jueves, 2 de febrero de 2012

Entre la dispersión y la volatilidad


Fuente: http://www.thinkepi.net/entre-la-dispersion-y-la-volatilidad?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+thinkepi+%28ThinkEPI%29

Entre la dispersión y la volatilidad

La Web 2.0 se ha definido como una conversación, pero en estos momentos las voces que la constituyen se dispersan entre distintos lugares y sus ecos se apagan… Los sitios sociales más poderosos (FacebookGoogle+Twitter…) atraen los comentarios y el feedback de los lectores, que migran así desde los lugares donde se generó la opinión o el contenido hacia los sitios donde se reproducen.
Esto significa que la noticia del periódico, el post del blog, ya no siempre reúnen al pie de su página los hilos de conversación de las personas que tienen algo que añadir, discutir o refutar. La aparición de una pieza determinada se ha podido divulgar en Twitter, y las respuestas y comentarios aparecerán ahí también; o se ha enlazado desde Facebook, y entonces crearán un hilo en la red social. O está publicada también en Google+, y se discute en sus páginas. ¡O las tres cosas al tiempo! Pero estos medios son meros contenedores de hallazgos ajenos, cuya discusión parasitan y dispersan. Su apuesta es la inmediatez: muy grande en el caso de Twitter, y algo menor en los otros dos medios. Cuando, pasados unos meses, alguien quiera volver sobre contenidos ya publicados (y hay muchos en la Web que poseen un valor permanente), encontrará cada vez con más frecuencia noticias o post vacíos de comentarios, y éstos repartidos por otros lugares, normalmente cerrados a los no miembros.
Una respuesta parcial a la multiplicidad de sitios de comentarios es traerlos a nuestros propios blogs o páginas, insertándoles una timeline de Twitter o una aplicación que recoja la actividad relacionada en Facebook. Pero no acaba de ser una solución válida porque sigue dependiendo de los caprichos, cambios de política y en último caso de la misma existencia de esas otras páginas.
En 2009, por ejemplo, Google creó Sidewiki, un apostillador de webs. Ahora lo ha cerrado por el lanzamiento de Google+. Podríamos imaginar igualmente un cierre de Facebook, o su conversión en un servicio de pago, o la implantación de condiciones inaceptables para los usuarios, etc.
Como responsable de distintos blogs, uno de los dilemas que se me plantean periódicamente es si reunir en un comentario propio las distintas observaciones que ha recibido un post mío (en Twitter, en Google+), o dejarlos que perezcan directamente en la larga cola de tuits del pasado, viejos ya apenas pasadas unas horas.
¿Qué hacer? No existen, o no conozco, en las plataformas más habituales de blogs, comoWordPress, soluciones automáticas que conviertan comentarios en notas de Twitter oFacebook (normalmente sólo existe la posibilidad directa de publicar el enlace del post en estos servicios sociales). Si existiera ese recurso, con el mismo esfuerzo de escribir un comentario in situ, además se volcaría a las redes sociales.
Pero en último extremo, estos serían parches, soluciones parciales a un problema más general de la Red y también de los buscadores (pienso en el reciente Search plus de Google): limitar la discusión y el descubrimiento al reducido, aunque tal vez numeroso, ámbito de nuestros contactos.
Cómo citar este artículo:
MillánJosé-Antonio. “Entre la dispersión y la volatilidad”. Anuario ThinkEPI, 2012, v. 6, pp. ¿¿-??.

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