Los autores utilizaron datos de 2004 para garantizar la consistencia, pues éste es el último año sobre el que existen datos completos de los 192 países evaluados. Estos expertos calcularon los años de vida ajustados por discapacidad (AVAD), que son la suma de los años de vida perdidos debidos a mortalidad prematura y los años de vida productiva perdidos debido a discapacidad.
Descubrieron que en 2004 el humo de segunda mano afectó a un 40% de los niños, un 35% de las no fumadoras y a un 33% de los no fumadores. La exposición al humo de tabaco provocó 602.000 muertes, 379.000 de las cuales fueron por cardiopatía isquémica; 165.000 por infecciones del tracto respiratorio inferior; 36.900 por asma; y 21.400 por cáncer de pulmón. Un desglose muestra que el 47% de los fallecidos a consecuencia del humo de segunda mano fueron mujeres, mientras que el 28% y el 26% fueron niños y hombres respectivamente.
Los AVAD perdidos debido a la exposición al humo de segunda mano ascendieron a 10,9 millones, lo que supone cerca del 0,7% del total mundial de AVAD provocados por enfermedades en dicho año. Además el 61% de estos AVAD correspondía a niños. Las enfermedades más problemáticas fueron las infecciones del tracto respiratorio inferior en niños menores de 5 años (54%), seguido por cardiopatías isquémicas en adultos (26%), asma en adultos (11%) y asma en niños (6%).
Todos los países, independientemente de la renta, presentan cifras parecidas de adultos fallecidos por causa del humo ajeno, pero en los países de renta media y baja se observó una mayor mortalidad infantil por esta causa. Los investigadores descubrieron que en África murieron 43.000 niños a causa del humo de segunda mano, mientras que en países ricos de Europa sólo se produjeron 71 muertes.
«Dos tercios de las muertes se produjeron en África y en el sur de Asia», los autores indican en el artículo. «La exposición a humo de segunda mano sucede normalmente en casa. La combinación de enfermedades infecciosas y tabaco parece ser mortal para la infancia de esta región y podría contrarrestar los esfuerzos dedicados a reducir la tasa de mortalidad entre los menores de cinco años conforme al cuarto Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM)».
Desde el punto de vista global, el humo de segunda mano afecta más a los niños que a cualquier otro grupo de edad. Según los expertos, el mayor problema lo suponen los padres fumadores. Es un entorno del que forman parte los niños y que no pueden evitar.
Los expertos también indican que cerca del 66% de todas las muertes provocadas por el humo de segunda mano en niños y adultos y un 25% de AVAD atribuibles a la exposición a éste se produjeron por cardiopatía isquémica en adultos no fumadores. Gracias a los trabajos gubernamentales y de empresas a favor de la prohibición del tabaco en el interior de edificios, la cantidad de episodios coronarios graves ha descendido de forma significativa.
«Los responsables políticos deberían tener en cuenta que la puesta en marcha de leyes que garanticen un entorno completamente libre de humos reduciría de forma sustancial la cantidad de muertes atribuibles al humo de segunda mano durante el primer año de su implementación y reduciría de forma paralela los costes del tratamiento de enfermedades en la sociedad y en los sistemas sanitarios», indican.
Los expertos entienden que el Convenio Marco para el Control del Tabaco de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que implica mayor fiscalización del tabaco, prohibiciones a la publicidad y un empaquetado en blanco entre otras medidas, debería aplicarse de forma inmediata en las jurisdicciones en las que no existan leyes exhaustivas contra el tabaco.
En su estudio los autores manifiestan que: «Los responsables políticos también deberían actuar en otros dos ámbitos para proteger a niños y adultos. En primer lugar, aunque los beneficios de las leyes antitabaco se amplían de forma clara a los hogares, la protección de niños y mujeres ante el humo de segunda mano en muchas regiones precisa la aplicación de estrategias educativas complementarias que reduzcan la exposición al humo en los hogares».
«Las políticas voluntarias orientadas a eliminar el humo en los hogares reducen la exposición de niños y adultos no fumadores al humo de segunda mano, bajan el consumo de tabaco de los adultos y parecen aplacar el consumo entre los más jóvenes. En segundo lugar, la exposición a humo de segunda mano contribuye a la muerte de miles de niños menores de cinco años en los países de rentas bajas».
«Es necesario atender con urgencia este tema para desterrar el mito de que los países en desarrollo pueden esperar a hacer frente las enfermedades relacionadas con el tabaco hasta que hayan solucionado el problema de las enfermedades infecciosas. En conjunto, el humo del tabaco y las infecciones provocan una mortalidad importante y evitable y una pérdida de años de vida activos en niños».
«No cabe duda de que 1.200 millones de fumadores mundiales exponen a los no fumadores a humo de segunda mano, un contaminante de interior causante de enfermedades. Hay pocas fuentes de contaminantes de interior que puedan ser eliminadas por completo. Pero el humo del tabaco sí que se puede eliminar, lo cual conllevaría importantes beneficios, tal y como se indica en estas estimaciones». |
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