La fractura del epicóndilo
medial es una lesión pediátrica común, con una incidencia anual estimada
de 40 a 60 por 100.000 personas por año1-3. Las fracturas del
epicondíleo medial se asocian con dislocación del codo en
aproximadamente el 60% de los casos, y se informa que la disfunción del
nervio cubital ocurre casi el 10% de las veces2,4. No existe un estándar
de atención para la fractura epicondilar medial, ya que se han
demostrado resultados similares en estudios observacionales con
tratamiento quirúrgico y no quirúrgico5,6. Sin embargo, estas lesiones
se tratan cada vez más con intervención quirúrgica, que en la mayoría de
los casos consiste en un solo tornillo que fija la pieza ósea de nuevo a
su sitio donante en el húmero7-9. Existe un amplio consenso sobre las
indicaciones absolutas para el tratamiento quirúrgico, incluida una
fractura abierta y un fragmento epicondilar encarcelado1,10-13. Las
indicaciones relativas son más controvertidas e incluyen disfunción del
nervio cubital, inestabilidad del codo, aumento del desplazamiento de
fragmentos y atletas de lanzamiento de alto nivel o que soportan peso de
las extremidades superiores2,9,14-16.
El tratamiento no quirúrgico
incluye la inmovilización en un brazo largo con yeso hasta que el
fragmento cicatrice. Las complicaciones asociadas con el tratamiento no
quirúrgico incluyen seudoartrosis e inestabilidad tardía. La posición de
decúbito supino es una alternativa razonable a la posición de decúbito
prono descrita aquí. En ese caso, la fractura se repara con el brazo en
rotación externa del hombro y con el codo extendido.
Hasta donde sabemos,
actualmente no existen estudios prospectivos de Nivel I o Nivel II que
informen sobre los resultados del tratamiento quirúrgico versus no
quirúrgico de las fracturas epicondilares mediales. Una revisión
sistemática de los resultados retrospectivos no sugirió diferencias en
el dolor o los resultados clínicos, pero una probabilidad de
consolidación> 9 veces mayor con el tratamiento quirúrgico5,6. Las
expectativas después del tratamiento quirúrgico de una fractura
epicondilar medial se han explorado en múltiples estudios. Generalmente,
la mayoría ha demostrado el retorno a niveles completos de actividad y
un rango de movimiento del codo casi normal. En algunos estudios se
informan tasas menores de limitación de la amplitud de movimiento,
incluido el déficit de extensión (4% con déficit de hasta 20 ° )8. En el
contexto de inestabilidad preoperatoria, la expectativa es que la
estabilidad del codo se logre mediante el tratamiento quirúrgico7,8.