¿No sería vergonzoso oponerse a la enmienda sobre el mascado de la coca?
Jueves, 13 de enero, 2011
En marzo de 2009, durante la reunión de alto nivel sobre las drogas en Viena, el presidente de Bolivia, Evo Morales, se puso a masticar una hoja de coca mientras anunciaba que buscaría la supresión de los artículos de la Convención Única de 1961 que establecen la eliminación del masticado de la hoja de coca en 25 años a partir de la entrada en vigor del tratado.
El fuerte aplauso que el presidente Morales recibió de los asistentes me hizo renacer la esperanza. ¿Se impondrán finalmente la racionalidad y la justicia en este centro neurálgico de la fiscalización internacional de drogas? ¿Existe todavía la posibilidad de que se corrija este embarazoso error cometido por la comunidad mundial hace 50 años, aceptando sin miedo la falibilidad humana?
La misión especial de Morales en Viena tenía por objeto explicarles a los funcionarios presentes por qué Bolivia simplemente no puede aceptar el marco existente. "Cuando mastico acullico, pueden decir que soy narcodependiente. De ser así, el señor Costa, la Presidenta, tendrían que llevarme a la cárcel", dijo Morales. "No causa ningún daño a la salud humana, esta hoja de coca en su estado natural… no causa trastornos mentales o enloquece, … no causa adicción”. Y a fin de rectificar un error histórico, presentó una enmienda formal, para pedir la supresión de los artículos en cuestión.
Dentro de dos semanas, el 31 de enero, termina el plazo para que los países presenten objeciones a este cambio. Si no hay objeciones la enmienda entraría automáticamente en vigor. A punto de vencerse este plazo, los Estados Unidos han formado un grupo de "amigos de la convención" anunciando que se opondrán a la enmienda. Otros países – particularmente, la Federación de Rusia, Japón, Colombia, Francia, Alemania, el Reino Unido, Italia, Suecia, Bulgaria, Dinamarca y Estonia - han anunciado también que presentarán una objeción formal. Los argumentos exactos para ello aún no se conocen, pero lo más probable es que no tengan ninguna relación con la protección de la salud de la población masticadora de coca por los daños que causa el abuso de las drogas. Todavía no se ha reportado el primer caso de una persona intoxicada por consumir hojas de coca, y por el contrario, lo más probable es que su consumo haya sido beneficioso para su salud y su sentido de identidad y comunidad.
La propuesta de enmienda del Gobierno boliviano a la Convención Única es una propuesta muy razonable, y representa una buena oportunidad para que los países expresen sus avances en el conocimiento de esta materia superando los errores del pasado. El caso quedó básicamente definido hace más de 60 años, en 1949, en una breve visita al Perú y Bolivia de la Comisión de Investigación sobre la Hoja de Coca de las Naciones Unidas. Al llegar a Lima en septiembre de l949, el jefe de la Comisión, Howard B. Fonda, concedió una entrevista antes de comenzar su trabajo, en la que dijo: "Creemos que el uso diario, inveterado de hojas de coca masticándolas ... no sólo es totalmente nocivo y por tanto perjudicial, sino que es también causa de degeneración racial en muchos poblados, y de la decadencia que muestran visiblemente numerosos indios - e incluso algunos mestizos - en ciertas zonas de Perú y Bolivia. Nuestros estudios confirmarán la certeza de nuestras afirmaciones y esperamos poder presentar un plan racional de acción ... para lograr la abolición absoluta y segura de este hábito pernicioso”.
Las conclusiones de la Comisión ya se habían sacado incluso antes de que comenzara la investigación. Ahora, un representante de los llamados "degenerados raciales" que lleva masticando coca toda su vida se ha convertido en el presidente de Bolivia y pide la abolición de estas disposiciones racistas retardatarias. ¿Cuál es el problema entonces? Nos preguntamos. Nos gustaría creer que los "amigos de la convención" desearían deshacerse de las vergonzosas disposiciones tan pronto como sea posible. ¿O es que aún seguimos pensando sobre nuestros hermanos y hermanas indígenas como seres atrasados e ignorantes, que necesitan nuestra ayuda para entender el universo? ¿Acaso los avances de las ciencias humanas y naturales en las últimas décadas no llevan a pensar de otro modo?
Parece que los que se han vueltos locos son los que no mascan coca regularmente. Todos los esfuerzos recientes para establecer apoyo en foros internacionales son prueba del argumento propuesto: esta es una herencia cultural que no perjudica a nadie, merece ser protegida, y una base legal. Los resultados de un estudio de la OMS sobre la coca / cocaína en 1995 determinaron que el "uso de hojas de coca no parece tener efectos negativos para la salud y tiene funciones terapéuticas positivas, sagradas y sociales para las poblaciones indígenas de los Andes." Por otra parte, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas aprobada en septiembre de 2007 – endosada recientemente por los Estados Unidos, el 16 de diciembre de 2010 - se compromete a defender y proteger las prácticas culturales indígenas.
La enmienda propuesta por Bolivia implica un mero cambio simbólico: la masticación de la coca no se va a extender a otros países. No oponerse a la enmienda representa simplemente el reconocimiento de que la masticación de la coca está ahí para quedarse. Ha llegado el momento de reparar un error histórico responsable de incluir a esta hoja entre las sustancias clasificadas como más peligrosas, acarreando graves consecuencias para la región andina. Es lamentable que nuestros Gobiernos nos representan a los ciudadanos sin tener en cuenta los hechos, motivados por la mera ignorancia y el miedo. Esta es ahora una oportunidad para entrar en razón.
La misión especial de Morales en Viena tenía por objeto explicarles a los funcionarios presentes por qué Bolivia simplemente no puede aceptar el marco existente. "Cuando mastico acullico, pueden decir que soy narcodependiente. De ser así, el señor Costa, la Presidenta, tendrían que llevarme a la cárcel", dijo Morales. "No causa ningún daño a la salud humana, esta hoja de coca en su estado natural… no causa trastornos mentales o enloquece, … no causa adicción”. Y a fin de rectificar un error histórico, presentó una enmienda formal, para pedir la supresión de los artículos en cuestión.
Dentro de dos semanas, el 31 de enero, termina el plazo para que los países presenten objeciones a este cambio. Si no hay objeciones la enmienda entraría automáticamente en vigor. A punto de vencerse este plazo, los Estados Unidos han formado un grupo de "amigos de la convención" anunciando que se opondrán a la enmienda. Otros países – particularmente, la Federación de Rusia, Japón, Colombia, Francia, Alemania, el Reino Unido, Italia, Suecia, Bulgaria, Dinamarca y Estonia - han anunciado también que presentarán una objeción formal. Los argumentos exactos para ello aún no se conocen, pero lo más probable es que no tengan ninguna relación con la protección de la salud de la población masticadora de coca por los daños que causa el abuso de las drogas. Todavía no se ha reportado el primer caso de una persona intoxicada por consumir hojas de coca, y por el contrario, lo más probable es que su consumo haya sido beneficioso para su salud y su sentido de identidad y comunidad.
La propuesta de enmienda del Gobierno boliviano a la Convención Única es una propuesta muy razonable, y representa una buena oportunidad para que los países expresen sus avances en el conocimiento de esta materia superando los errores del pasado. El caso quedó básicamente definido hace más de 60 años, en 1949, en una breve visita al Perú y Bolivia de la Comisión de Investigación sobre la Hoja de Coca de las Naciones Unidas. Al llegar a Lima en septiembre de l949, el jefe de la Comisión, Howard B. Fonda, concedió una entrevista antes de comenzar su trabajo, en la que dijo: "Creemos que el uso diario, inveterado de hojas de coca masticándolas ... no sólo es totalmente nocivo y por tanto perjudicial, sino que es también causa de degeneración racial en muchos poblados, y de la decadencia que muestran visiblemente numerosos indios - e incluso algunos mestizos - en ciertas zonas de Perú y Bolivia. Nuestros estudios confirmarán la certeza de nuestras afirmaciones y esperamos poder presentar un plan racional de acción ... para lograr la abolición absoluta y segura de este hábito pernicioso”.
Las conclusiones de la Comisión ya se habían sacado incluso antes de que comenzara la investigación. Ahora, un representante de los llamados "degenerados raciales" que lleva masticando coca toda su vida se ha convertido en el presidente de Bolivia y pide la abolición de estas disposiciones racistas retardatarias. ¿Cuál es el problema entonces? Nos preguntamos. Nos gustaría creer que los "amigos de la convención" desearían deshacerse de las vergonzosas disposiciones tan pronto como sea posible. ¿O es que aún seguimos pensando sobre nuestros hermanos y hermanas indígenas como seres atrasados e ignorantes, que necesitan nuestra ayuda para entender el universo? ¿Acaso los avances de las ciencias humanas y naturales en las últimas décadas no llevan a pensar de otro modo?
Parece que los que se han vueltos locos son los que no mascan coca regularmente. Todos los esfuerzos recientes para establecer apoyo en foros internacionales son prueba del argumento propuesto: esta es una herencia cultural que no perjudica a nadie, merece ser protegida, y una base legal. Los resultados de un estudio de la OMS sobre la coca / cocaína en 1995 determinaron que el "uso de hojas de coca no parece tener efectos negativos para la salud y tiene funciones terapéuticas positivas, sagradas y sociales para las poblaciones indígenas de los Andes." Por otra parte, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas aprobada en septiembre de 2007 – endosada recientemente por los Estados Unidos, el 16 de diciembre de 2010 - se compromete a defender y proteger las prácticas culturales indígenas.
La enmienda propuesta por Bolivia implica un mero cambio simbólico: la masticación de la coca no se va a extender a otros países. No oponerse a la enmienda representa simplemente el reconocimiento de que la masticación de la coca está ahí para quedarse. Ha llegado el momento de reparar un error histórico responsable de incluir a esta hoja entre las sustancias clasificadas como más peligrosas, acarreando graves consecuencias para la región andina. Es lamentable que nuestros Gobiernos nos representan a los ciudadanos sin tener en cuenta los hechos, motivados por la mera ignorancia y el miedo. Esta es ahora una oportunidad para entrar en razón.
Es hora de reparar un error histórico: El IDPC insta a todos los países a no presentar objeciones a la propuesta de Bolivia para eliminar la prohibición que pesa sobre la masticación de la hoja de coca, Nota para la incidencia política del IDPC, enero de 2011
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