una población de edad avanzada. El objetivo secundario de este estudio
fue explorar los resultados clínicos y las tasas de mortalidad en
pacientes con FNF y TF.
de Haan E, van Oosten B, van Rijckevorsel
VAJIM, Kuijper M; Dutch Hip Fracture Registry Collaboration (DHFR); de
Jong L, Roukema G. Hip fractures: femoral neck versus trochanteric
fractures, baseline characteristics and clinical outcomes. Bone Jt Open.
2025 Apr 1;6(4):373-382. doi: 10.1302/2633-1462.64.BJO-2024-0203.R1.
PMID: 40164179; PMCID: PMC11957847.
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Resultados clínicos
satisfactorios de la reconstrucción del ligamento cruzado anterior de
revisión con aloinjerto de tendón del cuádriceps y hueso patelar
Antecedentes En ciertos
casos de reconstrucción del ligamento cruzado anterior de revisión, se
prefieren los aloinjertos para evitar la extracción adicional de
injertos y rellenar túneles dilatados. Los resultados clínicos del
aloinjerto de tendón del cuádriceps y hueso patelar en la reconstrucción
del ligamento cruzado anterior de revisión son poco conocidos. Este
estudio se realizó para evaluar los resultados clínicos de las
reconstrucciones de revisión del ligamento cruzado anterior (LCA)
mediante aloinjertos de tendón del cuádriceps y hueso patelar.
Clinics in Orthopedic Surgery @CiOSjournal Resultados
clínicos satisfactorios de la reconstrucción del ligamento cruzado
anterior de revisión con aloinjerto de tendón del cuádriceps y hueso
patelar 2025 Feb;17(1)Do Weon Lee #ligamento_cruzado_anterior #reconstrucción_del_ligamento_cruzado_anterior #músculo_cuádriceps
Conclusiones El
aloinjerto de tendón del cuádriceps y hueso patelar mostró resultados
clínicos satisfactorios en la reconstrucción de revisión del ligamento
cruzado anterior (LCA) y, por lo tanto, podría ser una buena alternativa
cuando la obtención de autoinjerto no es óptima.
La rotura del ligamento cruzado anterior (LCA) es la lesión de rodilla deportiva más común en adultos jóvenes.1)
El tratamiento de referencia para la rotura completa del LCA es la
reconstrucción del LCA (RLCA), con un resultado clínico prometedor. Sin
embargo, en ocasiones, el injerto puede fallar después de la RLCA en
hasta el 25% de los casos en un plazo de 10 años.2 En estos
casos de reruptura, la RLCA de revisión es el procedimiento de
referencia para que los pacientes puedan volver a practicar deporte.
Aunque no se usa con tanta frecuencia como otras opciones de injerto,
como el tendón rotuliano-hueso (BPTB) o el tendón de isquiotibiales, el
autoinjerto de tendón del cuádriceps-hueso rotuliano (QTPB) se introdujo
inicialmente para la revisión de la RLCA en pacientes que ya habían
usado BPTB o injerto de isquiotibiales en su RLCA primaria.3,4
Sin embargo, los injertos QT y QTPB están ganando popularidad
recientemente, con buenas propiedades mecánicas y resultados clínicos
satisfactorios, también en la RLCA primaria.5
Aunque el autoinjerto se
usa con mayor frecuencia que el aloinjerto para la RLCA primaria y de
revisión, este último se prefiere en ciertos casos por varias razones,
especialmente en la RLCA de revisión.6 En primer lugar, en
los casos en los que la RLCA primaria ya se había realizado con un
autoinjerto, la obtención de injerto adicional con el mismo tipo de
injerto no suele ser adecuada. En segundo lugar, el aloinjerto es útil
cuando los túneles femoral y tibial son demasiado anchos para rellenarse
adecuadamente con autoinjertos. Por estas razones, los aloinjertos se
utilizan con mayor frecuencia en las RLCA de revisión que en las RLCA
primarias. Sin embargo, según un estudio multicéntrico, existen ciertas
preocupaciones sobre el uso de aloinjertos en RLCA de revisión debido a
sus peores resultados clínicos y una mayor tasa de reruptura que con los
autoinjertos.7)
Los aloinjertos de
hueso-tendón, como el de tendón de Aquiles y el de BPTB, son
especialmente ventajosos en las RLCA de revisión, ya que el bloque óseo
adherido permite rellenar los túneles ensanchados. De igual manera, el
aloinjerto QTPB podría ser una alternativa útil con propiedades
biomecánicas comparables a las del aloinjerto de tendón de Aquiles.8)
Sin embargo, hasta donde sabemos, aún no se han publicado los resultados
clínicos de la RLCA de revisión con aloinjerto QTPB. Por lo tanto, el
objetivo de este estudio fue evaluar la estabilidad de la rodilla, las
medidas de resultados notificadas por el paciente (PROM) y las
complicaciones tras la RLCA de revisión con aloinjerto QTPB. La
integridad del injerto y la sinovialización también se evaluaron
mediante artroscopia de reevaluación tras la RLCA de revisión. Los
autores plantearon la hipótesis de que el aloinjerto QTPB mostraría
resultados clínicos comparables a otras opciones de injerto bien
descritas en la literatura sobre la revisión de la RLCA.
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Resumen El codo es una
articulación congruente con un alto grado de estabilidad inherente,
proporcionada por restricciones óseas y de tejidos blandos. Sin embargo,
cuando se producen lesiones importantes de estas estructuras
estabilizadoras, se produce inestabilidad. Recientemente se han
introducido mejoras significativas en el diagnóstico y tratamiento
quirúrgico de la inestabilidad del codo, tanto en casos agudos como
crónicos. Pruebas de esfuerzo específicas, recientemente introducidas en
la práctica clínica, y diferentes técnicas de imagen, tanto estáticas
como dinámicas, permiten evaluar los estabilizadores del codo y detectar
la dirección y el mecanismo de la inestabilidad, incluso en formas
sutiles. Se han estandarizado numerosas técnicas quirúrgicas y se han
desarrollado instrumentos y dispositivos quirúrgicos específicos para el
tratamiento de la inestabilidad del codo. Se han diseñado protocolos de
rehabilitación específicos para proteger la consolidación de los
estabilizadores del codo y minimizar la rigidez. Sin embargo, a pesar de
los avances, los tratamientos quirúrgicos pueden ser difíciles incluso
para cirujanos expertos, y la tasa de inestabilidad persistente,
artritis postraumática, rigidez y dolor puede seguir siendo alta,
especialmente en los casos más exigentes. La biología de la
cicatrización de los tejidos blandos sigue siendo uno de los aspectos
más importantes para la investigación futura. Si las investigaciones
futuras ayudan a comprender, corregir o modular la respuesta biológica
de la cicatrización de los tejidos blandos, nuestra confianza en el
manejo de la inestabilidad del codo y la reproducibilidad de nuestro
tratamiento mejorarán enormemente. En este artículo, se presenta el
estado actual del conocimiento sobre la inestabilidad del codo,
centrándose específicamente en las técnicas quirúrgicas modernas
utilizadas para resolver la inestabilidad, mediante la reparación o
reconstrucción de los estabilizadores del codo dañados.
Introducción El codo es
una articulación congruente con un alto grado de estabilidad inherente,
proporcionada por las restricciones óseas y de los tejidos blandos.1-3
Cuando se producen lesiones importantes de estas estructuras
estabilizadoras, la articulación se vuelve inestable. La inestabilidad
del codo es más común de lo que se creía anteriormente e incluso los
codos con síntomas leves pueden ocultar formas sutiles de inestabilidad.
El tratamiento de la inestabilidad del codo presenta un desafío para
equilibrar los riesgos opuestos: inestabilidad persistente y rigidez
progresiva. Especialmente en las formas graves, la estrategia de
tratamiento requiere un amplio conocimiento anatómico y biomecánico para
comprender las complejas interacciones entre los diferentes
estabilizadores lesionados.
Perspectivas futuras La
inestabilidad del codo es más común y compleja de lo que se creía. Su
estudio, iniciado hace mucho tiempo, ha cobrado renovado interés en las
últimas tres décadas, lo que ha posibilitado importantes avances en la
comprensión de la anatomía y la biomecánica del codo, que son la base
fundamental para un diagnóstico correcto y un tratamiento adecuado. En
los últimos 30 años, hemos comprendido que la estabilidad del codo se
debe a tres estabilizadores primarios (articulación cúbitohumeral,
ligamento colateral lateral (LCL) y ligamento colateral medial (MCL)) y
cuatro secundarios (articulación radiohumeral, cápsula, origen flexor
común, origen extensor común) que trabajan en sincronía para resistir
los diversos patrones de inestabilidad. Hemos aprendido a reparar o
reconstruir cada estabilizador primario y que la reparación o
reconstrucción de los estabilizadores secundarios refuerza la
estabilidad, evitando la inmovilización innecesaria con yeso largo, que
en el pasado era la causa de muchas contracturas del codo. La reparación
anatómica de los ligamentos colaterales laterales se realiza con
suturas o reparación transósea en casos de inestabilidad traumática y
aguda, o en casos de inestabilidad recurrente crónica leve. La
reconstrucción con aumento de tejidos blandos está indicada cuando
existe una atenuación crónica o una deficiencia significativa de los
ligamentos. La artroscopia desempeña un papel cada vez más importante en
el tratamiento de casos de inestabilidad más sutiles, especialmente en
el compartimento lateral. En un plazo de 3 a 5 años, las técnicas
quirúrgicas para reparar o reconstruir los diversos elementos que
intervienen en la estabilidad del codo seguirán mejorando. Los
protocolos de rehabilitación desempeñan un papel esencial en el manejo
de la inestabilidad: deben personalizarse e iniciarse lo antes posible,
protegiendo la consolidación de los estabilizadores del codo y, al mismo
tiempo, evitando la aparición de rigidez.85 86 La biología de la
consolidación de los tejidos blandos sigue siendo uno de los aspectos
más importantes que debemos comprender en el futuro. Si las
investigaciones futuras ayudan a comprender, corregir o modular la
respuesta biológica de la cicatrización de los tejidos blandos, nuestra
confianza en el manejo de la inestabilidad del codo y la
reproducibilidad de nuestro tratamiento mejorarán enormemente.
Marinelli A, Graves BR, Bain GI,
Pederzini L. Treatment of elbow instability: state of the art. J ISAKOS.
2021 Mar;6(2):102-115. doi: 10.1136/jisakos-2019-000316. Epub 2020 Dec
15. PMID: 33832984.