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MARTES 24 DE MAYO DE 2011
Sociedad real vs. sociedad virtual
Llevamos ya más de una semana de movilizaciones promovidas desde las redes sociales, con su reflejo en las acampadas de muchas ciudades de España. Desde nuestro punto de vista y sin restar su importancia, quizás el impacto no ha sido tan visible como podría esperarse en el resultado de las elecciones autonómicas y municipales. Sin entrar en detalle en los resultados políticos, el llamamiento general desde estos trend topics (#nolesvotes,#acampadasol, #democraciarealya, #15m, #spanishrevolution, ...) parece que ha tenido poca repercusión en los resultados de estos últimos comicios. Aunque es difícil medir la repercusión de este tipo de iniciativas, más allá de su vertiente mediática, parece que no han cambiado (o no han cambiado tanto) las intenciones de voto ni han conseguido que sus propuestas se filtren a los idearios de los diferentes partidos. Quizá sea todavía pronto y la corriente sobre representación directa, listas abiertas, etc, se esté todavía encauzando.
El movimiento 15-M nos puede servir de ejemplo y debate sobre la repercusión de las redes sociales en el mundo “real”. La difusión de su mensajes ha sido principalmente vía redes sociales y, posteriormente, fue amplificada a través de los medios de comunicación tradicionales. Centrándonos en las redes sociales, parece que lo que en la red era un gran movimiento, fuera de Internet, ha necesitado otros medios y esfuerzos añadidos para materializarse. Ante este hecho se podría extraer el siguiente punto para su debate. La sociedad de las redes sociales no tiene porqué ser un reflejo exacto de la sociedad desconectada . El porcentaje de gente que tiene acceso a Internet y tiene un perfil en las redes sociales condiciona fuertemente el campo de estudio para la extracción de cualquier posible estadística y extrapolarla al mundo real de carne y hueso (consideramos que ambos mundos son reales). De ahí que cualquier información y conclusión extraída de las redes sociales y aplicada al “mundo 3D” no tiene porque coincidir. Pero no olvidemos que la gente que está en las redes sociales, también pertenecen a la sociedad real. (Perdón por el uso reiterativo de “sociedad” y sus derivados)
Valorándolo desde otra perspectiva, conseguir unir pacíficamente en tan poco tiempo a tanta gente frente a un objetivo común, puede considerarse como un éxito, y tiene un enorme mérito. Ya nadie duda de la capacidad de llamamiento de estas herramientas. Poder unir, compartir, expresar, debatir, ... ideas, sentimientos, opiniones,... nunca ha sido tan fácil. En este caso se ha unido, un mensaje necesario con un inmediato y amplio sistema de comunicación, las redes sociales. No ha sido el primer caso (hubo otros tal vez menos multitudinarios y con menos impacto), y seguro que tampoco será el último.
La cuestión, ante todo esto, es que parece ser que aquello que suena a 2.0, redes sociales, … salta enseguida como noticia de interés, provocando un efecto burbuja de donde no debería haberlo. Se le atribuye más importancia que la que le corresponde. Está claro que la valorización de empresas como Facebook, Google, Twitter,... que ofrecen dichas herramientas, está en continuo aumento gracias al efecto dinamizador mediante dichas noticias, usadas más como publicidad en los medios de comunicación que por el uso real y práctico que tienen en sí dichas herramientas. Cada vez que sale una noticia con el número de usuarios de estas redes, no refleja el uso real de ellas porque no todos los usuarios registrados luego saben usarlas o hacen uso (no digamos continuo o regular) de ellas, muchas quedan abandonadas al poco tiempo. Hay infinidad de cuentas de todos los tipos que están vacías de contenido, que no aportan nada pero sí que inflan las estadísticas. Estas herramientas tienen su utilidad pero de ahí a querer convertirlas en el 4º poder dista mucho, y hay que evitar que se repita el efecto burbuja de las punto com. No otorguemos el poder a las redes sociales, el poder viene de quienes hacen uso de ellas, la sociedad.
En el caso de estas movilizaciones, parece que se ha resaltado más como se han organizado todo que el contenido de sus propuestas. Las redes sociales no son una moda, son la traslación de las redes personales que existen en el mundo of-line, pero amplificadas por el efecto de la tecnología. Sus posibilidades son cada día más evidente, y han venido para quedarse, pero mucho cuidado con dar más importancia al mensajero que al mensaje
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