Son muchas cosas que vamos olvidando, desde Katrina, y aun un poco mas cercanos los terremotos enChile y Haiti. La prensa no perdona, y marca la agenda de nuestras vidas, olvidando lo que pasó, y a veces recordando lo que está pasando. En este caso en Fukushima.
A tres meses del terremoto y posterior tsunami que asoló el archipiélago,decenas de miles de sobrevivientes viven todavía en refugios improvisados. No cede el temor a la radiación en las inmediaciones de Fukushima
Crédito foto: AP
Unos 15 mil muertos y 8 mil desaparecidos son, por ahora, las víctimas mortales del sismo y el tsunami que arrasaron Japón. Pero hay otro tipo de víctimas: son las queahora malviven en albergues espontáneos; son también las que viven en lasproximidades de la central nuclear de Fukushima.
Los primeros tratan de rehacer sus vidas en zonas desvastadas, como por ejemplo en la costa de Tohoku (nordeste). Los segundos son concientes de que los reactores de la planta de Fukushima siguen contaminando aire y tierra. El Gobierno del primer ministro japonés,Naoto Kan, considera que la zona deberá estar inhabitable al menos por 20 años, pero otras estimaciones científicas hablan de entre 60 y 100 años.
"Nosotros logramos escapar, pero continuamos viviendo con el temor a las radiaciones, incluso aquí", comenta Tomi Shiga, de 59 años. Ella fue una de las que tuvo que abandonar su casa para respetar el perímetro de seguridad de 20 km alrededor de la central. Ahora vive en el refugio de una prefectura."Sueño con regresar a mi hogar, pero no se sabe cuándo será posible. Nada ha cambiado desde el accidente", agregó.
Muchas historias trágicas han vivido los japoneses después de la peor crisis nuclear que haya ocurrido desde la catástrofe de Chernobyl en 1986. Muchos agricultores tuvieron que abandonar sus granjas y sus animales terminaron por suicidarse. Más al norte, variosancianos también decidieron quitarse la vida antes de abandonar sus casas, que habían sido destruidas por el tsunami, antes de vivir en los refugios saturados de gente.Los hay quienes se negaron a abandonar su casa y todavía viven allí, aún sin gas ni electricidad.
Por si fuera poco, unos 25 millones de toneladas de desechos están esparcidos por todo el país, una dificultad más para un Gobierno que al que se le recrimina el haber sido muy lento en las tareas de limpieza.
"Nosotros continuamos limpiando todos los días, y con el calor, el olor de los peces que se pudren es insoportable", explicaba un empleado del mercado de pescado de Otsushi, Toru Suzuki, de 41 años. Precisamente la actividad de la pesca, una de las actividades más importantes, se ha reducido al mínimo: sin olvidar que pocas embarcaciones se han salvado tras el terremoto y el tsunami del 11 de marzo, un problema más angustiante es el del agua radioactiva que ha expulsado Fukushima y que puede haber contaminado toda la fauna y la flora.
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